Si a uno le diera por leer única y exclusivamente los medios de comunicación tradicionales cubanos, podría sacar como conclusión que la historia del rock and roll en el país es bastante pobre. Dondequiera hay referencias al son, la trova, el bolero, el feeling, la rumba, el danzón o la guaracha, pero fuera de ahí cuesta encontrar mucho más.
No obstante, si se hace una búsqueda mínima en internet, se descubre que hay mucho que contar desde la Isla en torno a ese género surgido en los años 50 del siglo XX, al calor de los sugerentes movimientos de Elvis Presley, la poderosa guitarra de Chuck Berry y la voz de Jerry Lee Lewis.
Una década más tarde de la explosión definitiva del rock, en los 60, esta nación vivía una de las etapas más convulsas de su historia. En ese contexto, un grupo de muchachos que pasaba el Servicio Militar juntó un bajo, una guitarra, acordeón y tumbadoras para comenzar a darle sentido a un proyecto que se alejaba bastante de las costumbres musicales de sus antecesores.
Los Dada, al momento de su fundación en 1966, estuvieron formados por Raúl Pastora, Arturo Arias, Alex y Carlos Godínez. Juntos comenzaron a presentarse en su Unidad Militar y luego en los Festivales de Aficionados de las FAR, hasta que fueron ganando confianza y pensaron en organizarse de forma más seria.
A la altura de 1970, el conjunto logró ser reconocido como tal y evaluado, a la usanza de esos tiempos, dentro de la categoría “A”, que servía para calificar a lo mejor y más valioso de la cultura nacional. Ese mismo año, cuando Los Bravos vinieron desde España y compartieron con ellos en el Festival de Varadero, quedaron boquiabiertos con el arte de los cubanos. Claro que aquello no era raro, pues el atrevimiento y la complejidad de Pastora y los suyos estaba, cuando menos, a la altura de lo que hacían sus pares ibéricos, famosos internacionalmente por aquel hit que fue Black is black.
A pesar de su identidad y talento, les costó —como a tantos roqueros del patio— colarse en la industria discográfica. Su primera entrada a una cabina de grabaciones fue para hacer el acompañamiento de un álbum de Mirta Medina y Raúl Gómez.
A pesar de ello, ni siquiera el sesgo cultural logró evitar que la EGREM les ofreciera la posibilidad de firmar un contrato de cuatro canciones para el formato de 45 rpm. Así, llegaron dos sencillos doble A: en uno de ellos estaba Pero a pesar de todo / Buscaré nuevos rumbos y el otro con Años verdes / No te hallará mi canción, su tema más famoso.
Aunque el rocanrol era su gran pasión, Los Dada no pudieron evitar la fuerte influencia del movimiento conocido como Nueva Trova y por ahí juntaron ambos intereses para crear una fusión bastante insólita entre dos ideas musicales que, al menos en apariencia, se veían ligeramente distantes. El resultado fue una sonoridad original que terminó por ganarles buena parte del público.
En diferentes etapas, la alineación estuvo formada, entre otros, por los vocalistas Arturo Aruca, Manuel Calviño (sí, el profesor de Vale la pena) y Lázaro Morúa (armónica) y Víctor ‘Vitico’ Valdés; Alfredo Arias en el teclado; Juan Sebastián ‘Chano’ Monte, José Oliva y Fernando del Toro como guitarristas; los bateristas Jorge ‘El Muela’ Vázquez y Héctor ‘Ringo’ Barrera. Otros nombres destacados a lo largo de su historia son los del percusionista Pedro ‘Guapachá’ Borcela, además de Hugo Morejón, Rogelio ‘Machito’ Pardo, Frank Padrón, Tirso Roches y Edilio Caridad Montero
Eventualmente, ya en la época ‘trova-roquesca’ se sumaron otros miembros como Pedro Melo, Jorge Vázquez y dos ‘monstruos’ como Pedro Luis Ferrer y Mike Porcel, quienes años más tarde tendrían una excelente obra de forma independiente.
Con su ritmo novedoso, Los Dada conquistaron a la gente en todos los rincones del país. Desde el Festival de Varadero hasta el del Nuevo Creador, el de la Juventud y los Estudiantes y el Concurso Adolfo Guzmán… cuanta plaza contó con su presencia se rindió ante la presencia del grupo.
Paralelamente a sus composiciones originales, en los 80 la ‘cuadrilla’ entró en una fase de metamorfosis que comenzó con los covers que le hicieron a temas de Santana o Rare Earth. Esta tendencia continuó hasta convertirlos, casi por completo, en una banda dedicada a las versiones.
Al filo de 1990 tuvieron la posibilidad de trabajar fuera del país con bastante regularidad, mientras sus presentaciones a nivel doméstico empezaron a quedarse únicamente en actuaciones en calidad de acompañantes de varias figuras de la escena nocturna habanera. A finales de esa década, Pastora abandonó su rol como músico y pasó a ser el representante de la agrupación.
Curiosamente, desde mediados de los noventa hasta su disolución definitiva en 2000, Los Dada se dedicaron a realizar una inusual incursión en las raíces afrocubanas. Acostumbrados a mezclar distintas variantes musicales, decidieron unir los ritmos del continente negro con matices españolas para hacer desde baladas hasta guarachas, lo cual terminó por agrandar su legado.
Aunque hoy no quede más de ellos que el recuerdo, nadie duda que esta banda se encuentra en la élite histórica del rocanrol cubano.
Carlos Godínez Goicochea
percusionista
Nació el 30 de marzo de 1946 en La Habana, fallece 27 junio 2022 QEPD
Decendiente de una familia de músicos, Hijo del Cantante Pedro Godinez valdes, y nieto de Carlos Godinez Facenda (tresero) y Carmelina Valdes Perdomo (Tu Vives como Carmelina) Agustin Gutiérrez Brito, su abuelo de crianza
Desde muy niño sintó inclinacion por los intrumentos de percusión , siendo adolecente a sus14 años comenzó a tocar en centros nocturnos, su primer trabajo como profesional fue en el Teatro Las Mascaras en el año 1962 como percusionista de obras teatrales, al próximo año comienza en el Hotel Riviera, en el Salón Libertad, con el cuarteto ( Los Nodarse) y en dicho hotel posteriormente integró a Los Armónicos de Felipe Dulzaides en el año1965
Estando en el ejercito S.M.O , formó parte del grupo los Dadas, y en 1968 integró la Orquesta ICRT de la radio y la televisión por espacio de 2 años, 1969 comienzó con la Orquesta Estrellas Cubanas por un largo recorrido de 23 años de trabajo continuó, despues con la Charanga America y el Septeto Raison de los hermanos Ríos, con ellos realizó giras en festivales de Alemania , Suiza , Inglaterra , Japon , Luxenburgo , Francia y Holanda.
En 1996 integró Cubanismo por un espacio de 5 años realizando infinidades de giras artisticas por el mundo , terminando con Cubanismo integró meses despues la Charanga Havana All Star por varios años.
En 2005 participó en varios festivales de jazz en el Circuito Español, haciendo un recordatorio a Los Chicos del Jazz, con el gran Paquito D’ Rivera una banda de la adolecencia donde también estabán grandes músicos como Amadito Valdés, Rembert Egües, Fabian García Caturla
En 2008 se incorporó nuevamente a Estrellas Cubanas hasta su retiro en 2015, sus últimos Años de vida trabajo con el Grupo Cuerdas de la Habana (Violines) y dando clases de percusión.