El año 2022 empezó por todo lo alto para Rubi Silva, después de completar un excelente curso con los Tigres de Chinandega, equipo del que fue una pieza destacadísima, pese a que este no se pudo incluir en la discusión por la corona. En tierra nica, el mayabequense mantuvo el gran rendimiento que había sostenido meses atrás en la campaña de 2021, sobre todo con Southern Maryland Blue Crabs, de la independiente Atlantic League (ALPB) norteamericana.
Tras ese certamen en Centroamérica fue invitado por los Saraperos de Saltillo, de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), a sus entrenamientos de pretemporada, pero finalmente no logró incluirse dentro del roster. No obstante, tenía contrato asegurado con los Cangrejos Azules para regresar a la ALPB, donde además ha defendido los colores de otros tres elencos. Allí, desde el comienzo volvió a mostrarse a gran altura y en 14 partidos dejó línea de .313/.323/.484, con cuatro dobles, dos triples, un jonrón y 18 empujadas.
Todo parecía indicar que el nacido en 1989 completaría otro año para el recuerdo en la ciudad del noreste estadounidense, pero el pasado 10 de mayo la gerencia lo colocó en la lista de la reserva y el jugador se marchó hacia territorio azteca para vestir la camiseta de los Piratas de Campeche de la LMB.
Con los filibusteros no estuvo nada bien y en menos de un mes (17 encuentros) solo compiló para .206, razón de peso para que los directivos de esa organización lo liberaran el 1 de junio, según publicó en su cuenta oficial en Twitter la escuadra yucateca.
Al día siguiente, apareció en la página oficial de la ALPB que los Blue Crabs habían «cambiado el estatus» del patrullero antillano, pero actualmente no se halla listado en su plantilla, por lo cual, tras un muy buen inicio con esa franquicia, ahora su temporada se halla interrumpida indefinidamente.
Ese movimiento de Maryland hacia Campeche ha provocado un impasse en la carrera de un jardinero que ha estado vinculado a 22 equipos a lo largo de su experiencia en el béisbol profesional, y en muchos de ellos ha sido un baluarte ofensivo. Quizás su futuro más cercano pueda estar en otro combinado de ese certamen o de algún torneo similar (American Association o Frontier League; en ambas ha tenido participación), pero lo cierto es que por ahora el cubano lleva casi un mes sin jugar pelota, y si ese plazo se extiende podría pasarle factura de cara a sus venideros compromisos.
Desde Cubalite esperamos que pueda regresar a los diamantes lo más pronto posible y vuelva a ser aquel bateador que estuvo a un paso de las Grandes Ligas con los Cubs y que lleva años con muy buenas prestaciones en ligas independientes.
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