En estos momentos es totalmente correcto decir que Lionard Kindelán no ha debutado en la Serie A de Italia, principal torneo profesional de béisbol de ese país. Pero también es muy cierto que el santiaguero de físico impresionante ya escribió su estreno en esa nación europea, el pasado jueves en un encuentro amistoso entre su club Unipolsai Fortitudo Bolonia y la selección nacional italiana, celebrado en el estadio Gianni Falchi de Bolonia y que concluyó con abrazo a seis carreras en el pizarrón.
Kindelán y el lanzador estadounidense Stephen Perakslis lucieron por primera vez el uniforme de los actuales campeones del torneo cumbre en el referido partido, en el que la actuación del indómito se puede resumir de muy buena. El hijo del popular slugger cubano Orestes Kindelán alineó como quinto madero y primera base y se despidió con un imparable en dos veces al bate y una excelente disciplina en home que le permitió ganar tres boletos en sus primeras oportunidades.
El estreno de Lionard era uno de los momentos más esperados por la afición de Bolonia desde que fuera anunciado su fichaje hace poco más de diez días. El antillano, cuyo padre es muy querido en Italia —al igual que otros de su generación como Antonio Pacheco y Omar Linares—, ocupó el puesto de Alex Rodríguez, jugador de Curazao. Los trámites para su contratación se llevaron a feliz término, en gran medida, a que el receptor e inicialista posee un pasaporte español.
Nacido el 21 de agosto de 1996, el destino actual del joven santiaguero desentona bastante con el objetivo por el que salió de Cuba en febrero de 2018 hacia República Dominicana, donde se mantuvo entrenando con vistas de ser firmado por un equipo de las Grandes Ligas. No hace mucho se exhibió en un showcase celebrado en el estadio de la Universidad de Miami y su sueño de llegar a las Mayores se mantiene con la misma fuerza del día que marchó de la Isla.
Ver jugar en Italia a Lionard Kindelán, un pelotero de apenas 22 años y ubicado entre los principales prospectos cubanos a seguir en el grupo de los que no han logrado una firma, es algo muy llamativo, por la sencilla razón de que el talento joven de la Isla rarísimas ocasiones ha desembarcado en la Serie A. Ese circuito, mayormente, se nutre de peloteros experimentados, muchas veces mayores de 30 años.
Para el santiaguero desempeñarse en esa liga, donde debe estar hasta finales de agosto, será su más cercana y potente oportunidad para tratar de convencer a los conjuntos de la MLB que todavía se cuestionan algunos aspectos de sus prestaciones. Eso sí, no creo que se ponga en duda su poder real —heredado de Orestes—, aunque sí tiene que trabajar con celeridad dos temas cruciales para un posible contrato al más alto nivel: tacto y discriminación de lanzamientos.
Entiéndase que en las tres Series Nacionales que intervino con las Avispas santiagueras —desde 2015 hasta 2018— compiló 134 veces al bate, con 27 imparables, average de .201 y 48 ponches, aproximadamente uno cada 2.8 oportunidades. También produjo tres dobles, cuatro bambinazos y 15 impulsadas.
El bateo de largo alcance es y será la fortaleza fundamental de Kindelán, quien en la última edición de la Serie Nacional Sub 23 en que participó terminó como líder en jonrones (11). Igualmente comandó ese apartado en el equipo cubano que asistió al Campeonato Panamericano Sub 23, acontecido entre noviembre y diciembre de 2017 en Panamá, donde largó dos cuadrangulares, impulsó cinco carreras, mostró promedio ofensivo de .231 y slugging de 692.
En ese certamen nuestro país no pudo clasificar al Mundial de la categoría y recuerdo que la inclusión de Lionard entre los receptores fue muy polémica, toda vez que en la mayoría de sus juegos en la Serie Nacional de ese entonces defendió la inicial.
Kindelán es el único cubano con el Unipolsai Fortitudo Bolonia y su estreno en la Serie A debe suceder este viernes, cuando su elenco, invicto en ocho presentaciones, se mida al Castenaso del pinareño Yosvani Peraza y el pinero Rolexis Molina. Debido a sus 22 años y sus tres Series Nacionales, se consideraría como agente libre con restricciones.
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