El diseño de experiencia de usuario (UX) está verde en Cuba, ¿quién tiene la fórmula para madurarlo?

6 min


0
Sitio web del ISDi.

Desde hace meses debato sobre este tema con mis compañeros de profesión y siento que, de alguna manera, tengo que quitarme esta espinita que llevo dentro. Los que ya me conocen se reirán al leer esto, pero es lo que tiene internet: permite exponer al mundo las opiniones (aunque luego lo lean 4 gatos).

***

Hace alrededor de un año, el acceso a internet sorprendió gratamente a los cubanos (más allá de los precios) y poder tener toda la información del mundo al alcance de las manos abrió los ojos a muchos sobre infinitas posibilidades, aun cuando algunos todavía piensan que conectarse a internet es navegar en Facebook.

Años atrás surgieron ejemplos de productos digitales en la isla, algunos que se posicionaron en el mercado y otros que lamentablemente fueron carne de olvido. La mayoría de estos productos fueron “diseñados” y desarrollados por egresados de carreras como Ingeniería Informática o Cibernética. Claramente, la tecnología va a millón y ellos supieron unirse a ese ritmo, ¿pero qué pasa con la “súper innovadora” carrera de diseño en Cuba? ¿qué pasa con los todopoderosos diseñadores?.

Antes de seguir, para quienes no me conocen, soy graduada de Diseño de Comunicación Visual del Instituto Superior de Diseño (ISDi) y mi cariño por la escuela que me formó es precisamente lo que me hace reflexionar sobre este tema.

Como les comentaba, gran parte de los productos o mal llamados en algunos casos “startups” que han surgido en Cuba, han sido creados por programadores. Es cierto que tienen la capacidad de hacerlos funcionar y, supuestamente, el cubano se adapta a cualquier cosa; también es cierto que los estándares de calidad en este momento en el mercado cubano son bajos, pero tampoco hay una respuesta visible, por parte de los diseñadores, que muestre intenciones de incluirse en este proceso de creación, algo totalmente común para esta especialidad del diseño en todas partes del mundo. ¿Hasta cuándo va a seguir esa situación? ¿Por qué la experiencia de usuario (UX) en Cuba es un tema casi desconocido? ¿Por qué los diseñadores siguen dando de lado a esta especialidad y no se motivan por estudiarla y ejercerla?

Al conversar con mis compañeros al respecto, me he percatado de que en el diseño pasa lo mismo que en la mayoría de las esferas del país: el hecho de estar arraigado a la historia y la adoración ciega a los más antiguos en la profesión es un mal que afecta y frena la renovación que debería ocurrir no solo en UX, sino en todos los ámbitos del diseño. Y que conste que soy partidaria de rescatar tradiciones y aprender de todo lo que antecede (considero de suma importancia aprender de los que ya han transitado el camino), pero lo que ocurre es que el de ahora no es el mismo camino, ni nosotros somos las mismas personas. En lugar de crear autómatas hay que crear diseñadores con criterio y tolerancia, que se cuestionen lo que está establecido y encuentren mejores soluciones.

Como dice uno de mis alumnos: “dejemos ya de pensar que el cartel cubano se quedó en el cartel serigráfico de cine”.

Hay muchos jóvenes graduados del ISDi que han salido con hambre de crear, pero crear de verdad, rompiendo las reglas esquemáticas de una academia que debe renovarse. Y si antes me refería a algo tan tradicional en Cuba como la cartelística, ¿para qué hablarles de la experiencia de usuario? Estas palabras se han escuchado poco en las aulas del instituto. Si tenemos en cuenta que es una de las especialidades del diseño más demandadas a nivel mundial es para preocuparse que los estudiantes ni siquiera conozcan qué significa.

Esta imagen habla por sí sola. Foto tomada de Global Design Survey 2019 de Dribbble.

Muchos son los ejemplos que podría contarles sobre mi incomodidad al respecto, pero el mejor, sin dudas, es que en la última bienal de diseño, celebrada hace apenas unos meses, me decepcioné profundamente cuando vi el programa y no existía nada dedicado al diseño de productos digitales; nada que invitara, al menos, a reflexionar sobre la necesidad de empezar a formar esos nuevos profesionales que sepan enfrentarse a la avalancha de oportunidades que han surgido en los últimos años en Cuba desde el punto de vista de tecnologías de información.

No se trata de quitar importancia a las otras especialidades dentro del diseño, ni de pensar que en ellas no se innova cada día muchos amigos se encargan de demostrar actualmente que todo puede renovarse, pero, lamentablemente, pocos de ellos han conseguido esa renovación dentro de la isla.

Se trata de un nuevo perfil profesional aclaro que en Cuba, porque en el resto del mundo existe hace décadas y, por ello también, se trata de actualizar las famosas esferas de actuación que nos enseñaban desde el primer año de la carrera. Se trata de salir de la burbuja y del automatismo de la misma metodología para todas las especialidades, porque están formando profesionales que ni siquiera entienden qué están haciendo; muchos aprenden sobre temas por repetición y luego ni siquiera los utilizan en su vida profesional. En el mundo hay una enorme riqueza de métodos, herramientas y enfoques para cada perfil profesional, con basamentos lógicos que realmente arrojan resultados y en los que no hay que inventarse una validación. No hay necesidad de quedarse atrapados en la burbuja.

Foto tomada de Global Design Survey 2019 de Dribbble.

Es cierto que a no todos les interesa el diseño de experiencia de usuario, ni el de interfaces gráficas; algunos incluso lo odian porque no lo entienden, pero también llegan a odiarlo porque no se los saben enseñar, porque los primeros que tienen que estar preparados son los docentes, quienes incluso evitan enfrentarse a esta asignatura porque realmente no tienen conocimientos suficientes para afrontarla.

¿Hasta cuándo el diseño en Cuba estará atrasado en la esfera digital? Por favor, dejen ya de producir multimedia flash. Dejen de hacer postgrados y teorías de innovación y lleven las situaciones a la práctica. Dan vergüenza los sitios web de los noventa que tienen prestigiosas empresas cubanas.

Yo cada día me pregunto: ¿hasta cuándo los cubanos se van a conformar con páginas desastrosas como Revolico? (Bueno, no cada día, pero sí a veces).

Está clarísimo que hay mejores ofertas, realmente eficientes, usables y que brindan la mejor experiencia posible. Eso solo lo pueden conseguir los diseñadores de experiencia de usuario, y en este momento hay muy pocos especímenes de ese tipo en el país. Me refiero a los que realmente lo son porque se han quemado los ojos investigando, no a los que dicen que hacen páginas web y luego se aparecen con una copia exacta de una plantilla.

Por otro lado, tengo que reconocer que hay unos cuantos que sí se han interesado y que sí están haciendo; algunos que incluso tienen sus productos y están dando importancia al diseño de interacción, pensando en las personas más allá de puros datos demográficos de los que luego no se puede sacar ningún requisito. Y que están pensando en soluciones reales e innovadoras a problemas cotidianos. Son pocos, pero hay que reconocer que hacerlo a base de pura investigación y aprendizaje autodidacta tiene mucho mérito.

Basta ya de temerle a esta especialidad y de quedarnos solo con lo aprendido en el ISDi. Quienes sientan un poco de curiosidad, busquen información y se darán cuenta de que si las mayores empresas de tecnología del mundo tienen cientos de diseñadores de experiencia de usuario no es por gusto, es porque marca la diferencia en la relación de la personas con los productos.

Se supone que el diseño es una carrera de innovación que muchas veces le mete prisa a la tecnología, entonces hagamos honor a esa suposición y pongámonos a tono con el mundo.

Esto ha sido un poco caótico: montón de ideas atragantadas que han salido de golpe, pero espero sirvan para reflexionar un poco al respecto, tanto a los alumnos que están hoy en las aulas del ISDi, como a los que ya están en el camino de UX. Mi consejo a los estudiantes: si les gusta este perfil estudien por su cuenta, porque allí no van a aprender ni un 5% de lo que realmente es. Mi consejo al ISDi: comiencen a darle importancia a este perfil profesional que debieron incluir hace muchos años. Mi consejo para los que aman esta profesión: aprovechen el acceso a la información, investiguen, escuchen, observen a los usuarios, porque nunca van a saber si funciona un producto hasta que realmente nadie tiene que preguntar cómo se usa. Y, créanme, es dificil.

***

Bien, muchas gracias a los que leyeron hasta el final (deben ser como 5 interesador por UX y otros 5 amigos que me tienen cariño). A esas 10 personas les pido que si tienen algún comentario o criterio al respecto, por favor, compártanlo ¡No hay nada mejor que criticar una crítica para formar debate y el debate es desarrollo!

(Tomado del perfil de Aliana Sánchez en Medium)

Anuncios
Anuncios
Anuncios

3 Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  1. Estoy de acuerdo con la tesis base de esta opinión. Por otra parte considero que la autora demuestra una marcada superficialidad en su interpretación del concepto de experiencia de usuario (UX).

    Por ejemplo, menciona a revolico como muestra de un UX “desastroso”, confundiendo claramente UI con UX. Revolico es el clásico ejemplo de UI feo con UX genial, y el índice más claro de esto es la preferencia de los usuarios a lo largo de muchos años a pesar de que le sobran competidores.

    En mi opinión este es el típico error de juicio de aspirante a diseñadores de UI/UX muy novatos.

    1. Me parece que si tú crees que realmente revolico está posicionado por su experiencia de usuario está claro que el que no sabe de UX eres tú. Hasta un novato se da cuenta de eso.

  2. Excelente artículo!
    Soy cibernético de profesión pero diseñador de nacimiento (nunca al nivel de un profesional) y considero increíblemente acertado este material, verdades como puños. Lamentablemente sufro viendo el mismo mal, increíbles productos que caen el el olvido o desuso por la mala implementación de ambos elementos, UI y UX. Realmente hay que estudiar más, salir de Facebook y WhatsApp y comenzar a entrar más en drible, Pinterest, etc… O simplemente navegar por las páginas de las grandes empresas. Hay mucho que aprender porque da pena cómo nos enorgullecemos de productos con una calidad visual deplorable y una usabilidad pésima. Espero esté mensaje llegue a todos los que de verdad deseen el cambio de mentalidad. Por nuestra parte, queda seguír intentando enseñarle a aquellos que no saben ver, que no estamos para nada bien.
    Carlos A. Díaz. carlosadiaz91@gmail.com

× ¡¡¡Contáctanos!!!