Hasta 2014, Norlan Santana, rapero cubano conocido como “El Misionario”, apenas conocía sobre la existencia de Eurovisión. Fue su esposa, la finlandesa Satu Inkeri Leygonier, quien lo introdujo en el tema del célebre Festival de la Canción que se realiza desde 1956 y en el que participan cantantes de casi todos los países del Viejo Continente.
Cuando vio ese show, el artista establecido en Finlandia desde 2005, quedó enamorado y sintió que quería ser parte de aquello.
Sin embargo, primero debía vencer la eliminatoria nacional, conocida como Uuden Musiikin Kilpailu (UMK), algo que, como latino e hispanohablante significaba un reto incluso mayor para él. En su participación inicial, sucedida en el propio 2014, se quedó en la etapa clasificatoria, pero no se dejó vencer por el primer revés.
Para 2015, el cubano logró ser seleccionado entre los 18 participantes que llegaron a las rondas de actuaciones en vivo del UMK. Con el tema No voy a llorar por ti, dedicado a su padre fallecido dos años antes, Norlan El Misionario avanzó en el cuarto lugar de la primera semifinal, realizada el 7 de febrero.
En la actuación definitiva, el 28 de febrero, el antillano recibió el 4.1 % de los votos combinados entre el jurado y el televoto, lo cual lo llevó a finalizar en la séptima plaza entre nueve candidatos. Resultó ganadora la banda Pertti Kurikan Nimipäivät con la canción Aina mun pitää.
«Yo creo que es momento de que el planeta entero vea que Finlandia es un país multicultural e internacional. Por eso creo que puedo hacerlo», había declarado en aquel momento.
De acuerdo a sus propias palabras, su apodo viene de la época en que comenzó en la escena urbana de su país natal. Primero le llamaron “El misionero del reguetón” y luego “El embajador latino”, pero él decidió quedarse solamente como El Misionario para el resto de su carrera.
Norlan nació en 1977 en el municipio habanero de San Miguel del Padrón. Allí, mediante una antena fabricada con un perchero metálico, él y sus amigos de juventud lograban captar varias emisoras estadounidenses que transmitían hip-hop y otros géneros urbanos provenientes de ese país. Más adelante, conoció una de las grandes agrupaciones del rap gracias a un obsequio. «El primer casete que me regalaron tenía las grabaciones de Public Enemy. Eso fue fundamental para mí», relató a la BBC.
Según reveló en una entrevista para el sitio Eurovision Song Contest Plus Internacional, su recorrido en el mundo de la música inició oficialmente en 1996, aunque su primer proyecto, Alto Voltaje, no surgió hasta el año siguiente.
“Le dimos voz al hip hop en Cuba y estuvimos varios años en la cima del género, haciendo giras por todo el país. Uno de nuestros mayores éxitos se llamaba Que bolá asere, recordó.
Después de grabar algunos discos y pasar por la Universidad de La Habana como alumno de la carrera de Estudios Socioculturales, en 2004 fue invitado a Finlandia como parte de un intercambio cultural. Jamás imaginó cuánto le cambiaría la vida ese tour.
Entre actuación y actuación en el país nórdico, conoció a Satu, quien por esa época se desempeñaba como periodista de temas culturales. Ambos se enamoraron y comenzaron un vínculo que dura hasta la actualidad.
“Encontré el amor de mi vida cuando estaba de gira en Finlandia, y ella sigue siendo hoy mi esposa y mi manager. Estamos casados y trabajamos juntos desde hace 10 años”, contó en 2015.
Después de casarse en Cuba e irse a vivir definitivamente a ese país, El Misionario debió lidiar con el “gorrión” del emigrante y con un mundo que hasta entonces le parecía totalmente distinto a lo que había conocido. Sin embargo, sus deseos de dedicarse por entero a la música jamás estuvieron en duda. Allí se convirtió en un pionero: según declaró, fue el primer extranjero que logró colocar reguetón en español en la radio de aquella nación.
“Hay que tener sueños porque tú nunca sabes hasta dónde puedes hacerlos realidad. Si tú mismo te censuras y no crees en ti, nadie más lo hará. Tú mismo eres tu pasaporte hasta donde quieras llegar”, expresó ante los micrófonos de una radio andaluza en 2017.
Afortunadamente, contó con todo el apoyo de su mujer, quien dejó su trabajo como profesional de la comunicación para convertirse en su representante. «Ella viene de una familia de periodistas, así que la reacción fue de duda, de que pensara bien por qué estaba dejando su profesión», rememoró Norlan en una entrevista.
Durante un tiempo la pareja batalló duramente con los problemas económicos, pero el amor los mantuvo a flote. «Nos tocó vender hasta botellas que recogíamos en la playa para poder sobrevivir. No ha sido fácil la vida acá», confesó a BBC.
Después de incontables vicisitudes, en 2008 salió el primer disco de Santana en tierra finesa, del cual se desprendió el hit Sauna Caliente, que llegó a estar en el puesto 2 de las listas de éxitos nacionales durante varias semanas. «Mi idea era que la gente relacionara el calor de la canción con lo que ellos sienten en esos lugares tan populares en este país», dijo.
Tras varios años en el norte del continente, él y su esposa decidieron mudarse al municipio de Fuengirola, ubicado en la provincia española de Málaga. En el sur de la península ha grabado varios temas y ha tenido una plaza fija en el Olokku VIP Club.
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