Ya la Liga de Béisbol Profesional de Colombia cruzó el ecuador de su temporada regular. Si el 8 de noviembre comenzaron seis conjuntos en el certamen con la firme aspiración de conseguir el título, actualmente son cinco los planteles que se mantienen expectantes por ese propósito. Pudiera usted pensar que eso se debe a que uno de los equipos sufrió una debacle que lo alejó de la más mínima posibilidad de pelear por el primer puesto, sin embargo, la realidad es completamente distinta. En el circuito colombiano, hace varios días, ocurrió un escandaloso incidente que puso en tela de juicio la seriedad del torneo.
Todo comenzó el 5 de diciembre, cuando en el estadio Abel Leal Díaz, debieron enfrentarse los locales Tigres de Cartagena y los Vaqueros de Montería a las 7 p.m. Sin embargo, el representativo local no se presentó al choque, comunicando que por motivos administrativos quedaba suspendido. También trascendió que, de solucionarse el inconveniente, se estaría celebrando un doble juego al día siguiente.
El viernes 6 de diciembre tampoco acudieron al terreno los peloteros de los Tigres, decisión que desencadenó una situación alarmante en el torneo rentado de ese país. El motivo era desconocido de manera oficial, aunque todo apuntaba a que se debía a incumplimientos con el pago a los jugadores. En la próxima jornada, el club felino emitió un comunicado informando su retiro de la actual temporada y, acto seguido, la División Profesional de Béisbol Colombiano, en su Resolución No. 006, notificó la suspensión del plantel por el resto de la contienda, tras no presentarse a los juegos pactados para los días 5 y 6.
Todo quedó aclarado en el comunicado divulgado por el elenco de Cartagena y, efectivamente, la razón estaba asociada a cuestiones salariales. Las ausencias de los jugadores en ambos encuentros fue una suerte de presión hacia los directivos del equipo para que realizaran el pago correspondiente a la segunda quincena de noviembre.
La entrega del dinero debió haber ocurrido el 30 de noviembre, pero los recursos provenían de Estados Unidos y en ese país el 28 (Día de Acción de Gracias) y el 29 (Black Friday) fueron días festivos, lo que imposibilitó el trámite. Ante ese percance, la gerencia del conjunto les solicitó a los atletas un plazo hasta el miércoles 4 de diciembre, pero la transferencia internacional se demoró más de lo esperado. Debido al retraso de cinco días, los activos del plantel determinaron ausentarse a los partidos antes mencionados.
Ex Grandes Ligas de Industriales debutará como director en Colombia
Ese desafortunado incidente perjudicó de forma directa a dos cubanos: al manager Bárbaro Garbey y al jugador Juan Carlos Millán Jr. El santiaguero Garbey, integrante de la selección nacional, de Industriales y luego de los Tigres de Detroit en las Grandes Ligas, estaba en su primera campaña como director en Colombia y su desempeño era favorable, debido a que en el momento del castigo, los Tigres de Cartagena marchaban en zona de clasificación, con balance de 11 victorias y ocho derrotas que lo ubicaban en el tercer escaño.
Pocos días después de quedarse sin trabajo en la liga cafetera, el entrenador de 63 años recibió otra oportunidad en la Liga de Béisbol Profesional de Venezuela, como timonel de los Tigres de Aragua.
Mientras que el artemiseño Millán, hijo del otrora inicialista de igual nombre de los conjuntos Habana, en 14 juegos promedió .174, con ocho hits, un jonrón, dos impulsadas, diez ponches y 13 boletos. Pertenece a la organización Marlins de Miami.
En estos momentos, el único cubano que queda en el principal torneo colombiano es el lanzador zurdo habanero Yoandry Portal, militante de los Caimanes de Barranquilla.
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