“Lennier Ramírez Benavídez, de 30 años de edad, falleció ayer en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), tras haber sido desahuciado de su vivienda en el número 19 de la calle Independencia por mandato judicial y con la intervención de la Policía Nacional”, publicó el diario El Comercio el 5 de mayo de 2016 sobre el fallecimiento de este joven cubano que residía en territorio español desde 2010. Ese propio día, los medios más leídos de la nación europea se hicieron eco de la lamentable noticia.
Según el informe difundido por las fuerzas del orden, el trágico evento tuvo lugar después de un desahucio llevado a cabo por la comisión judicial en colaboración con la policía, la cual tuvo que llegar al lugar debido a la negativa del cubano de dejarlos entrar a la casa.
Todo ocurrió al filo de la una de la tarde. Tras un rato de conversación, Lennier permitió pasar a los agentes y, acto seguido, el secretario judicial le informó del auto de desalojo dictado por el Juzgado de Primera Instancia Número 11 de Oviedo.
Sin embargo, cuando parecía que la situación estaba bajo control, de pronto Ramírez perdió la compostura y atacó a uno de los oficiales, al cual mordió en la pierna antes de ser neutralizado.
Mientras era llevado a la estación para ser procesado por un delito de atentado a la autoridad, los policías notaron que el oriundo de Cuba se encontraba en un estado que le impedía respirar.
Lo condujeron al HUCA y allí, tras ser atendido durante alrededor de 20 minutos, el personal médico les comunicó de su fallecimiento como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio.
Su desahucio estuvo motivado por algunos impagos en la renta del inmueble. En declaraciones ofrecidas a la prensa local, los inquilinos del edificio confirmaron que Lennier vivía solo en el apartamento. Uno de sus vecinos, Andrés Velasco, declaró haber presenciado el momento del desalojo, durante el cual vio a “dos o tres policías, dos chicas y un cerrajero. Él estaba tumbado en el suelo tapado con un abrigo o algo y pensé que había muerto en su casa”.
Según publicó en aquel momento Europa Press, las fuentes consultadas de la Policía Nacional de Oviedo, explicaron que no hubo “nada de nada anormal” en esta detención.
Por su parte, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias reportó que el estudio forense practicado al artista cubano confirmó la información de muerte natural provocada por un fallo cardíaco-respiratorio. En un extracto del informe publicado en un periódico de Tenerife, se expone que “no se han apreciado traumatismos, ni fracturas óseas, ni hemorragias internas, ni ningún otro signo violento que hubieran podido provocar su fallecimiento”.
Por su parte, el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, expresó: «la Policía Nacional ha cumplido órdenes por parte de la justicia y se ha producido una vez más ese drama que es un desahucio. Es imposible que un policía acuda cumpliendo órdenes a desahuciar a alguien con una idea premeditada de violencia, más bien todo lo contrario».
A pesar de estas informaciones, sus familiares y amigos se mostraron desconfiados con la respuesta de las autoridades e iniciaron acciones legales.
No obstante, el caso fue archivado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Oviedo. Al respecto, la magistrada María Simonet Quelle reflejó en el auto que “no queda acreditada una muerte violenta relacionada con la actuación policial”.
Lennier residía en Oviedo, España, desde 2010 y allí dirigía, junto a su hermana Yamilaini, la academia de baile Ciudad de Oviedo, localizada en la calle Álvarez Lorenzana del barrio El Cristo. Él era un bailarín formado en la Scuola di danza di Tiziana Farco e Monica Morra, en Torino, Italia, y tenía experiencia en el Ballet de la Televisión Cubana.
Al momento de su muerte hubo mucho revuelo, pues, además de las circunstancias de su deceso, él se había dado a conocer antes gracias a su participación en reality shows como Adán y Eva (Cuatro), Cámbiame (Telecinco) y Got Talent España (Telecinco), del cual fue descartado por los jueces tras interpretar una canción.
Dos meses después de aparecer en ese último espacio televisivo, cuando salió al aire el programa en donde se presentó, Lennier publicó en su perfil en Facebook que se sintió “de puta madre” durante la grabación y añadió que el equipo había sido magnífico. Afirmó igualmente que seguiría dando guerra.
En su cuenta de Twitter, donde era muy activo, Ramírez se había descrito a sí mismo como un bailarín, cantante y coreógrafo luchador y sincero, además de un superviviente incapaz de rendirse.
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