Desde hace años Jorge Perugorría no aparece en producciones cubanas, pero no por ello podría decirse que ha detenido su trabajo como actor, sino todo lo contrario. En 2022, por ejemplo, se le vio en tres producciones (dos series y una película). Incluso aquí publicamos sobre el rodaje de La máquina, que debe estrenarse en algún momento de este 2023.
Hoy vuelve a ser noticia en nuestra página, pues ayer se estrenó la miniserie de seis capítulos, Las noches de Tefía, la cual, antes de su debut en pantalla en la plataforma española Atresmedia, había sido considerada por muchos expertos como uno de los materiales que darían mucho de qué hablar en la temporada veraniega.
De acuerdo con IMDb, la trama se halla ambientada dentro de un campo de trabajo franquista, llamado Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, y se centra en los prisioneros mientras «escapan» hacia El Tindaya, un cabaret imaginario donde cada uno de los reos tiene un alter ego.
El diario El Confidencial apunta que la producción se mueve en torno a un episodio del que poco se ha comentado en la historia de España, durante el mandato de Francisco Franco: el campo de concentración existente durante la década del 50 y el 60, a donde enviaban a sancionados por la llamada Ley de Vagos y Maleantes, muchos de ellos homosexuales.
Este relato lo cuenta Airam Betancor (interpretado en diferentes momentos por Marcos Ruiz y el actor cubano), quien en 2004 es contactado por un periodista para que narre al mundo lo ocurrido en aquel funesto lugar, durante los 17 meses en que él permaneció ahí.
En ese sitio, uno de los presos, Charli, se inventaba historias como una que iba sobre la existencia del mencionado salón de variedades Tindaya, para intentar que sus compañeros evadieran su triste realidad.
En cuanto a la crítica, reseña Espinof que «todo lo bien que funciona la parte del pasado, sobre todo esos viajes al mundo del Tindaya, lo pierde la serie en cuanto cambia de época. Un contraste abismal en todos los sentidos. Tanto en el nivel de guion (los diálogos son atroces) como en un reparto algo histriónico que no ayuda a darle sentido a esta vida futura del Airam de 2004 (Jorge Perugorría)».
Esa propia web resume que el audiovisual funciona en tanto se mueve hacia la evasión de la pena que sufrían aquellos hombres, pero insiste en que posee algunos altibajos que «la deslucen más de la cuenta».
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