De una temporada a otra, Camagüey está entre los equipos que más jugadores ha perdido por diferentes vías. Unido a ello, durante la venidera Serie Nacional deben prescindir de, al menos, dos lanzadores, contratados en ligas extranjeras. Sin embargo, ante esa desfavorable realidad, Marino Luis y su colectivo de entrenadores podrán beneficiarse de las incorporaciones de Ermindo Escobar —regresa a la pelota antillana después de participar en ligas independientes estadounidenses— y Marcos Torres, con experiencia en el béisbol colegial y universitario de Estados Unidos.
Tanto Escobar como Torres están asegurados para la próxima campaña, que comenzará el 9 de marzo. Otro atleta que reside en territorio norteamericano y está cada vez más cerca de integrarse a los Toros agramontinos es Henry Quintero Chávez, quien probablemente sea subido al equipo cuando se autoricen las altas y las bajas —en los juegos 20, 40 y 60— o, con mejor suerte, podría aparecer entre los 40 nombres definitivos que se divulgarán el día 6 de este mes, al efectuarse el congresillo técnico del evento.
Quintero, nacido el 23 de mayo de 1994 en Vertientes, intervino en las Series 53 y 54 y entre esas dos contiendas sumó 166 veces al bate, 16 anotadas, 37 imparables, cinco tubeyes, tres triples, dos jonrones, 19 impulsadas, 27 ponches y nueve boletos. Promedió .223 y se robó cinco bases en seis salidas.
El antesalista y jardinero salió de la isla en 2015 con destino a República Dominicana, donde firmó un contrato de Ligas Menores con Bravos de Atlanta, el 2 de julio de 2017. Con la organización se mantuvo tres años, hasta ser despedido el 1 de julio de 2019, y no pudo sobrepasar el techo de Clase A. Realmente no disfrutó de mucho juego mientras respondió a los intereses de Bravos: 88 partidos, 39 anotadas, 91 incogibles, 17 dobles, seis triples, dos cuadrangulares, 41 empujadas, 15 bases por bolas, 77 ponches y bateó .270.
Henry conversó brevemente con Cubalite y explicó que desde hace algunos años, cuando terminó su contrato con la franquicia de Atlanta, estaba interesado en regresar con Camagüey, pero dar ese paso se le complicó debido a su proceso de residencia en Estados Unidos.
“Gracias a Dios ya me llegó la residencia, algo que tanto esperaba, hace poco más de 15 días. Mi mayor deseo es retornar al béisbol de mi provincia, al béisbol cubano. Estoy esperando que me llegue el pasaporte cubano para ir a la isla y entonces que la última palabra la tenga el director Marino. Él sabrá si me puede subir o no, si puedo estar entre sus 40 peloteros. Para mí sería un gran placer. Mientras tanto, yo sigo con mi práctica aquí para incorporarme bien preparado y que pase lo que Dios quiera”, declaró.
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