Un cuarto de siglo en escena, en el teatro y en las pantallas, han hecho que Leonardo Benítez, a quien muchísimos conocen como Maykel Junior, personaje de la novela Latidos compartidos, se convierta en uno de los actores más reconocibles y admirados de Cuba.
Sus roles en series policiacas como Tras la huella (TLH) o Patrulla 444, además de la telenovela Tú, o los filmes Habana selfies y Salvando al general (televisión), así como el de presentador en el show de talentos Bailando en Cuba, lo avalan como uno de los artistas más versátiles y atrevidos de su generación, dos características que en su niñez difícilmente habría imaginado que lo describirían.
“Siempre fui muy introvertido. Jugaba solo en el patio de tierra de la casa y mis juguetes eran ramitas de árboles. Me ponía a jugar y hacía las voces de los personajes que había escuchado viendo la televisión. Mientras mis hermanos y amigos jugaban, yo leía mucho y eso también despertó mi imaginación. Nunca salía en matutinos ni actividades, de ahí que por aquel entonces jamás pensé en actuar”, contó en exclusiva a Cubalite.
“Más adelante estuve en el deporte y luego pasé a cantar en un grupo de rap. En la etapa en que formé parte de esa agrupación, comencé en clases de canto con un profesor, que era director de un un coro lírico y, debido a mis condiciones vocales, decidió llevarme con él a su proyecto.
“Mientras permanecí en ese coro recibí lecciones de actuación en la Casa de la Cultura de Plaza, en el grupo de teatro Olga Alonso, bajo la dirección de Humberto Rodríguez García, con el fin de mejorar mi proyección escénica, y descubrí que había dado con lo mío. Se me dio fácil, a diferencia del deporte y la música, en donde salían las cosas, pero me costaban más.
“Luego pasé a Teatro Estudio con Raquel Revuelta, al cual estuve vinculado durante dos años, y después estudié en el Instituto Superior de Arte (ISA), donde tuve profesores como Fernando Hechavarría y Verónica Lynn. También pasé cursos en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV)”.
Leonardo creció junto a su madre, Otilia, una cocinera con alma de artista, y su padre, Elio, un hombre sumamente recto, que, a falta de más demostraciones de cariño, sí le enseñó a apreciar el valor del esfuerzo y la disciplina para triunfar en la vida.
“Mi papá falleció cuando yo tenía 16 años y a mi mamá la perdí hace siete. Con él nunca tuve un vínculo demasiado fuerte, pero con ella la relación sí era muy cercana y por eso aún la siento presente todos los días en cada cosa que hago”.
Además, Benítez es el menor de cinco hermanos: Lázaro y Elio, ambos de madre y padre, y también tiene otro par, Nelson y Noel, por la parte paterna.
“Con los dos hermanos que crecí, siempre tuve una relación de mucho respeto y admiración. Luego los demás llegaron de forma curiosa, porque no teníamos conocimiento mutuo de nuestras existencias. Ellos sí sabían de los otros dos, pero a mí solo me identificaban como un actor, hasta que descubrieron de dónde yo venía durante una entrevista que ofrecí en televisión y después de eso me contactaron. Actualmente todos hemos creado un vínculo muy bonito, a pesar del tiempo que había pasado”.
Enigmas, latidos y casos pendientes
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Leonardo debutó ante el gran público hace casi dos décadas y media, cuando Roly Peña lo eligió para interpretar al Flecha en la exitosa serie juvenil Enigma de un verano. Luego ambos continuarían su unión en Patrulla 444 (2009) e incluso hubo planes de extenderlo un poco más, aunque el guion de la vida tenía preparados un par de giros que lo hicieron imposible.
Según reveló Benítez a nuestra revista, en cierto momento él estuvo a punto de ser, junto a Yadier Fernández, protagonista de la serie UNO. La idea del director era que esa nueva propuesta funcionara como Patrulla… y mostrara a los mismos personajes pasados algunos años. Sin embargo, por diferentes causas, incluida la salida del país de su co-estrella, Leo no pudo asumir ese rol, pero sí fue “fichado” para la novela Latidos compartidos, en donde su Maykel Junior terminaría siendo posiblemente el papel más aplaudido de su carrera hasta la fecha.
“Maykel Junior fue el primer galán negro de una telenovela cubana. Ya yo tenía popularidad de Patrulla 444, Adrenalina 360 y algunos personajes negativos en Tras la huella, pero lo que salió de aquello fue un boom tremendo; tanto, que actualmente conozco al menos 21 mujeres que nombraron a sus hijos igual que ese personaje”.
Más adelante, Leo tendría la oportunidad de vestirse de policía nuevamente, cuando fue elegido para suceder a Vladimir Villar como el oficial operativo de TLH. Así nació Julio, otro de los roles que han marcado la vida y obra de este hombre.
Nos confesó que desde su llegada a ese elenco, hubo mucha química entre todos y así ha ido fluyendo la relación profesional, al punto de que en pantalla se nota la excelente dinámica que tiene el equipo.
Sin embargo, más allá de encontrarse a gusto haciendo este trabajo, hay varios factores que aún le hacen sentirse inconforme con el resultado final que vemos durante varios domingos al año.
“Popularidad, TLH tiene muchísima, pero censura también. Nosotros tenemos, y lo digo con todo el sentido de pertenencia del mundo, que poder trabajar sin esa censura. Hay que pasarle un barniz a eso, porque la visión ‘cuadrada’ que se tiene del policiaco no nos permite hacer las cosas como deberían ser.
“Junto con la censura, otro elemento que nos golpea es el tema de los guiones. Si tú quieres hacer las cosas para reflejar lo que pasa, puedes hacer un documental, pero en la ficción tienes que crear el show para ‘vender’ la historia de una mejor manera y darle una calidad mayor. Hay que ir más allá del hecho en sí y darle profundidad a los personajes, con virtudes, y sobre todo con defectos; escribir mejores villanos y otras tantas cosas que contribuyan a elevar el nivel del argumento.
“Estar en la preferencia de la gente es una cosa, pero lo cierto es que la calidad de lo que estamos ofreciendo es poca, y siento que los televidentes cubanos merecen algo mucho mejor”.
Influencer por instinto
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Una parte de la carrera de Leonardo se ha ido enfocando hacia las redes sociales, sobre todo Instagram, en donde utiliza su perfil oficial para subir contenido que le permita conectar con sus seguidores de una forma diferente.
“No uso las redes para buscar caché ni monetizar, sino para darle a la gente cosas que la hagan sentir bien y también dejarles saber de mis trabajos y otros proyectos personales. A diferencia de los influencers, quienes tienen muchos más seguidores, como actor soy una figura más conocida, debido a que llevo casi 25 años saliendo en televisión.
“Para mí los seguidores no son fans, sino fams, así, con “m”, porque los veo como mi familia y con ellos comparto lo que siento. A veces puede ser un reel junto a mi pareja u otra cosa diferente, siempre manteniendo mi vida privada al margen. Ella tiene mucha gracia para esos videos y aprovechamos para crear contenido que le guste a quienes nos siguen a ambos.
Además de contarnos sobre sus proyectos artísticos y de otra índole, el histrión también aprovecha las redes sociales para publicar junto a su compañera desde hace dos años, la emprendedora Celia Pérez. Ambos suelen colocar videos humorísticos que tienen excelentes resultados entre el público, aunque no siempre la respuesta ha sido positiva.
“Cuando subí la primera foto mía con Celia, en mis redes hubo gente que dijo ‘ya no te quiero seguir’. Hasta entonces había sido soltero y, al aparecer esa publicación, que hice porque sentí el pálpito, se incomodaron varias personas”.
Papá y actor hasta las últimas consecuencias
“No pocos me preguntaron durante largo tiempo que cuándo tendría hijos y yo siempre respondí que tendría tres. Mi esposa, Celia, tiene un niño de 10 años que, a pesar de no ser ‘mío’, como suele decirse, es alguien a quien adoro con la vida.
“Lo que no saben muchos es que yo tengo una hija que vive en Rusia. Ella nació de una breve relación que tuve con una mujer de ese país. Un mes después de separarnos me comunicó que estaba embarazada y entonces supe a lo que me enfrentaría siendo un padre ‘a distancia’. Con más de 40 años de edad entendí que sería difícil, pero lo asumí con la mejor actitud y deseo”.
Los recuerdos de aquel tiempo de embarazo se le mezclan a Leonardo, quien por ese entonces conoció a Celia. “Ella aceptó y entendió mi situación. Cuando fue a nacer mi niña, yo viajé a Rusia y tuve la posibilidad de ser la primera persona en sostenerla en brazos cuando llegó al mundo”, reveló a Cubalite el actor nacido y criado en La Habana.
El regreso a Cuba lo pilló con el corazón dividido. Una visita de su niña a La Habana le alegró los últimos tres meses del año pasado y este 2024 planea ir con su esposa a visitar a la pequeña.
Benítez asume casi todo en la vida con la misma intensidad y compromiso. Si hay algo que tiene claro es que desea seguir aprendiendo en cada momento que tenga y que el trabajo constante es la clave para el éxito en cualquier sentido.
“Mientras tenga salud pienso seguir actuando. He intercambiado con colegas contemporáneos conmigo, que me dicen ‘a mí lo que me queda por hacer en la actuación es solo X cosa”, como si esto fuera de tachar objetivos de una lista. Eso, sin mencionar que hay quien hace mil producciones y ni siquiera se preocupa por si tienen la calidad que deberían. Yo todavía siento dolor por escenas que pudieron haber quedado mejor, por la censura y otras cosas que me parece que afectaron algunos de mis trabajos.
“Quisiera seguir probando en el arte y, cuando pienso en eso, me doy cuenta de que el camino es largo, pero a la vez me motiva. En mi caso, siento que me queda por hacer todo y continuar creciendo mucho, no solo como actor, sino también como persona. El hecho de nunca sabérmelas todas es lo que más ganas me da de seguir haciendo. Y la clave para todo esto es rodearse de amor y ser buena persona, porque ¿cómo te metes en la piel de tantos personajes, buenos y malos, si no tienes eso de tu parte?”.
El futuro ofrece poco descanso
Junto con el compromiso constante que representa TLH para él, Leonardo continúa haciendo y mantiene varios frentes abiertos a la vez.
En este momento tiene pendiente el estreno de Estrés, una película de cinco historias donde estuvo bajo las órdenes de la realizadora Marilyn Solaya. “Ahí hice el personaje negativo de uno de los episodios, en donde el protagonista es Héctor Noas. Somos los entrenadores de unas boxeadoras y tenemos una guerra para conseguir que nuestras discípulas consigan el boleto a una competencia internacional”.
Junto a esa cinta, que ya terminó su rodaje, también se halla involucrado en dos proyectos en desarrollo. Primero está el filme titulado El camino, dirigido por Omar Alí y con guion de su hija, Daniela Alí. En la cinta, en fase de pre-producción y cuya filmación comienza en marzo, interpretará a un sanitario durante la guerra de Angola.
Por otra parte, se encuentra enfrascado en la preparación de una nueva telenovela de Ernesto Fiallo y Tamara Castellanos. En esta propuesta, cuyo rodaje iniciará pronto, será el chef de un hostal que mantendrá una complicada historia de amor.
En paralelo a su carrera actoral, Benítez tiene un negocio familiar con sus hermanos. Se trata de la cafetería La Titona, nombrada así en honor a su madre, a quien todos llamaban Tita. Igualmente, junto a su esposa, se encuentra trabajando en ampliar las propuestas del salón de belleza En tus manos para ofrecer nuevos servicios.
Más allá de rodajes, negocios y otros menesteres, Leonardo es feliz con sentarse frente al televisor y ver una buena serie. “Me demoro mucho viéndolas porque voy poniendo pausa para ver la reacción de un actor, un plano, o cosas así. También me gusta salir porque me invitan a ciertos lugares y voy con Celia, pero eso es por rachas: hay tiempos en que no salgo de casa y otros en que salgo todos los días”.
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