Durante las últimas semanas, el deporte cubano ha sufrido algunas pérdidas bastante sensibles. A finales de 2024, supimos de la muerte de Carlos Pedroso, medallista olímpico de Sidney 2000 en esgrima, y recientemente casi todos los medios del país se hicieron eco del fallecimiento del Lázaro Betancourt, importante figura de nuestro atletismo.
También en este primer mes del actual calendario, solo unos pocos sitios dieron a conocer la noticia sobre la desaparición física de un atleta que dio bastante de qué hablar en Cuba hace más de cinco décadas.
Sergio de la Caridad Ferrer Santa Cruz, conocido con el apodo de “Noche oscura”, murió el domingo 5 de enero de 2025 como consecuencia de un infarto cerebral a los 71 años. Hace alrededor de cinco décadas llegó a ser uno de los prospectos más notables de nuestro pitcheo.
“Noche oscura” nació el 15 de septiembre de 1953 en Cienfuegos y allá fue descubierto por el profesor Pedro Moré Salazar. Posteriormente pasó por la EIDE de su territorio y en 1968 compitió en la categoría 15-16 del béisbol, en los Juegos Escolares Nacionales.
Tras ascender a la sede provincial de la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético, fue captado para la academia villareña y pronto llamaría la atención de los entrenadores de todo el país.
En 1970, Sergio vistió por primera vez la camiseta del equipo Cuba cuando fue incluido en la histórica nómina que viajó a la ciudad venezolana de Maracaibo, Venezuela, para participar en el 6to. Campeonato Mundial Juvenil. A las órdenes del mánager Mario Salas, en aquel conjunto tuvo la oportunidad de compartir vestuario con atletas como Alfonso Urquiola, Pedro Medina, Alberto Martínez y Héctor Olivera (padre), futuras estrellas de la Serie Nacional.
En esa justa planetaria, el cienfueguero fue una de las figuras protagónicas. Su saldo final fue de dos triunfos sin reveses. Su primera sonrisa la obtuvo en la etapa clasificatoria ante Colombia (6-0), y la segunda vino nada menos que en la final ante los locales, en donde contribuyó al triunfo de 5-0 con 11 ponches y solo dos hits permitidos. De esta forma, Cuba conseguía su primer título en competiciones de este tipo.
Casi dos años más tarde de vivir aquel hito, el derecho tuvo su bautismo de fuego en el principal torneo beisbolero del país. Su debut sucedió con el uniforme de los Azucareros en la edición XI de la justa, justo el 16 de enero de 1972. Ese día sumó su primer triunfo al contribuir en la victoria de 8-4 sobre Mineros.
En su campaña inicial, el joven sureño celebró en grande al coronarse campeón nacional con el elenco central. Por si fuera poco, su récord de cinco victorias y una derrota lo llevó a estar entre los candidatos al Novato del Año, galardón que finalmente se llevaría su estelar compañero Pedro Jova.
Poco después del cierre de la temporada, Ferrer sumó un nuevo momento memorable a su aún corta carrera, cuando fue incorporado a la escuadra absoluta que ganaría el Torneo de la Amistad efectuado en República Dominicana.
A pesar de sus prometedores comienzos, sufrió una lesión en su brazo de lanzar y se vio privado de tener una carrera más larga en el deporte de élite. Al momento de su retiro, contaba en su currículum con solo cuatro series y participación en 56 partidos, en 49 de los cuales intervino como relevista.
Según la edición 2015 de la Guía Oficial, en su paso por los clásicos domésticos, “Noche oscura” ostentó récord de 7-5, con una lechada y siete salvamentos, además de una efectividad de 2.68 en 137.2 entradas sobre el box, average rival de .229, 56 ponches y 74 bases por bolas.
👉Si quieres recibir nuestros artículos de deportes y otros contenidos sobre ese ámbito en tu WhatsApp, únete a este grupo:
0 Comentarios