En los años 80, el movimiento roquero en Cuba vivía un auge enorme. Varias décadas después, aún podemos decir que fue esa una de sus épocas doradas en nuestro país, durante la cual no solo surgieron bandas que establecieron un legado para toda la vida, sino otros hitos musicales que dejaron clara la fuerza del género.
Por aquellos años, Edesio Alejandro era un músico de éxito. Su trabajo con el grupo Banda de Máquina, además de escribir temas antológicos como aquel que sirvió de presentación a la serie Hoy es siempre todavía, interpretado por Moncada, le colocaban por entonces entre los principales representantes de la escena del R&R.
Edesio Alejandro: «Me ofrecieron millones, pero cada hombre es de donde le toca»
Tras el triunfo de aquel programa, Edesio, un hombre en constante movimiento, seguía con ganas de hacer más. Por ese tiempo, volvió a juntarse con Jorge Gómez y su agrupación para cantar el tema de otro show, La séptima familia, y ahí coincidió con los guionistas Antonio Orlando, Daína Chaviano, Chely Lima y Alberto Serré.
Fue con Lima y Serré con quienes creó un vínculo más fuerte, fundamentalmente porque compartían el gusto por la poesía. Luego, por cosas de la vida, apareció en la ecuación Mario Daly, quien había sido profesor de guitarra de Edesio durante dos años en el conservatorio. De esa unión nació Violente, la primera ópera rock cubana.
Según nos contó el galardonado con el Premio Nacional de Música en 2020, la idea original fue la de hacer una ópera de ciencia ficción que se basara en la teoría de los mundos paralelos. La historia iba de una terrícola que, durante un viaje por el espacio, terminaba varada en Violente, un mundo menos desarrollado que el nuestro, en donde existía una especie de dictadura a escala global. Allí conocía a un periodista que le explicaba que el planeta estaba al borde de una guerra de exterminio masivo, impulsada por políticos extremistas interesados en “limpiar” la raza y eliminar a los más débiles. Poco a poco, la astronauta les hacía entender que la paz era el único camino y terminaba salvando a esa civilización.
“Ahí fue cuando me lancé como cantante y tuve a Cristina Rebul como coprotagonista. Originalmente íbamos a doblar con Augusto Enríquez y Tanya, pero él tuvo que irse de viaje con Moncada y ella se enfermó de las cuerdas vocales. En resumen, Cristina y yo terminamos haciendo todas las funciones en el Teatro Nacional, que estuvo lleno cada día del espectáculo”, comentó.
En aquel proyecto también participaron María Elena Ortega, directora del grupo de teatro Rita Montaner, así como Humberto Castro y Waldo Saavedra, encargados del vestuario y la escenografía, respectivamente. Asimismo, el grupo Retazos y la compañía de Narciso Medina conformaron el cuerpo de baile en la primera y segunda temporada por ese orden, mientras que el conjunto Monte de Espuma, conducido por Daly, tocó en vivo la música.
La especialista Liliana González explicó que en esta obra se emplearon no solo algunas variantes del rock, como el sinfónico o el heavy metal, sino también otros ritmos y manifestaciones populares de la época como el break dance. Igualmente, fue notable el uso de elementos de la música afrocubana para enriquecer una banda sonora que ya era fabulosa.
Con respecto a las posibles dificultades para realizar Violente, Edesio confesó que, contrario a lo que muchos pudieran pensar, no existió problema alguno.
“La gente me pregunta si tuvimos censura o algún problema para hacer una ópera rock aquí, pero, ciertamente, en ese caso no puedo decir que haya sido así. Tuvimos todo el apoyo de las instituciones y, en general, en toda mi carrera nunca fui reprimido por hacer rocanrol”.
Desde la realización de Violente, que sucedió a finales de la década del ochenta, en nuestro país no han vuelto a hacerse espectáculos de ese tipo, escritos por autores cubanos.
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