Lo que era un secreto a voces, finalmente se ha confirmado: el capitalino Germán Mesa es el nuevo manager de la selección cubana de béisbol, cargo que desempeñaría hasta 2028.
En una conferencia de prensa efectuada hoy en el estadio Latinoamericano, se dio a conocer la noticia y se informó que la primera intervención en una justa del nuevo piloto tendrá lugar en noviembre durante la I Copa América.
Reportó el periodista Carlos Hernández Luján que Mesa agradeció su nombramiento y dijo que comenzaría de inmediato su trabajo al frente del equipo, para el cual en breve dará a conocer su plan de trabajo. Igualmente trascendió que Germán será el encargado de contactar con los posibles peloteros profesionales para el Clásico Mundial, a partir de un diagnóstico ya hecho por la Federación, y también propondrá su ruta crítica de cara a los diferentes eventos.
El nacido en 1967 fue uno de los torpederos más espectaculares del béisbol nacional. A nivel ofensivo, a lo largo de 16 Series Nacionales, compiló average de .285, además de 196 dobles, 33 triples, 112 jonrones y 527 empujadas.
Como manager, fue campeón doméstico con Industriales en la campaña 2009-2010, y en tres oportunidades ha llevado al título a dos equipos -Gigantes de Rivas (dos coronas) y Tigres de Chinandega (un gallardete)- en la principal liga rentada nicaragüense, donde es considerado uno de los mejores timoneles foráneos en la historia del circuito.
En cuanto a su desempeño como directivo en Cuba, actualmente es vicepresidente de la Federación Cubana de Béisbol, y en las últimas selecciones nacionales había sido el coach de banca.
Una historia turbia de hace casi 30 años
Durante 1996, el béisbol cubano se vio sacudido por uno de los escándalos más resonantes de su historia moderna. Tres figuras estelares, el torpedero Germán Mesa, el lanzador Orlando «El Duque» Hernández y el receptor Alberto Hernández, fueron objetos de una severa medida disciplinaria por parte de las autoridades deportivas del país. La acusación que pesaba sobre ellos era grave: presunto intento de abandono ilegal del territorio nacional.
De acuerdo con reportes de medios de prensa foráneos, Mesa habría mantenido contactos con un cazatalentos, incluso habría recibido compensación económica por dichas conversaciones. Sin embargo, el pelotero del Cotorro habría negado cualquier intención real de emigrar. Esta versión contrastaba con el destino que posteriormente tomarían sus compañeros de acusación: tanto el destacado pitcher capitalino como el catcher holguinero eventualmente abandonarían la isla tiempo después.
El episodio tuvo ramificaciones que trascendieron el ámbito deportivo. Juan Ignacio González, el intermediario que viajó a Cuba con el propósito de facilitar la salida de los tres atletas, fue condenado a una pena de quince años de prisión en territorio cubano.
Tras cumplir una sanción de dos años alejado de los diamantes, Mesa logró reincorporarse al béisbol nacional durante la XXXVIII Serie Nacional de 1998-1999. Su retorno generó múltiples especulaciones entre los seguidores del deporte, quienes se preguntaban si había existido algún tipo de acuerdo entre el popular shortstop y los dirigentes del béisbol cubano. Mesa, quien gozaba de gran popularidad entre los aficionados, continuó su carrera hasta la temporada 2001-2002.
Posteriormente, él mismo revelaría que su retiro no fue completamente voluntario. Según sus declaraciones, las autoridades deportivas decidieron prescindir de sus servicios, junto con los de otras figuras emblemáticas como Omar Linares, Antonio Pacheco y Orestes Kindelán, para futuras convocatorias del equipo nacional. Esta decisión marcó el fin de la participación de Mesa en el béisbol cubano y cerró un capítulo controversial en la historia del deporte nacional.
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