Leysis Cejas, versátil actriz cubana: “Me han llegado oportunidades, otras he tenido que salir a buscarlas”

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Leysis Cejas. Foto tomada de su perfil en Instagram (@leysis_cejas.oficial).

Antes de comenzar la entrevista, Leysis me envía su currículo. “Quería mostrarte algo de mi trabajo, para que conocieras lo que hago. No es tan extenso como el de otros artistas”, dice. Al abrirlo, mi sorpresa no pudo ser mayor: durante su trayecto como actriz en la televisión ha formado parte de policiacos, teleseries, novelas, dramatizados, programas encaminados a la formación de valores en los jóvenes, una película, e incluso infantiles como Sopa de palabras.

Con tal recorrido, imagino que había estado vinculada al arte desde siempre y que recibió una formación en esta rama, pero no fue así.

Leysis comienza a hablar con una rotunda certeza: “tenía claro, desde pequeña, que yo quería ser actriz”. Era la típica niña que destacaba en las actividades culturales escolares. “En la secundaria empecé a recibir clases en los talleres de actuación del actor y profesor Pedro Fernández, con vistas a las pruebas de actitud de la ENA, a las cuales me presenté, pero no fui seleccionada”. Llegaría el primer NO, pero lo asumió con la determinación de que solo representaba una limitación, no el final. “No desistí y continué con mi preparación en los talleres de actuación”.

En ese momento importante de su futuro profesional que tienen los jóvenes al terminar la secundaria básica, Leysis escogió contabilidad y, más adelante, ingeniería industrial (para continuar con la tradición de la familia: su madre y su tía son ingenieras también).

Aunque a priori pareciera que estas profesiones nada tienen que ver con aquella pasión primigenia por el arte, ella las supo enlazar y llevar a la par. Mientras estudiaba en las diferentes escuelas, el tecnológico y la CUJAE, asistía a clases de actuación. “Estaba clara de que era un camino para aprender y luego conseguir un trabajo que me hiciera crecer profesional y personalmente, pero mi sueño de ser actriz no lo pensaba abandonar. Yo iba a seguir preparándome, yendo al teatro, alimentando esa ilusión de que algún día podría actuar”.

Es aquí donde tiene un rol determinante su madre. “De niña, mi mamá jugaba conmigo haciendo como pequeños dramatizados donde ella interpretaba a un personaje y yo a otro, casi siempre de cuentos infantiles; así nos divertíamos mucho jugando y actuando a la vez”. Fue precisamente la señora, que también hubiera querido ser actriz, la que vio el anuncio para un casting en la televisión y la animó para que se presentara.

“Entré a la televisión a través de un programa del Canal Educativo que se llamaba Con tus manos. Fue mi primera experiencia delante de las cámaras. Tuve la dicha de trabajar con el gran actor Rolando Núñez, quien ya falleció lamentablemente. En ese espacio teníamos que actuar y conducir, lo cual era todo un reto para mí. Ahí estuve durante casi doce meses”. Cinco años después, dice: “las primeras oportunidades siempre se guardan con el mayor cariño”.

Leysis ha sido presentadora de varios espacios televisivos. Foto tomada de su perfil en Instagram (@leysis_cejas.oficial).

“Una vez que comencé en televisión, fueron llegando oportunidades y algunas fui a buscarlas yo”. A Leysis no le apena decir que en muchas ocasiones se ha presentado delante de directores para mostrar su trabajo con la esperanza de que la incluyan en sus proyectos.

La conducción, una rama nada fácil dentro del mundo artístico, la ha asumido con mucha seriedad. Programas como Con tus manos (2015-2016), Te invito al cine (2016), De nuestro idioma (2016-2018), Zona Deportiva (2018-2019) han contado con su imagen para presentarlos.

Además, ha actuado en otros programas como Sácame del apuro (2016), El taller de Peña (2018-2019), Congruencias (2019-2020), Cuando una mujer (2019-2020)…

Al dar una rápida ojeada a su trayectoria artística destacan, especialmente, dos bien diferentes: Sopa de palabras y Tras la huella. De ambos nos comenta:

“Yo he descubierto una pasión muy grande con los programas infantiles. Agradezco la oportunidad que me ha dado Mauricio Núñez, director de Sopa de palabras. Recuerdo que, inicialmente, me dio el personaje de una brujita desmemoriada y a partir de ahí pude hacer muchísimos otros, tanto positivos como negativos: un hada, el sentimiento negativo de la envidia, una brujita eternamente joven. Todas estas son caracterizaciones que he disfrutado inmensamente porque me dieron la posibilidad de crearlas a través de mi imaginación. Puedo pensar que van a actuar de una manera más histriónica, porque son personajes para niños, y me divierto muchísimo interpretándolos, así como durante el proceso de preparación y creación. Espero seguir haciéndolos por mucho más tiempo”.

“La directora Loysis Inclán me dio la primera oportunidad en Tras la Huella, en 2016, en el caso Invitación a la muerte, con un personaje pequeño como inspectora de aduana. Poco a poco fui haciendo más capítulos y obteniendo roles de mayor peso. He trabajado con otros directores de esta serie, desde ese año y hasta 2019, como José Víctor Herrera, Omar Alí, Armando Toledo, y con todos me siento súper agradecida por las oportunidades y la confianza. Me han ayudado, incluso, orientándome libros para mi formación como actriz”.

En siete capítulos distintos, ha podido ponerse en la piel de personas bien diferentes. “Me ha encantado interpretar personajes que disten tanto de mí. He podido hacer una mujer vulgar, una asesina, una oficial del Ministerio del Interior, otra extremadamente buena e inocente. He estado en todos los extremos”.

Con respecto a este audiovisual, se le acumulan las anécdotas. “Hay una que recuerdo mucho. Fue en el caso Compinches (2017). Tenía una escena violenta y el actor que interpretaba a mi pareja y yo nos fajábamos. El director nos dijo que recreáramos bastante la pelea hasta un momento en el que yo tenía que gritar «auxilio» y venía la policía. El actor con el que compartía la escena tenía tanta energía que recuerdo que cuando estábamos en aquella riña llegó un instante en el que yo no podía más y tuve que pedir socorro dos y creo que hasta tres veces, porque me llegué a sentir súper violentada, como si me estuvieran lastimando de verdad; gritaba y gritaba para que me lo quitaran de encima. Cuando terminamos, me miré el cuerpo y no tenía ni un rasguño, nos abrazamos súper fuerte. Fue un abrazo bien enérgico y un gesto muy reconfortante”.

Para otro de los casos en los que participó, debió aprender a montar bicicleta. “En el caso Carnada (2019) interpretaba a Gretel, una muchacha que era oriunda de Camagüey. Tenía una escena en la que el personaje montaba bicicleta en una escenita muy pequeña y tuve que pasarme muchas horas practicando” (en pantalla no sale ni 10 segundos).

En Azul de barra (2018), otro de los capítulos del policiaco, su personaje tiene todo el peso dramático. “Interpretaba a Yeny, una mujer cómplice de asesinato que se comportaba de una manera fría ante este hecho. Llevó mucho estudio de mi parte y la escena de interrogatorio la recuerdo como una de las más fuertes, porque es donde se devela en la historia el porqué del asesinato. Fue uno de los roles más complicadas que he hecho y, a la vez, uno de los que más disfruté”.

Leysis tiene 28 años, y hoy, la niña que memorizaba las poesías que le enseñaban sus familiares (“yo recitaba y ellos me aplaudían. Volvía a recitar la misma poesía, y así infinitas veces siempre que hubiera aplausos”) y luego leía las obras de teatro en voz alta mientras las iba dramatizando, ha incursionado también en el cine. Su primer rol en la gran pantalla apareció en el largometraje Café de medianoche, del director Carlos Alberto García, próximo a estrenarse. “Tuve el privilegio de interpretar un personaje muy hermoso ahí, Nacha Cavana, una cantante de los años 80”. A esta película, en la que comparte escena con actores con los que ya ha coincidido antes como Maykel Amelia y Ray Cruz, llegó cuando el director la llamó después de verla actuar en el capítulo de Tras la huella, Azul de barra.

Ha formado parte del elenco de la telenovela Entrega (2019) y, a estas alturas, pudiera parecer que ha estado en todos los medios, pero aún le falta hacer teatro. Es su tarea pendiente.

Leysis Cejas recuerda con mucho cariño su trabajo en el programa infantil Sopa de palabras. Foto cortesía de la entrevistada.

De su interacción con el público también guarda curiosas anécdotas. “Es sumamente reconfortante cuando te reconocen en la calle. Luego de los spots De nuestro idioma, más de una vez me pararon para preguntarme cómo se decía determinada palabra o para sugerirme vocablos nuevos para el programa, pero lo más gracioso es que un día, poco después de que saliera un personaje negativo que estaba haciendo en Tras la huella, mientras hacía un trabajo de ingeniería, había un muchacho que se me quedaba mirando con insistencia y se acerca y me dice «como tú te pareces a la muchacha que salió en la televisión» y las compañeras que estaban conmigo le decían que efectivamente era yo. Él no lo creía, no entendía cómo podía estar haciendo cosas tan distintas”.

En 2020, a Leysis, como al resto, se le interrumpieron planes y quedaron muchos en el tintero. “Este año había comenzado muy bien, estaba grabando algunos programas cuando tuvimos que detenernos, lamentablemente, por la pandemia, y a partir de ahí mi vida se convirtió en un período de mucho estudio, a partir de la lectura de obras clásicas de la literatura universal, profundizando en los métodos de actuación de Konstantín Stanislavski y Sanford Meisner. Aproveché, además, para ver mucho cine en casa”.

Cuando ya nos parece que no queda una faceta artística no explorada, añade: “tengo que continuar un curso de locución, pues esta es una profesión en la que también me he desempañado y la quiero llevar paralelamente a la actuación”. Luego nos enteramos de que, como aficionada, también canta.

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