Durante el presente mes de mayo fue noticia el comienzo del rodaje de la película Calle 232, la más reciente producción de Rudy Mora, que además marca el regreso a la actuación en la Isla de Jorge Alí, intérprete con una larga carrera que incluye, entre otros, a personajes como el Beto del humorístico Punto G.
En la cinta, cuyo elenco integran además Isabel Santos, Luis Ángel Batista, Chavely Díaz, Laura Moras y Andrea Doimeadiós, entre otros, la música estará a cargo del reconocido compositor Juan Carlos Rivero, quien acumula un vasto currículum en materia de bandas sonoras, una línea de trabajo que inició en los años 80 con el tema de presentación del programa Joven Joven.
“Ha sido mi meta hacer música instrumental para cine y televisión. Siempre que veo algo, lo mismo una película que una novela, me fijo mucho en la banda sonora. Creo que cuando están bien logradas le imprimen carácter y dramatismo a lo que está en escena. Esto es lo que más disfruto”, contó hace un lustro.
Lo curioso de la participación de Rivero en este nuevo largometraje es que marcará su vuelta a casa después de que en enero de 2024 decidiera radicarse en Miami, Estados Unidos, según contó en exclusiva Cubanet.
En la ciudad floridana, donde celebró su más reciente cumpleaños el 15 de mayo, se ha presentado con frecuencia en el Real Café de Miami junto a la banda que encabeza Osamu Menéndez, amigo suyo desde la época de la escuela elemental, y también en el local de Boss Tapas Burger & Brew.
Ahora, de vuelta al proyecto cinematográfico, hay que decir que asistiremos a una nueva colaboración entre Rivero y Mora, quienes ya trabajaron juntos en los filmes Leontina e Y sin embargo, así como en las series Diana, ConCiencia y Primer grado, propuesta en la que el músico llegó a tener un breve rol actoral.
Curiosamente, este tampoco fue su primer trabajo en escena, pues durante su infancia apareció en la ópera Madame Butterfly, y años después participó también en el famoso humorístico Detrás de la fachada.
Dentro de sus trabajos como compositor, se cuentan además las series Puertas y Donde hay hombres no hay fantasmas; varias “aventuras” como El príncipe de los zorros, El medallón o El caballero del rey; los talent shows Bailando en Cuba, Sonando en Cuba y La Banda Gigante; y los programas musicales Música Sí, Juntos en concierto y 320 kb/s
Un rebelde en busca de su causa
En una entrevista de 2019, Juan Carlos contó que, de niño, su naciente carrera musical sufrió un gran revés cuando un profesor de la escuela Manuel Saumell le dijo a su madre que él “no era musical”.
“Mi mamá (fundadora del Teatro Lírico Nacional), por supuesto, ni le hizo caso, ni discutió, ni nada. Entonces me llevó para la Caturla, en donde un maestro le dijo que el niño tenía alma de compositor”.
Ya en su juventud entró en la Escuela Nacional de Arte, de donde fue expulsado debido a su naturaleza rebelde. “No fui un buen estudiante. Era vago y me creía que me sabía todo. Por eso me escapaba para mataperrear y jugar pelota en la calle. Por ponerte una cifra, de 70 clases al año, yo tenía asistencia en cuatro solamente. Entonces me mandaron a mundial y allí, para sorpresa de todos, aprobé todo con buenas notas”.
Más adelante pareció encontrar su camino como violinista, pero luego de dos años de batallar con ese instrumento debido al tamaño de sus manos, se cambió al violonchelo, del cual sí se graduó de la escuela Amadeo Roldán, con el piano como implemento complementario.
Tras ello estuvo estuvo como instrumentista en la ópera, en donde se mantuvo durante par de años antes de unirse al grupo de Amaury Pérez, en el cual creció muchísimo como artista.
El paso siguiente en su carrera lo vivió junto al estelar Mario Daly en la banda Monte de Espuma, la cual significó otro paso clave en su aprendizaje y también le permitió experimentar mucho más con los sonidos electrónicos que tanto le interesaban.
La gran oportunidad de su vida llegó en 1995, época en la que llevaba varios meses sin trabajo. Fue por entonces que él mismo, de alguna forma, gestionó su inclusión en el grupo Moncada, tal como contó hace más de un lustro.
Aunque ya Jorge Díaz, director de la famosa banda surgida en la Universidad de La Habana, conocía sus canciones, nunca le había dado entrada más allá de algunos intercambios en su casa de Santos Suárez. Al enterarse Juan Carlos de que la orquesta estaba buscando un pianista, un día en que sabía que Díaz estaría en los estudios de televisión del Focsa, partió en su búsqueda.
“Yo, como sabes, provoqué el encuentro, bajaba por 21 montando mi bicicleta Forever, y en la esquina de 21 y N me los tropiezo accidentalmente. Jorge iba con Raquelita y Alexis Morejón, el entonces cantante de Moncada.
“Me preguntó: ‘¿qué haces?’ y ya tú sabes: ‘estoy en casa, sin trabajo’, y es cuando me dice que Tomás Rivero, pianista fundador del grupo, quería formar su propia agrupación, y entonces me convoca al Copacabana en Playa, para que viera el club de las Estrellas, que era un proyecto de él. Y además quería conversar conmigo”.
Pocas semanas después comenzaría un vínculo que duró más de 25 años, y del cual se desprendieron varios temas de Rivero que se convirtieron en éxitos. Entre esos hits se cuentan Mi historia crecerá, Comencé a vivir o Será tu fuego, tema que acompañó a los atletas cubanos durante las transmisiones deportivas de eventos múltiples, continentales y olímpicos.
En lo personal, Juan Carlos es padre de Elián y tiene una nieta nombrada Leah. En cuanto a su relación de pareja, ya ha cumplido más de un cuarto de siglo casado con su esposa Yeoryana.
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