Bien decía la Original de Manzanillo que “todos tenemos un poquito, un poquitico de muchacho”, porque sin importar los años que han pasado desde nuestra —cada vez más— lejana infancia, seguimos guardando en una “carpeta” del “disco duro” cerebral recuerdos que parecen estar “protegidos contra escritura”.
Mientras algunos “noventeros” son incapaces de olvidar las paradas de guagua atestadas, los “camellos” a reventar hasta Alamar, o las colas para alcanzar una hamburguesa con un ticket, otros guardamos con cariño los ratos que pasábamos frente al televisor, cuando había corriente.
De esos años en que no percibíamos las dificultades, como muchachos al fin, nos quedan todavía unos cuantos programas que marcaron época. De todos ellos, aquí les dejamos una selección.
Toqui
Soy tu amigo/por siempre lo seré/Todas mis ilusiones/a ti te las diré… Cómo negarle la amistad a este pequeño títere que viajaba por el tiempo y el espacio conociendo a personajes de la historia humana, y enseñándonos, en el proceso, a ser mejores personas. Como curiosidad, hay que decir que el pelo de la “criatura” era el mismo de su creadora, la ecuatoriana Ana María Salas.
Castillo Rá-Tim-Bum
De Brasil llegó esta increíble serie que tenía de todo un poco: colores a chorros, brujas buenas, explicaciones pacientes sobre temas complejos y hasta música bien divertida. Nunca olvidaremos a personajes como Nino, la hechicera Morgana, el “bicho” Godofredo, la serpiente Celeste, o Tap y Flap, los zapatos parlanchines.
La Sombrilla Amarilla
Aunque a la luz de los años nos resulte extremadamente vergonzoso reconocerlo, todos deberíamos admitir que Marcolina y sus amigos no pusieron de cabeza durante mucho tiempo. Repleto de secciones interesantes y personajes graciosos como Enrique Chiquito, Monchi Pío el cartero, Chele o Juan Andarín, La sombrilla amarilla empezó por una idea para la programación de verano y terminó convertida en uno de los mejores programas infantiles cubanos de todos los tiempos
Fraggle Rock
Todos los años regresan a las pantallas cubanas estos entrañables muñecos surgidos en la mente de Jim Henson, el “papá” de los Muppets. A pesar de tratarse de un programa para niños, esta tropa de loquillos tenía siempre algo que demostrarnos sobre la vida, sobre todo, a ser sinceros y respetar las diferencias. Igual, todos seguimos aspirando a ser como el tío Matt el viajero.
El camino de los juglares
Otro de los proyectos infaltables en esta lista es esta aventura titiritera que cada semana nos hacía reír con las ocurrencias de El Güije, Florencia, la sabia jicotea, Lola, la cotorra parejera, Carmelina, la jutía guajira y Rigoberto Rondón, un majá más vago que la quijá’ de arriba. Ya que tenemos la manía de reponer tanto, sería bueno que en vez de repetir bodrios como Don Polilla, invitaran de nuevo a estos juglares a la pantalla.
El Narrador de Cuentos (The Storyteller)
Puede ser que, a primera vista, este anciano contador de historias nos diera un poco de miedo, pero después de escuchar los atractivos cuentos que narraba al calor de la chimenea junto a su perro, quedamos totalmente enganchados con su particular manera de transportarnos a mundos a los que nos estábamos acostumbrados. Por si les gustó esta versión, les anuncio que Neil Gaiman (el mismo de American Gods) está trabajando en revivir la serie.
Arcoíris Musical
En los años 90, el paraíso de las canciones infantiles era de cartón y tenía como animadores a dos personajes con ojos bastante desproporcionados. Alegrina y Tristolino eran los protagonistas de este “plato fuerte” para después de Los Muñes. De ese espacio recordamos cientos de canciones y de muchas, posiblemente, no sepamos ni el nombre.
Cuando sea grande
Varios chicos disfrazados de adultos, imaginando su vida de mayores, era un ejercicio con el que muchos nos sentíamos identificados en edades tempranas. Será que por eso nos gustaba ver este programa donde los pequeños se tomaban en serio aquello de ser pilotos, doctores o choferes de guagua, siempre con un toque humorístico muy especial.
Tato y Carmina
Surgida en pleno apogeo del Período Especial, T&C es otra de esas series que hemos visto un millón de veces, pero que igual seguimos mirando con bastante nostalgia. Lo más curioso de este producto infantil, igual que casi todas sus “hermanas” televisivas, es que no tenemos ni idea de qué ha sido de sus protagonistas.
Dando vueltas
Tal vez no sea la más querida de todas estas propuestas, pero sin duda nunca lograremos olvidarla, gracias a sus disparatados y bizarros personajes como “Caín, príncipe de la bulla” o “Pastosita”, dos seres que junto a su predecesor, Pocholo y su pandilla, le dieron a nuestros padres una herramienta de castigo más cruel que las de la mismísima Inquisición.
Si recuerdan algún otro programa de antaño, déjanos saber en los comentarios.
Recuerdo un programa llamado Habia una vez, no recuerdo en que año se transmitió pero si que con recursos limitados supo llevar a la pantalla algunos clasicos infantiles como ¨Los tres pelos de oro del diablo¨, ¨Domingo 7¨, ¨El niño estrella¨, ¨El tragasueños¨ y otros
Papá de noche
Necesito acordarme del nombre de una serie de ciencia ficción que dieron casi junto al del Sepelin Amarillo (Australiana). Que era un extraterrestre que hacía volar 3 bolitas y enseñaba como era su casa, decía caaasssaaa. Las bolitas simulaban el sistema solar de origen. El nombre propio que se hacía llamar algo extraño como Chuqui. No estoy seguro….
La superabuela