En sus regresos a la pelota cubana, jugadores residentes en Estados Unidos como Alexei Ramírez, Alfredo Rodríguez, Alexander Guerra y Yorlis Rodríguez no jugaron la Serie Provincial de sus respectivos territorios y llegaron directo a participar en la Serie Nacional. En cambio, atletas también radicados en el país norteño como los camagüeyanos Ermindo Escobar y Marcos Torres y el villaclareño Lázaro Alain Lapeira sí intervinieron en los campeonatos provinciales antes de involucrarse en la presente Serie 63.
En el caso de este último, un pelotero de excelentes condiciones físicas, representó a su municipio natal, Remedios, durante todo el pasado certamen y conectó más de dos jonrones, casi siempre como quinto madero de una alineación integrada por los nacionales Frank Carlos Reyes, Julio Miranda, Yeniet Pérez, Eloy Ferrer y Ronaldo Pérez. Su conjunto quedó subcampeón, tras perder en la final ante Santa Clara.
Después de retornar de Miami a la isla a principios de 2023, para integrarse a la preselección naranja, Lázaro logró un puesto en el roster definitivo y así debutó en el principal torneo beisbolero de nuestro país en la campaña precedente. En su primera contienda promedió .203, con cuatro anotadas, 12 hits, un jonrón, 13 impulsadas, seis boletos y 16 ponches.
Actualmente está en su segunda temporada con los Leopardos y luego de comenzar en la reserva por una lesión, el jardinero e inicialista ha disparado tres imparables en doce veces al bate, con dos empujadas y cinco outs por la vía de los strikes.
Antes de salir legalmente del país, el jugador de 24 años compitió en el Campeonato Nacional 15-16, en 2014, y bateó .344, con 32 hits, tres dobles, par de triples, 28 impulsadas (líder de su equipo), siete boletos y 10 ponches.
En un material anterior, que puedes leer aquí, Cubalite conversó con este joven, quien dijo que defender a su provincia en la Serie Nacional era un sueño que siempre había tenido y, al no ser necesaria la repatriación, se animó a cumplirlo frente a su familia. Todo comenzó cuando les comunicó a sus entrenadores de Remedios su intención y ellos hicieron el acercamiento con las autoridades de la pelota villaclareña, que lo conocían de sus pasos por categorías menores.
“Tras mi llegada a Estados Unidos estudié y jugué para el elenco de mi escuela, donde terminé onceno y doce grado. Luego firmé con una universidad para continuar mis estudios y mi carrera deportiva. En mi primer año en high school tenía dos jonrones y 12 empujadas en cinco juegos, estaba de segundo entre los bateadores en el país, cuando me lesioné por el resto del año. En la contienda siguiente regresé, no tuve buen promedio ofensivo, pero impulsé 25 carreras en 27 choques, con dos cuadrangulares”, explicó.
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