Ninguna de las dos temporadas de Alay Rafael Lago con equipos de los Bravos de Atlanta en Ligas Menores, ni sus experiencias en los dos principales circuitos profesionales del béisbol mexicano, se comparan con la súper temporada que rubricó el cubano en 2019 durante su segundo año en la liga independiente estadounidense American Association (A.A.). En representación de los Canarios de Sioux Falls, el habanero consiguió la explosión ofensiva que de él se esperaba desde hacía tiempo. Tanto fue que terminó líder de bateo del certamen.
Con el club del estado de Dakota del Sur, el liseño disputó 92 partidos y, después de conectar 125 incogibles en 369 veces al bate, su average fue el mejor entre todos: .339. Por primera vez en su carrera amateur-profesional logró más de 20 dobles (30), más de 50 anotadas (58), más de 10 jonrones (13), más de 50 impulsadas (57) y más de 10 bases robadas (14). También por primera vez bateó por encima de .310.
Luego de ser el mejor bateador de la American Association en 2019, el infielder para la contienda de este año se mantendría en el circuito, solo que estaría con una nueva organización: Ferrocarrileros de Cleburne. Sin embargo, a causa de la pandemia generada por la COVID-19, la A.A. determinó como alternativa para que se jugara la temporada de 2020 reducir la cantidad de equipos de 12 a seis, de ahí que se realizó el 16 de junio un draft de dispersión de los peloteros de los planteles que se ausentarían al campeonato.
Entre los 42 seleccionados, el único cubano fue Lago, quien devino primera elección de los Canarios, su conjunto de 2019. La peculiar contienda inició el 3 de julio con un programa competitivo de 60 partidos que finalizó ayer, y el capitalino volvió a tener un desempeño digno de admiración con el club de Sioux Falls. Terminó quinto entre los bateadores, pero durante varios partidos se mantuvo cómodo en la cima, parecía que su segunda corona consecutiva podría ser posible. A continuación les explicamos.
Comenzaremos con sus estadísticas finales: en los 58 encuentros de su elenco, él participó y promedió ofensivamente .321, con 41 anotadas (sexto), 79 imparables (segundo), 20 tubeyes (segundo), cuatro jonrones, 35 impulsadas (decimotercero), once boletos, 36 ponches y cinco bases robadas. El campeón de bateo fue Drew Ward, de Fargo-Moorhead ReadHawks, con .335.
A la defensa, el exindustrialista mayormente jugó en la segunda base, promediando .978, con 53 asistencias y par de errores.
Como les dijimos, el jugador de cuatro Series Nacionales, en un momento de la temporada, auguraba seriamente repetir como líder de bateo. Tras el juego 37 su average era .376, aventajando por más de 30 puntos a su más cercano perseguidor, pero de ahí en adelante su promedio ofensivo sufrió un descenso tremendo, llegando en dos ocasiones a .315. Del 16 al 29 de agosto, en 12 desafíos, su average fue .135 (siete en 52, con un extrabase).
Sin embargo, a favor del atleta de 29 años tenemos que decir que su cierre de campaña recordó el buen bateador en que se ha convertido. A partir del 30 de agosto y hasta el 9 de septiembre (los Canarios suspendieron el doble juego de ayer a causa de la lluvia) consiguió una cadena de nueve partidos sucesivos conectando al menos un hit, por lo que en ese lapso promedió .351, gracias a 13 indiscutibles en 37 oportunidades.
También en ese período conectó al menos un doble durante seis juegos consecutivos, algo que logró antes, entre el 19 y el 25 de julio.
A lo largo del campeonato firmó cuatro inatrapables en un juego par de veces y tres en cinco ocasiones. Tuvo 27 partidos de multihits.
Los Canarios finalizaron en la segunda posición de la etapa regular con 31 triunfos y 27 derrotas, detrás de los Lecheros de Milwaukee.
El otro pelotero nacido en Cuba que jugó en la A.A. este año fue el natural de Mariel, Juan Carlos Millán Jr., con el plantel St. Paul Saints. Después de 13 juegos y average de .280, fue liberado el 23 de julio.
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