Cada año, en las diferentes ligas invernales profesionales de béisbol del Caribe, es usual la presencia de peloteros cubanos —en unas más que en otras— y el protagonismo muchas veces suele ir de la mano de los nuestros. Tampoco sorprende que cada temporada sean anunciados managers antillanos para ocupar dicha función en equipos pertenecientes a esos circuitos. En la actual campaña se reportaron dos casos, aunque no pudieron emerger como protagonistas con sus respectivos conjuntos, pues no cumplieron con las expectativas de gerentes y aficionados.
Germán Mesa dirigió a los Gigantes de Rivas en la Liga Profesional de Nicaragua y Bárbaro Garbey empezó comandando a los Tigres de Cartagena en Colombia y luego, por una razón inesperada, sufrió una movida que lo ubicó como mentor de los Tigres de Aragua en el circuito rentado venezolano. Germán tuvo mejor suerte que Garbey, pero a la postre ambos conjuntos quedaron eliminados de sus respectivos campeonatos.
Desde su estreno en el torneo pinolero, los Gigantes de Rivas hilvanaron una cadena de cinco temporadas consecutivas avanzando a la final y en dos ocasiones se proclamaron campeones. La racha acabó en la contienda de 2018-2019 y de manera estrepitosa, cuando el elenco finalizó en la última posición durante la etapa regular.
Fue así que la preocupación se apoderó de los directivos del club y se enfocaron en tratar de cambiar ese fiasco en la contienda venidera. Armaron un equipo bien competitivo con varios de los mejores exponentes locales, se reforzaron hasta los dientes con cinco dominicanos, entre ellos, dos ex Grandes Ligas: el infielder Pedro Ciriaco y el lanzador zurdo Pedro Viola, y recurrieron a un viejo conocido como Germán para dirigir, responsable de una parte de la gloria de los Gigantes. En otras palabras: un conjunto pensado para volver a conquistar el título.
El cartel de favorito lo recibieron por varios de los miembros de la prensa especializada nicaragüense y así comenzó Mesa, tras dos temporadas ausente, otra experiencia con un elenco al que condujo a una corona y dos subtítulos.
Durante la etapa clasificatoria ocuparon casi siempre la cima y, al cierre, culminaron en la primera posición, empatados con los actuales campeones, Leones de León, con balance de 18 triunfos y 12 fracasos, desempeño que les abrió las puertas del play off. En esa instancia lucharon hasta el último partido su avance, pero sucumbieron ante los Tigres de Chinandega —hit impulsor del holguinero Yunior Paumier—, que se incluyó en la discusión del primer puesto ante los Leones. Ese fue el epílogo del otrora torpedero industrialista y del team Cuba en su más reciente vivencia como manager en Nicaragua.
Por su parte, el ex utility santiaguero Garbey, igualmente miembro de la selección nacional y de Industriales, estaba realizando un buen trabajo como director debutante, con el plantel colombiano Tigres de Cartagena, hasta que el club se involucró en un escándalo que le costó la permanencia en el circuito. ¿La causa? Un retraso en el pago a sus peloteros que no supieron manejar bien.
Al perder ese empleo, rápidamente apareció otra oportunidad para el ex bigleaguer cubano. Los Tigres de Aragua despidieron al estratega Clemente Álvarez ante una racha adversa y su sustituto fue el antillano, que se estrenó el 12 de diciembre con victoria de 8-6 ante los Leones del Caracas.
Después de ese encuentro, los Tigres se mantuvieron coqueteando con la sexta posición, la que ofrecía el último pasaporte a la postemporada, sin embargo, cinco derrotas en los últimos siete choques le impidieron cumplir ese propósito, por lo que terminaron con actuación de 17 éxitos y 25 tropiezos, en la séptima y penúltima plaza del torneo.
De esa forma finalizó la cuarta temporada con el equipo aragüeño para Garbey, pues antes se desempeñó como instructor de bateo.
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