Agosto finalizó y, con este, la segunda Ruta de Tapas por 11 bares y restaurantes del Centro Histórico de La Habana Vieja. Todos los fines de semana de este mes tan caluroso, tuviste la oportunidad de degustar las preparaciones exclusivas ofrecidas por estos establecimientos, maridadas con una copa de vino Casillero del Diablo.
De manera general, las bases del evento fueron las mismas de ediciones anteriores. Si llegaste a este mundo de tapas por primera vez, es importante que sepas que tiene toda una historia detrás
Conoce de dónde surge la idea de crear algo así, además de otros detalles brindados por los organizadores de Alamesa:
Todo lo que debes saber antes de la próxima Ruta de Tapas de AlaMesa
Primera Ruta de Tapas en La Habana
En agosto del año 2018, se decidió poner en práctica esta idea en 11 bares y restaurantes ubicados en el mismo sitio que en la edición recién finalizada. De manera general, las tapas presentadas respondían a los sabores tradicionales cubanos, aunque hubo equilibrio y variedad entre “mar y tierra”: cerdo, res, carnero, pescado, calamar y otros mariscos fueron los protagonistas de las distintas elaboraciones.
Los participantes dieron la puntuación más alta, como mejor presentación al Chupito Habana – Moscú del restaurant especializado en comida cubana y rusa Tabarish. Ciertamente, la combinación de Smetana (nata agria), guacamole y caviar en un mismo trago, acompañado de otra guarnición compuesta fundamentalmente por ropa vieja, lucía agradable a la vista y al paladar.
Por otro lado, en sabor no hubo, según el voto popular, otro mejor que el Aipirí presentado en Tatagua. Esta tapa se basaba en la fusión de la ropa vieja de carnero y el dulzor del timbal de bonito y mantequilla. Pese a que hubo muchas innovaciones en cuanto a mezcla de texturas y aromas, la apuesta del Jíbaro por Otra Cuba, con versiones de las comidas típicas de la región oriental del país, fue la más original.
Ruta de Tapas en el mes del amor
En febrero de 2019 llegó nuevamente, pero con muchas particularidades. En esta ocasión, las tapas tuvieron como acompañamiento una copa de vino Frontera, sponsor esta vez. Los lugares seleccionados fueron 10 y se ubicaban en Plaza y Playa. A estos establecimientos solo se pudo asistir durante 10 días, en el espacio de 3:00 pm a 8:00 pm.
Como novedad, en cada lugar se realizó un Cierre – “momento multicutural”, como lo catalogaron sus organizadores- donde se incluían presentaciones en vivo, rifas, juegos y premios.
Los que consumieron al menos 8 de las 10 en concurso, entraron en un sorteo que ofreció 10 cenas gratis en cada uno de los restaurantes que participaban en la Ruta.
Con el objetivo de premiar, además, el esfuerzo de los que trabajaron detrás de las elaboraciones, en esta edición, los “tapeadores” pudieron valorar del 1 al 5, la presentación, el sabor y el servicio.
Puedes conocer más detalles aquí:
¿Qué deja la segunda edición de la Ruta de Tapas en La Habana?
Segunda Ruta de Tapas Habana 2019
Si llegaste hasta este punto, probablemente es porque hayas vivido la más reciente experiencia de la mano de Alamesa y Casillero del Diablo.
Aquí te dejamos nuestras precisiones, en las cuales coincidimos con algunos “tapeadores” que las hicieron públicas en el grupo oficial de la Ruta.
- Primero que todo… la masividad. Cada día se sumaban nuevos miembros al grupo en Facebook, ávidos de conocer información y detalles. Se agotaron las papeletas y en cada restaurante, al filo de las 8 de la noche se agotaban las elaboraciones. Todos son buenas señales.
- Aunque hubo una mejor organización por parte de los creadores, (nótese todos los empeños tecnológicos, mapas en varios formatos con el objetivo de hacer más fácil la ruta), algunos establecimientos subestimaron el poder de la botella del que ya te hemos hablado y no estaban preparados para acoger tanto público. Debido al tamaño de los sitios, en algunos hubo que esperar -“hacer cola”- como buen cubano.
- El vino, el maridaje y la temperatura correcta fueron otra asignatura pendiente en esta ocasión. Hubo de todo. como bien refleja el comentario de Rodolfo Alcalá en el grupo. Más allá de la cortesía de dejar al cliente elegir el vino de su preferencia, el personal gastronómico, sin ser experto, debe orientar sobre cuál combina mejor con la elaboración presentada en su local.
- Si bien el último día finalizó por todo lo alto, los cierres se echaron de menos. No pocos preguntaban cada día donde tendría lugar. No habría, y esto fue aclarado por los organizadores: se debió, en gran medida, a las regulaciones para el uso de espacios públicos en esa zona.
- Es válido resaltar que las tapas presentadas se parecían mucho a los adelantos mostrados en imágenes. Salvo algunas excepciones, todos los ingredientes que se anunciaban, se hallaban presentes en los platos.
- Aún no están los resultados, pero tenemos dos cosas claras: el servicio del Hotel Iberostar Grand Packard fue inigualable y lo mejor de la Ruta sigue siendo la oportunidad de intercambiar y el ambiente que se genera en cada espacio.
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