
A veces, los personajes llegan a las vidas de los actores en el momento exacto en que más los necesitan. Para Daisy Sánchez, Sonia —la compleja y visceral madre que interpreta en la telenovela Regreso al corazón— no fue solo un papel más en su extensa carrera: fue un salvavidas emocional que la ayudó a levantarse del suelo cuando la vida la había golpeado con fuerza.
«En lo personal, llegó en el peor momento posible: estaba atravesando el duelo por la pérdida de mi pareja durante 18 años. Sonia me permitió levantarme y volver al trabajo», confesó la actriz al Portal de la TV Cubana. Esa declaración revela una verdad profunda sobre el poder sanador del arte: a veces, interpretar el dolor ajeno nos ayuda a procesar el propio.
Daisy tiene más de tres décadas de carrera artística, principalmente sobre las tablas, donde fundó junto al reconocido actor Julio César Ramírez el grupo Teatro D’Dos en marzo de 1990. Su formación comenzó en la danza y se consolidó en el prestigioso Instituto Superior de Arte (ISA), donde se formó como actriz. También ha ejercido como profesora, transmitiendo sus conocimientos a nuevas generaciones de intérpretes cubanos.
Con ese bagaje a cuestas, cuando Sonia llegó a su vida, ella estaba preparada profesionalmente, pero devastada emocionalmente. «Puedo decir que he tenido una carrera bastante extensa en el teatro y en la docencia. Por eso, Sonia me encontró en una etapa de madurez y experiencia que me permitió captar, desde el inicio, la magnitud del reto y lo mucho que tendría que trabajar para encontrarme con ella, comprenderla, transitarla y, finalmente, disfrutarla», explicó al mencionado sitio.
Esa combinación de madurez artística y vulnerabilidad personal se tradujo en una de las interpretaciones más memorables de la televisión cubana reciente, especialmente en aquel capítulo que marcó un antes y un después: cuando Sonia enfrenta el duelo por la muerte de su hija Silene, interpretada por Dalia Yacmell, quien fue asesinada.
La forma en que Sánchez canalizó ese dolor maternal y lo transmitió a través de la pantalla se llevó los aplausos de miles de seguidores. Las redes sociales se convirtieron en el termómetro perfecto para medir el impacto de su trabajo. Comentarios como «no pude contener las lágrimas», «Daisy me hizo sentir el dolor de una madre» y «qué actuación tan real y desgarradora» inundaron las plataformas digitales.
Su interpretación en las escenas del duelo maternal fue simplemente extraordinaria. Cada gesto, cada lágrima, cada temblor en su voz logró capturar la esencia más pura del dolor de una persona que ha perdido a su hija de manera trágica. Su rostro se convirtió en un lienzo donde se pintaron todas las emociones posibles: la rabia contenida, la desesperación absoluta y esa tristeza profunda que solo conocen quienes han experimentado una pérdida irreparable. Sánchez no actuó el dolor, lo vivió frente a las cámaras, y esa autenticidad fue lo que llegó directamente al corazón de los espectadores.
Lo más impresionante fue la sutileza con la que manejó los matices emocionales del personaje. Sonia no era solo una madre devastada gritando su dolor; era una mujer compleja tratando de mantenerse en pie mientras su mundo se desmoronaba. Daisy logró mostrar esa fortaleza quebradiza, esa dignidad herida, esa lucha interna entre el deseo de dejarse caer y la necesidad de seguir adelante.
Cuando se le preguntó cuál fue el mayor desafío al asumir a Sonia, fue clara: «sabía que Sonia sería polémica para el público. Es un personaje visceral, impulsivo, arrollador. El mayor reto fue defenderla a toda costa y mostrarla en toda su dimensión, no solo en una parte», declaró al Portal de la TV Cubana.
Y es que Sonia es mucho más que una madre sufriente. Como la propia intérprete la describe: «ella es madre, abuela, pesada, atractiva, alegre, amiga, insoportable, necesaria, inolvidable, ocurrente, heroína, enemiga, mujer, cubana. Me quedo con su valor para enfrentar la vida».
La recepción del público ha sido contundente. Declara que la frase que más le repite la gente es: «la odio tanto que la amo». Ese amor-odio es la prueba de que ha logrado crear un personaje tridimensional que respira humanidad en cada escena.
Aunque el teatro ha sido su territorio natural, Daysi también ha incursionado en la televisión cubana en producciones como En tiempos de amar y Cuando el amor no alcanza. Ahora, recién terminó de grabar con Elena Palacios una serie de 10 capítulos titulada Emocionalmente subversivas.
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