Dustin Lance Black se tomó una década para encontrar la forma correcta de adaptar la novela Under the Banner of Heaven: A Story of Violent Faith, obra de no ficción de John Krakauer que toma como punto de referencia el terrible asesinato de Brenda Wright Lafferty y su hija de año y medio, Erica, para exponer algunos de los secretos más oscuros de la religión mormona.
El texto, titulado en español como Obedeceré a Dios: Dios, los mormones y el fanatismo religioso, fue publicado en 2003 y vino a complementar el ya célebre currículum que Krakauer había engrosado con dos volúmenes de referencia para el periodismo de investigación, como son Into The Wild (Hacia rutas salvajes, 1996) e Into Thin Air (Mal de altura, 1997).
Originalmente, Under the Banner… iba a ser una película, pero hubo cambios en el camino y finalmente se decidió crear una serie limitada para la cadena FX. El principal reto de Black era darle la vuelta a este relato de true crime sin caer en los lugares comunes y el sensacionalismo de otras tantas propuestas, que actualmente explotan el género hasta el punto de la saturación.
El centro de la historia es el detective Jeb Pyre (Andrew Garfield), mormón que es alertado en medio de la noche para investigar la brutal muerte de Brenda (Daysi Edgar-Jones) y su bebé. Poco después de presenciar el macabro panorama, es descubierto un hombre ensangrentado afuera de la casa: se trata de Allen Lafferty (Billy Howle), el padre de familia, quien se se convierte de inmediato en el principal sospechoso.
Acompañado por Bill Taba (Gil Birmingham), un detective ateo, descendiente de nativos americanos, Jeb deberá comenzar a escarbar en el pasado de los Lafferty para encontrar a los responsables de cometer el horrendo homicidio doble, sucedido en la noche del 24 de julio de 1984 en el estado de Utah.
A través de los relatos de Allen y de las historias que recopilan mediante otros miembros del clan, la dupla de agentes descubrirá los riesgos enormes que implica el fundamentalismo religioso en una región en donde el 60% de sus habitantes profesa la fe de los mormones, sobrenombre que se le da a quienes pertenecen a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD).
Mientras todo eso pasa, Jeb verá cómo su sistema de creencias se ve probado una y otra vez, al entender que sus correligionarios parecen alejarse de los valores de bondad, unidad y amor en los que fueron criados.
La narración viaja del presente al pasado reciente y a otro mucho más lejano para contarnos no solo los procedimientos policiales, sino también la vida de Brenda, Allen y los demás Lafferty, así como las motivaciones del crimen y las bases de un movimiento religioso que a lo largo del tiempo parece habar ido engendrando todo lo contrario a lo que profesa.
Tal vez el hecho de incluir dramatizaciones sobre la fundación de los SUD y su devenir histórico sea un elemento que algunos no agradezcan. En ese sentido, el aura onírica que colocan como parte de las reflexiones internas de Pyre, también resulta un poco chocante dentro de una historia que, estéticamente, tiene muchos puntos en común con la primera temporada de True Detective.
Sin embargo, Under the Banner… se va por un camino diferente al de la serie de HBO, pues busca, además de presentar un drama procesal con mucha sustancia, plasmar la esencia reporteril del texto de Krakauer. De esa forma nos atrapa con una narración sólida mientras busca exponer la cruda realidad del fundamentalismo religioso en Estados Unidos, fenómeno que a ratos roza los matices de una dictadura ideológica regida por tipos con ínfulas de ser los nuevos mesías.
Basta con ver la interpretación de Garfield en las dos primeras escenas de la serie para asumir dos hechos. Primero: este caso extraordinario sacudirá la vida del agente de arriba a abajo; y segundo: el bueno de Andrew nos está dando solo una probada mínima de lo que eventualmente podríamos catalogar como una de las mejores actuaciones de su ya excelsa carrera cinematográfica, marcada por títulos como The Amazing Spider-Man (2012), Hacksaw Ridge (2016) o Tick, Tick… Boom! (2021).
No obstante, el elenco que forman también Edgar-Jones, Howle, Birmingham, Wyatt Russell (The Falcon and the Winter Soldier), Denise Gough (Andor), Sam Worthington (Avatar) y Christopher Heyerdahl (Hell on Wheels), por citar solo algunos de los estelares que acompañan al protagonista, es un lujo que está a la altura de cada expectativa y da a este show de siete episodios una sobrecogedora sensación de realismo.
Algunos pudieran decir que alrededor de las historias principales hay demasiado “ruido”, sobre todo con tanto flashback a la primera mitad del siglo XIX y la fundación de los SUD. Sin embargo, lo que a ratos pudiera sonar como sobreabundancia de información no es más que contexto que nos permite comprender las razones históricas detrás de la historia recreada por Krakauer, adaptada por Black y dirigida para la pequeña pantalla por David Mackenzie e Isabel Sandoval.
Under the Banner… es lo que muchos llamarían slow tv, con capítulos de más de una hora y un ritmo que está lejos del vértigo efectista de otras series tal vez más populares. Trama y cinematografía son de lo mejor que podríamos esperar de una época en que la televisión cada día menos tiene que envidiar al cine. Además, el mensaje subyacente vale ya la pena por sí solo. Si es amante de lo bueno, debería verla. Y si no, también.
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