Jorge Luis Zaldívar demoró cerca de un año y medio haciendo trámites para salir hacia Guatemala, hasta que recibió la visa en 2013. Ese año viajó hacia la nación centroamericana gracias a una carta de invitación extendida por un amigo. Allí encontró lo que mejor sabe hacer, el béisbol, y en poco tiempo se casó con “una excelente mujer y aquí estamos construyendo nuestra familia”, según declaró a nuestra revista el pelotero holguinero.
Dice que la pelota guatemalteca no es muy reconocida a nivel internacional, pero allí se juega desde hace varios años. “Aunque el deporte más popular es el fútbol, hay mucha pasión por el béisbol”, afirma quien, desde su llegada a ese país, ha jugado en la Liga Mayor, donde, en su momento, ganó al menos cinco títulos consecutivos con tres conjuntos.
Nacido el 29 de junio de 1990 en el municipio de Báguanos, se ha mantenido durante alrededor de una década en el más alto nivel de ese país, por lo que es el cubano con más experiencia en un circuito que desde el 2000 hasta la actualidad ha recibido a algunos peloteros antillanos.
Sobre la posibilidad de integrar la selección nacional guatemalteca y medirse a Cuba, Zaldívar asegura que sería una situación complicada “pero creo que tenemos que ser profesionales y cumplir con lo que nos toca en cada momento. Si en ese momento jugara por Guatemala, sin duda la defendería a muerte, sin dejar de ser cubano y de querer a mi tierra natal. Soy cubano y siempre lo seré”.
Era muy difícil que Jorge Luis, cuando niño, no se decidiera por la pelota, pues en Báguanos vivía cerca de un campito de béisbol, su primo Karel García jugó ocho contiendas con los Cachorros holguineros, su madre era antesalista del equipo municipal y su padre participó en Ligas Azucareras. También tenía primos y tíos que jugaron en Series Provinciales y Ligas de Desarrollo.
“Gracias a Dios, mi etapa en las categorías inferiores fue muy buena. Comencé jugando en el barrio sin zapatos y con guantes prestados o rotos hasta llegar a integrar la selección nacional. Mi primer Cuba fue a los nueve años en un torneo realizado en Venezuela.
“Después de eso fui llamado para entrar a la EIDE. Llegué con los objetivos de entrenar duro todos los días, ganar una medalla en Juegos Escolares para Holguín y luego tratar de llegar al equipo nacional nuevamente. No fue nada fácil, tuve la dicha de lograr buenos resultados a nivel nacional y luego ser llamado a la preselección cubana.
“Fue impresionante estar ahí con excelentes peloteros, algunos años más tarde jugaron o juegan en Grandes Ligas y yo era un adolescente de Oriente pesando 60 kg y con 1.65 m de estatura. Muchos creyeron que me eliminarían en un mes, pero no fue así, di lo mejor que tenía y los resultados se lograron. Terminé como el primer bate del equipo Cuba en un Mundial”.
De 2005 a 2008, Zaldívar conformó los conjuntos nacionales que participaron en todos los Campeonatos Panamericanos y Mundiales de las categorías cadetes y juveniles. De esas cuatro apariciones con el uniforme del team Cuba prefiere la primera, la del certamen del orbe 15-16 años en México, donde quedó campeón y en la final el plantel insular derrotó a Estados Unidos con apertura del villaclareño Freddy Asiel Álvarez. Allí su participación le valió promedio ofensivo de .410 y estuvo luchando su inclusión en el All Star de la justa como jardinero derecho.
El baguanense considera que su constancia en selecciones nacionales durante las categorías menores se debió a las ganas y al amor que le tiene a su deporte, pues entrenaba, según sus palabras, a morirse. También cree que sus resultados sucedieron porque supo aprovechar las habilidades dadas por Dios: corría muy bien, tocaba y hacía lo que fuera para embasarse, dominaba los fundamentos del juego y se anticipaba a jugadas estratégicas.
El holguinero asegura que muchos niños cubanos tienen dos sueños cuando descubren que quieren ser peloteros: representar a su provincia en la Serie Nacional e integrar la selección cubana. “Con Holguín en la Serie Nacional tuve la oportunidad de jugar con 18 años, al salir del Mundial juvenil, y fue un cambio total, implica mucha madurez, ya no es lo mismo que en las categorías inferiores. Con los Cachorros participé en dos contiendas (48 y 49).
“No he tenido la oportunidad de ver muchos juegos de Holguín en los últimos años. Los Cachorros son una víctima más de lo que vive la pelota cubana en la actualidad: la migración. Holguín tendría un excelente elenco de no ser por eso”, aseguró el utility de 33 años, quien en la recién finalizada liga invernal guatemalteca, donde también ha participado como jugador, terminó con el subtítulo como mentor de los Diablos Rojos, elenco debutante en dicha justa.
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