La oportunidad ¿perdida? de Jorge Tartabull

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Jorge Tartabull. Foto tomada de su perfil en Facebook.

Tras salir de Cuba vía legal, a mediados de 2018, junto al torpedero Yolbert Sánchez, el jardinero Jorge Alberto Tartabull pasó, como muchos, algún tiempo en República Dominicana. Al ver que la posibilidad de obtener una firma profesional en el primer nivel del béisbol de Estados Unidos era más difícil de lo pensado, continuó su camino hacia México, donde reside en la actualidad. Allí lleva más de dos años y ha hecho mucho con tal de que aparezca una gran oportunidad para su carrera. Tal vez ya no piensa en las Mayores, pero sigue pensando en una gran oportunidad.

Se puede decir que el habanero ha puesto su nombre en el radar de la pelota azteca, pues, si bien no ha podido debutar en ninguno de los dos circuitos principales de ese país, en la Liga Meridiana de Invierno ha dejado huellas profundísimas que todavía mantienen su forma. Recuerden que la Liga Meridiana es un torneo que ya cuenta con nueve ediciones, generalmente inicia después de septiembre y finaliza sus acciones luego de la primera quincena de enero, y es habitual la presencia de jugadores antillanos conocidos o de jóvenes con notables perspectivas.

Su primera temporada en ese certamen fue en 2018 con el conjunto Azulejos de la Dolores Otero y hasta el 26 de diciembre marchaba puntero en jonrones, con ocho, junto al pinareño Yansiel Ajete. Además había impulsado 22 carreras, a una del líder Ajete.

En la contienda siguiente, 2019-2020, repitió con los Azulejos y su desempeño fue similar al del campeonato precedente. Participó en el Juego de Estrellas con la Selección Naranja (triunfadora) y en enero disfrutó con su escuadra el título (también fueron campeones el artemiseño Luis Alberto Medina, el santiaguero Alberto Díaz y el vueltabajero Lázaro Leal). Tartabull terminó tercero en average (.403) y volvió a perder ocho pelotas (líder).

Entre ambas ediciones de la Liga Meridiana registró en 2019 su única experiencia en la Liga Norte, un evento de mayor nivel, en defensa de los Delfines de La Paz. Allí solo jugó en once partidos, promedió .275, con 11 imparables, tres dobles, siete anotadas, cuatro impulsadas, seis boletos y 10 ponches. Compartió equipo con el pinareño Maikel Serrano y el capitalino Albert Lara.

Me atrevo a decir que, fundamentalmente, esas dos excelentes temporadas que firmó con los Azulejos de la Dolores Otero le permitieron vivir la que, quizás, ha sido su mejor oportunidad en el béisbol mexicano. El otrora jugador de Industriales y la Isla de la Juventud en la Serie Nacional fue invitado a mediados de septiembre a la pretemporada de los Cañeros de Los Mochis, rumbo a la campaña 2020-2021 de la Liga del Pacífico.

Acumuló más de una decena de turnos al bate en encuentros contra otros clubes del campeonato invernal que comenzó el 15 de octubre, pero al final no pudo incluirse en un roster que tenía definidos a sus tres extranjeros: el dominicano Leandro Castro y los cubanos Josuan Hernández y Eddy Julio Martínez. Desde el principio, Tartabull supo su condición y que para obtener un puesto en los Cañeros tendría que batear desaforadamente.

Cubalite conversó con una fuente cercana al equipo de Los Mochis sobre el caso del sanmiguelino de 27 años.

“La invitación a una pretemporada en la Liga del Pacífico tiene su lado bueno, eso quiere decir que el nombre del jugador está sonando, como fue el caso de Jorge en la Liga Meridiana, donde ha lucido muy bien. Si tiene un desempeño notable cuenta con grandes posibilidades de conformar la nómina definitiva. Pero también si le fue mal durante la pretemporada, los directivos del equipo pueden pasar un reporte negativo del atleta a otro club que se interese por sus servicios.

“Cuando te invitan no puedes rendir igual que el resto, tienes que lucir, por mucho, mejor que todos y así llegará tu chance. El béisbol en México funciona mucho con recomendaciones: si yo tengo de ti un buen criterio, pues te recomiendo en algún elenco. Igualmente las estadísticas ayudan en un posible contrato.

“Para esta temporada, los Cañeros tenían dos extranjeros establecidos en la Liga, Josuan y Leandro, y el tercero era el cubano Eddy Julio, un pelotero de fuerza que el equipo necesitaba como cuarto bate. A Tartabull no le fue bien; si no me equivoco pegó dos hits en poco más de 12 veces al bate. Se fue con el aprendizaje de cómo son las cosas a este nivel. De haberlo hecho muy bien, tal vez lo hubiesen dejado como el cuarto extranjero, que eso significa que estaría en la reserva por si alguien se lesiona. Tendría su salario y estaría a la espera de la primera oportunidad para poder subir”.

Tartabull, que en cinco temporadas en Cuba bateó .270, con 195 hits, 39 tubeyes y seis jonrones, jugó entre febrero y marzo de este año en la Liga Jaguar del Mayab, con el elenco Tiburones de Holbox.

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