Dos peloteros cubanos seguirán los pasos de Maya, Francisley y Adonis García

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José Miguel Fernández fue uno de los mejores bateadores en la temporada pasada de la liga coreana. Foto tomada del perfil en Facebook del jugador.

Cuando José Miguel Fernández, camarero regular del conjunto cubano en el III Clásico Mundial de Béisbol en 2013, partió de Cuba, parecía que lo hacía con el seguro de llegar a las Mayores y establecerse. Pero eso sucedió a medias, porque el matancero escaló en 2018 a la Gran Carpa y jugó en 36 partidos, sin embargo, no logró asentarse ni en 2017 ni al año siguiente con ninguna de las dos organizaciones de Los Ángeles al máximo nivel del béisbol estadounidense. No obstante, el inmenso talento de Fernández estremecería a un circuito a miles de kilómetros de suelo norteamericano.

El oriundo de Colón y uno de los jugadores más importantes en la era de Víctor Mesa como manager de los Cocodrilos, hizo su primera aparición en 2019 en la Liga Surcoreana de Béisbol (KBO, según sus siglas en inglés) y terminó adueñándose de numerosos cintillos noticiosos, al ser el mejor bateador extranjero del torneo y uno de los más eficientes de manera general.

El jugador de cuadro que hace una semana cumplió 32 años bateó .344 con los Bears de Doosan, conjunto que a la postre se tituló. José Miguel participó en los 144 choques de su equipo y se quedó a tres imparables de los 200, además de producir 34 tubeyes, 15 jonrones, 88 impulsadas, 87 anotadas y se ponchó 54 ocasiones en 572 veces al bate (uno cada once veces aproximadamente).

A partir de mañana, cuando comience la temporada regular de la KBO, el número 9 de los Bears estará en su segunda contienda y tendrá de nuevo un importante contrato con el elenco que buscará mantener en casa la corona. En su equipo aparecen otros dos extranjeros: los serpentineros Raúl Alcántara y el estadounidense Chris Flexen (debutante).

Odrisamer Despaigne debutará en el circuito asiático. Foto tomada de Red Reporter.

Junto al yumurino, en la inminente campaña estará otro pelotero cubano, también asistente al III Clásico Mundial y cuyo aniversario fue en abril, cuando el día 4 cumplió 33 años. El derecho de La Habana Vieja, Odrisamer Despaigne Orué, quien fuera una de las cartas fundamentales en el montículo de Industriales durante varias temporadas, debutará en la KBO.

Acostumbrado a lanzar con los Azules con el número 43, ahora lucirá el 40 con KT Wiz, plantel de la ciudad de Suwon. El hijo del otrora relevista de los Azules, Francisco Despaigne, acordó con esa organización a finales de 2019 por un monto de 750 mil dólares, más 150 mil en incentivos. Será uno de los activos de la rotación y su elenco contrató también a otros dos foráneos: el pitcher William Cuevas y el bateador Mel Rojas Jr., ambos con experiencias previas en ese campeonato.

Odrisamer, quien abandonó en julio de 2013 un equipo cubano durante un certamen en Holanda, lanzará en el torneo profesional surcoreano después de seis contiendas sucesivas en Grandes Ligas, desde que debutó en 2014 con los Padres de San Diego. Con cinco franquicias acumuló balance de 13 triunfos y 26 derrotas, junto a efectividad de 5,11 en 109 partidos, 50 como abridor.

Tanto Despaigne como Fernández seguirán los pasos de otros tres jugadores antillanos que han militado en la KBO en los últimos once años. Son ellos el pitcher habanero Francisley Bueno (2010, Hanwha Eagles), el lanzador pinareño Yunesky Maya (2014 y 2015, Doosan Bears y un no hit no run a su expediente) y el jardinero avileño Adonis García (2018, LG Twins).

Desde hace poco más de un mes, la Liga Surcoreana inició su pretemporada a puertas cerradas y bajo un grupo de requisitos para evitar contagios por el nuevo coronavirus. De igual forma, desde este 5 de mayo y hasta nuevo aviso la campaña regular se jugará sin público.

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