Hace pocos días comenzaron los entrenamientos de la preselección de Matanzas para la edición 60 de la Serie Nacional de béisbol. Varias figuras no estaban en las primeras jornadas, generalmente por compromisos con los equipos Cuba Sub 23 y absoluto. Uno de los ausentes en el Victoria de Girón era el talentoso jugador Juan Elián Manrique Gómez o Juan Manrique Jr, como casi todos lo conocen. Pero él no estaba porque nunca lo llamaron al concentrado.
Al segundo día de entrenamiento, numerosos usuarios empezaron a comentar en grupos en Facebook, vinculados a los Cocodrilos, su descontento ante la no invitación a la preselección yumurina del hijo del destacado receptor de conjuntos matanceros y selecciones nacionales, Juan Manrique García. La presión social, al parecer, tuvo un momento de gran ebullición y el jueves pasado autoridades deportivas del territorio lo contactaron para que se sumara al concentrado.
Cubalite entrevistó al atleta de 23 años, residente en Cárdenas y con pocas oportunidades en sus dos Series Nacionales —44 veces al bate. Durante casi una hora habló sobre decepciones, injusticias y buenos momentos de una carrera deportiva que piensa continuar a pesar de las adversidades, sino es en su territorio, en otra provincia.
En el inicio de la preparación de los Cocodrilos no estabas entre los elegidos. En cambio, sí fueron incluidos dos receptores, no tan jóvenes de otras provincias, cuando en Matanzas hay jóvenes valores para desarrollar esa posición.
“Cuando escuché eso, me asombré un poco. Si tú me dices que van a traer a Yosvani Alarcón o a Andy Cosme —reforzó a Matanzas en la Serie 59—, que son los cátchers de cabecera en Las Tunas y Artemisa, lo entiendo, porque tienen calidad. La verdad que no comprendo qué tipo de desarrollo quieren hacer, cuando hay receptores en la provincia con talento y no los están desarrollando como se debe. Se corre el riesgo de que se vayan a jugar a otro territorio”.
¿Qué crees que influyó en tu inclusión en la preselección matancera el jueves 5 de marzo?
“Más bien creo que esa inclusión a última hora fue para cumplir, ante los comentarios de muchos aficionados por diferentes medios. La gente que me conoce, sobre todo aquí en Cárdenas, sabe que yo siempre me entrego en cualquier torneo que juegue y por eso reclamó mi presencia en una posición en la que hoy Matanzas necesitas jóvenes figuras ante la ausencia de Ariel Martínez”.
“En la Serie Provincial fui uno de los mejores bateadores de mi equipo. Si mal no recuerdo bateé de 29-13 —.448 de average— en diez partidos y si no impulsé más carreras fue porque estaba de segundo bate. Fui una de las bujías de mi elenco y terminé entre los mejores bateadores de mi zona en el torneo. A pesar de esa actuación, no me incluyeron en la pre desde el primer momento. Mi padre siempre me da fuerzas y me pone como ejemplo el año que lo sacaron, bateando .350 y 19 jonrones”.
“No obstante, yo seguiré luchando por una plaza en el conjunto y por conseguir la titularidad. Igualmente quiero seguir creciendo como pelotero, escuchar consejos de los más experimentados y entrenar fuerte en cada sesión. Quiero demostrarme que tengo para estar en el equipo sin necesidad de que los aficionados hagan presión”.
A tu edad podrías tener más Series Nacionales, ¿no crees?
“Matanzas es una provincia que ha dado buenos receptores históricamente. Cuando terminé mi etapa de juvenil ingresé al Servicio Militar y salí con 20 años en un momento en que había cátchers destacados en los Cocodrilos. Después pude jugar en dos Series y ahora estaría luchando por estar en mi cuarta, pero me dejaron fuera del equipo en la temporada 59”.
¿Por qué no participaste en la Serie 59?
“Realmente no encuentro respuesta para explicarte eso. Incluso, después de que Orlando Arencibia decide retirarse del elenco, no me llamaron y contactaron a un receptor que estuvo en la preselección del equipo Sub 23 y no se incorporó a ese plantel porque no estaba en las mejores condiciones. No entiendo por qué están actuando así conmigo, tal vez es algo personal. Siento que me tienen echado a un lado, cuando yo no he tenido problemas con ningún entrenador”.
¿Te has planteado la posibilidad de que si continúan las injusticias contigo en Matanzas puedas representar a otra provincia en la Serie Nacional?
“Yo tengo algo muy claro y es que no perderé mi juventud. Tengo potencial y si otra provincia me diera la oportunidad y apreciara mi calidad, pues yo aceptaría jugar. A pesar de que queda lejos, Santiago de Cuba es un territorio donde me gustaría jugar. Siempre me han gustado sus equipos y ahora tienen a muchos jugadores jóvenes, algo que podría ayudar a mi adaptación”.
¿Tu desempeño en los Nacionales Sub 23 ha cumplido tus expectativas?
“Tengo tres Nacionales sub 23 y dos Series Nacionales con Matanzas. Estoy bastante satisfecho con lo que he hecho: en el primer año tuve algunos juegos como titular y tercer bate y ya en el segundo año sí recibí más oportunidades y estaba en la columna vertebral de la alineación. El año pasado no me dieron muchos chances, pero conecté dos jonrones en pocos turnos al bate”.
El legado de tu padre lo llevas siempre presente…
“Te soy sincero, yo nací en 1996 y vi muy poco jugar a mi padre. Eso sí, he visto algunos videos de sus tiempos en la Serie Nacional y he podido comprobar el gran receptor que fue, del que muchos me hablaban. Eso me ha servido de inspiración, a pesar de que mis comienzos fueron como jugador de cuadro”.
“Luego me trasladé a la receptoría y él me enseñó muchas de las mañas que debe tener un jugador de esa posición durante las Series Provinciales o en la Serie Nacional Sub 23 cuando era entrenador mío. Igualmente me ayudó bastante en el plano ofensivo, porque fue un gran bateador con una buena zona para conectar”.
¿No crees que llevar el apellido Manrique implica más presión sobre ti?
“Muchas veces no conozco por mi papá las injusticias que con él se cometieron. No le gusta hablar sobre eso para no crear indisposición en mí, pero a veces el apellido pesa y lo he sentido en todas las categorías. Para los hijos llevar en la espalda el apellido de Pestano, Gurriel, Mesa, Vargas o Manrique siempre crea un ambiente de comparación con los padres”.
“En mi caso, siempre me he enfocado en hacer bien las cosas y pensando que mi padre no comenzó siendo una figura. Como todo atleta que inicia, presentó sus deficiencias y paulatinamente fue progresando hasta convertirse en el gran jugador que fue”.
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