Seguramente muchas personas recuerden al bonachón Mayito de la telenovela El derecho de soñar (2023), aquella producción que homenajeó a la radio, poco más de cien años después de la primera transmisión emitida en Cuba a través de ese medio de comunicación. En dicha teleserie, el capitalino Reynier Morales acaparó no pocas miradas debido a las virtudes que mostró a la hora de interpretar a un ser humano con valores altamente aplaudibles.
Un tiempo después de transmitido el episodio final del audiovisual de marras, el actor que hace pocos días cumplió cuarenta años, se marchó hacia Brasil y allí ha comenzado una nueva vida que no ha parado de darle alegrías y a continuación te contaremos por qué.
Según confesó en una entrevista ofrecida a Yucabyte, salió del país rumbo a la nación sudamericana para rodar una película que él mismo protagonizaría, a la cual se sumaron otros proyectos más que tenía en mente.
El filme en cuestión no es otro que O deserto de Akin, escrito y dirigido por Bernard Lessa, cuya trama, según la web oficial del Festival Internacional de Cine de Río de Janeiro, se centra en Akin, «un médico cubano que trabaja en Brasil en el marco del programa Más Médicos».
Este doctor consigue aplatanarse en su país de acogida y entonces es elegido Jair Bolsonaro como presidente, con lo cual termina el convenio de colaboración en materia de salud de los dos territorios. En ese momento, el cubano deberá decidir entre la posibilidad de volver a su tierra natal o quedarse tras asumir la idea de que podría no ejercer más la medicina.
El largometraje, estrenado en la primera quincena del pasado octubre en el evento mencionado anteriormente, no ha parado de recibir críticas positivas y algunas de ellas se han visto materializadas en premios, como el que le fue otorgado al propio Morales, galardonado con el trofeo al Mejor Actor en la Mostra Novos Rumos.
Morales, quien en Cuba también actuó en la telenovela La sal del paraíso, así como en los seriales Rompiendo el silencio y Lucha contra bandidos: La otra guerra, en suelo brasileño también ha podido dedicarse a escribir varios proyectos de audiovisuales, según contó en la citada entrevista.
Además, ha mezclado música y se ha abierto a nuevas sonoridades en lo que calificó como «un momento de crecimiento, de mucho estudio, de mucha meditación, de mucha concentración y de mucha supervivencia. Es algo que está implícito en todas partes con sus características puntuales dependiendo del proceso, y así voy, dedicándome».
Hace varios años estudió percusión en el conservatorio Alejandro García Caturla y tiempo después incursionó en el rock y el rap antes de consolidarse como actor dramático, profesión que lo ha llevado a formar parte de piezas como Un hombre nuevo, El hormiguero, Deliver, Rent, Galileo Galilei, Ricardo II, entre otras. Igualmente se formó como DJ, perfil con el que actualiza incluso una cuenta en Instagram que coexiste junto a la que promociona su carrera como actor.
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