¿Qué ha sido de «El Médico», el reguetonero que pegó el «Chupa-Chupa» y llegó al Top-10 en España?

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El Médico. Foto tomada de su perfil en Facebook.

Durante los años 90 en Cuba, se hizo muy famoso el salsero Manolín, el Médico de la Salsa, quien con varios de sus temas alcanzó una enorme popularidad. Sin embargo, en esa misma época, muy lejos de la capital, otro joven galeno, amante de la música, empezó una carrera que también lo llevaría lejos.

La historia de Raynier Casamayor Griñán comenzó en Santiago de Cuba en los años 80. En alguna entrevista ha confesado que creció oyendo a Bob Marley y Jimmy Cliff y más adelante descubrió el rap de los estadounidenses Tupac Shakur y Notorious B.I.G. También ha nombrado como uno de sus ídolos a Francisco Repilado, conocido en el mundo entero como Compay Segundo.

En su infancia estudió actuación con el profesor Rogelio Meneses y mientras estaba en la secundaria se interesó por el breakdance. Sin embargo, en los 90 escuchó a El General, Vico C y otros exponentes de géneros urbanos, y entonces se dio cuenta de que cantar era lo suyo.

Comenzó a cultivar, por pura intuición, algunas variantes de esa música. “Había un espectáculo y me pidieron que cantara. No sabía qué cantar. Pero entonces me acordé de Shaka Sankofa. Era un afroamericano condenado a muerte en Texas, que fue ejecutado sin pruebas reales por el entonces gobernador George W. Bush. Recuerdo haberlo visto en televisión, con mi madre. Vimos llorar a sus amigos y familiares, fue muy conmovedor y al mismo tiempo me hizo enojar. Empecé a escribir una canción sobre ello y las palabras aparecieron en el papel”.

Más adelante, Casamayor ingresó en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba para hacerse especialista en 1er Grado en Medicina General Integral. Entonces, con dos pistas libres que habían en un disco que le prestó un colega africano de la facultad, intentó construir su propio rap. Más adelante formó junto a otros dos compañeros su primer grupo, llamado Garganta de Fuego, con quienes llegaría a obtener reconocimiento en un festival provincial.

Ya convertido en El Médico, Raynier se centró en sonoridades como las del reggae, el raggamuffin y el reguetón. En aquel tiempo salió su primera canción como solista, titulada El Médico llegó para meterle candela.

Después de finalizar sus estudios en 2002, comenzó a alternar entre los escenarios y su servicio social, que le tocó cumplir en la apartada localidad serrana de El Oro. Tres años más tarde conoció al productor sueco Michel Miglis y, aunque en principio se mostró reacio a hacerle caso a las promesas de dinero, eventualmente se asoció con él y así llegó su primer demo con los sencillos Ojos que no ven (El tarrúo) y Mi vida, mi amor.

“Estaba cerca el Festival del Caribe (…). Fui con mi demo para donde hacían las fiestas. El Dj me dijo que él tenía todo lo que sonaba y me dejó ‘quemado’. Como tenía hambre, me fui para mi casa y cuando regresé, el que estaba pinchando era otro socio que me conoció y sí me puso los temas. Increíblemente, cuando sonaron esas canciones, se revolvió el ‘pum-pum’ ahí. Ya cuando llegó el carnaval, aquello estaba en la calle”, contó este mismo año. Gracias a la aceptación que tuvieron esos lanzamientos, empezó a darse a conocer en el ambiente musical de su provincia.

“Este loco vino aquí, caminó muchas horas cargando su material de grabación y me dice que quiere hacer una canción en medio de la nada, en la montaña, ¿por qué no intentarlo? No requerirá demasiado esfuerzo”, narró Casamayor hace algunos años sobre sus primeros contactos con el músico europeo.

Eventualmente, Miglis le fue dando vueltas al asunto, hasta que consiguió que El Médico firmara un contrato con Warner Music. De ahí vino el primer hit del chico, Chupa-Chupa, el cual llegó al top-10 de los temas más escuchados en España y también se pegó en países como Finlandia, Israel, Italia, Suecia, Hungría, Jamaica y  Japón.

“Me enteré de la noticia por una turista española. Estaba muy feliz, mis amigos me apoyaron mucho. Fue una noticia muy grande en Cuba. Hacía muchos años que ningún artista cubano llegaba a lo más alto de las listas. A mi madre no le gustó. Para ella significó menos concentración en mi trabajo como médico”, reveló Raynier sobre aquel inesperado boom de su música.

“Es increíble para mí saber que estoy en el lugar diez en un mercado en el que compito con conocidos cantantes puertorriqueños de reggaetón”, declaró en su momento a la agencia de noticias EFE.

Aquella canción había cruzado el charco dentro del álbum recopilatorio, llamado Cubatón. Reggaetón a lo cubano, en el cual Warner Music Spain incluyó también a representantes del género como Cubanito 20.02, Kandyman, Topaz Sound, Control Cubano y Klan Destino.

Por aquella época, en la cual llegó a actuar en el estadio Guillermón Moncada frente a decenas de miles de personas, El Médico expresó: “la medicina es de sacrificio y hay que trabajarla. La música la acojo en el tiempo libre. Quisiera llevarlas paralelamente a las dos. La música es un complemento y lo que más tiempo roba es el espectáculo. (…) De momento, no veo necesario prescindir de ninguna y las necesito a ambas”.

En 2011 fue el protagonista de su propio documental: El Médico: The Cubatón Story, dirigido por el sueco Daniel Fridell y estrenado en el Festival Internacional de Cine Latino de Nueva York.

Un año antes, después de mucho tiempo de batallar con su carrera y su pasión, y de lograr que lo liberaran como doctor, se fue a Estocolmo, Suecia, en donde vivió hasta 2013. “Aprendí mucho a apreciar mis raíces, mi lugar y a entender mi camino. Por eso regresé a Santiago, que es la ciudad a la que me debo”, reconoció en 2021 este hombre que también ha pegado temas como Pim Pom, Lady CrossFire, Miss Fatty y To eso e’ tuyo.

Reunió lo necesario para volver a su país y armar su propio estudio, además de los materiales para filmar, editar y realizar sus propios videoclips.

“Tengo que producirlo todo porque no tengo dinero. Si tuviera plata no estaría en esa lucha. Así que tengo que hacer la coreografía, bailar, hacer los arreglos, grabarme, editar los videos y hasta darle publicidad yo mismo”, comentó hace un par de años.

En julio pasado, El Médico lanzó su más reciente disco, Desbaratá’o, y a finales de agosto participó en el Festival Urbano Expresión Santiago. Actualmente forma parte del evento musical y de entretenimiento semanal, Pista de la Egrem, y también es un asiduo de otros eventos vinculados al género urbano allá en su tierra natal.

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