Varios han sido los actores cubanos que han triunfado en España en lo que va de siglo. Como publicamos en un trabajo anterior, entre los más conocidos se cuentan Ana de Armas, María Isabel Díaz, Rubén Cortada, Roberto San Martín, Laura Ramos, Alexis Valdés… pero hay algunos que, pese a no figurar tanto en los medios de comunicación, sí han logrado abrirse un espacio dentro del competitivo escenario artístico de ese territorio. En este grupo se encuentra Fidel Betancourt Matos, quien reside en dicho país desde la primera década de la actual centuria.
Quizás muchos no estén al tanto de que el oriundo de Santiago de Cuba ha actuado en alrededor de una docena de series españolas, entre las que se cuentan las exitosas Aída -defendió el papel de Yoslandi, un sobrecargo amigo de Paz (Melani Olivares) en un episodio emitido en 2010- y La que se avecina -allí fue Emmanuel en una entrega de la quinta temporada en 2011.
Además de estas dos famosas producciones, al antillano se le ha visto en La pecera de Eva, Maras, Stamos okupa2, Los misterios de Laura, Amar es para siempre, El secreto de Puente Viejo, La templanza, Servir y proteger, entre otras, y en este 2024 disfrutamos de él en un capítulo de Machos alfa, una de las comedias de habla hispana más aplaudidas de Netflix en los últimos años.
Sin embargo, a pesar de su importante carrera en TV, ha confesado que el medio en que mejor se siente es el teatro, pues fue el que estudió durante su etapa en Cuba y es en donde más ha tenido oportunidad de profundizar, según sus propias palabras.
Sobre las tablas, en su territorio natal y también en España, ha defendido personajes en piezas como Morir del cuento, Vida y muerte de Pier Paolo Passolini, Chamaco, Fango, Fuenteovejuna, Cyrano de Bergerac, Hierro, Discurso de agradecimiento…
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En la nación europea se estableció después de casarse con una ciudadana de ese país. «Había pasado toda la carrera estudiando las vanguardias, estudiando el mundo a través de los libros, pero yo decía ‘quiero ver, quiero estar en esos escenarios, quiero ir a Roma, a Paris a Berlín, conocer la Cibeles’… y eso no lo podía hacer por muchas razones. Pero salí de Cuba en el momento justo después con la persona que me casé y de su mano conocí el mundo», agregó en el citado diálogo.
Antes había debutado profesionalmente bajo la tutela de Carlos Celdrán en Argos Teatro, quien fue uno de sus primeros mentores y le ofreció sus primeras oportunidades en el complejo mundo teatral. Después llegó al séptimo arte con el gustado filme Habana Blues y luego volvió de la mano de Fernando Pérez en Madrigal, pero seguramente su rol más recordado dentro de ese ámbito en su país natal sea el de Karel Darín, protagonista del largometraje dirigido por Juan Carlos Cremata, Chamaco, el cual le hizo merecedor del Premio Adolfo Llauradó a la mejor interpretación masculina en cine.
En este propio año conocimos que retornará a la gran pantalla después de participar en el rodaje de Comandante Fritz, película dirigida por Pavel Giroud sobre la cual te contamos aquí hace algún tiempo.
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