A inicios de 2023, una atrevida canción causó furor en redes sociales en la voz de esa explosiva figura que es doña Rebeca Martínez. El single La habitación, también conocido como Porompompón, provocó un gran choque de opiniones encontradas y reavivó la carrera de una mujer que llevaba años fuera del foco público.
Lo que muchos ignoraron en aquel momento fue que la autoría y producción de aquel tema correspondió a Tanya Rodríguez, histórica estrella del pop rock en la Isla con una carrera de más de cuatro décadas.
Con sus más y sus menos, el Porompompón significó una nueva fase en la reconexión de Tanya con Cuba, de donde se había marchado en 1993 y adonde regresó 20 años más tarde, tras haber considerado seriamente la idea de no volver jamás.
Según contó en una entrevista de 2014, “cuando salí de aquí en 1993 sentí una sensación extraña, como si mi vida acababa y tenía que comenzar una nueva. Me fui con esa idea fija y nunca le hallé lógica al hecho de retornar convertida en una turista. Eso me daba dolor. Había dejado mucho acá: parte de mi vida, mis amigos, mi música…”.
El interés de Tanya por el arte estuvo condicionado, al igual que el de otros tantos, por la influencia de sus padres, ambos actores profesionales. En la casa aprendió a rasguear la guitarra y poco después, durante su adolescencia temprana, ya adaptaba temas de ABBA al español y creaba sus propias canciones.
Además de su interés por el conocido cuarteto sueco de pop, Tanya comenzó a enamorarse también del rock, gracias a la aislada difusión que recibían aquí agrupaciones o intérpretes foráneos como Peter Frampton, Kansas, Pat Benatar, Rush, Mike Oldfield o Asia.
En un intento por dar cauce a su creciente vocación, la chica intentó matricular en la Escuela Nacional de Arte (ENA) y el Instituto Superior de Arte (ISA), pero el sueño se le negó en cada oportunidad. Sin embargo, sus ganas de dedicarse a este mundo no cesaron.
Primero, logró involucrarse con el movimiento de artistas aficionados y por ahí le llegó la oportunidad de integrar Arte Vivo, banda de rock sinfónico que estaría en activo entre 1978 y 1982. Curiosamente, su partida a inicios de los 90 estuvo directamente vinculada con la presión que, desde su etapa en esa agrupación, ejercieron sobre ella ciertas instituciones y funcionarios, incluido el mismísimo Ministerio de Cultura.
“Algunos éramos unos antisociales o atraíamos elementos antisociales porque hacíamos rock and roll. Finalmente se mandó a desintegrar el grupo”, dijo en la conversación citada anteriormente.
Tras la desintegración —forzada— de aquella alineación, la cantante y compositora se convirtió en vocalista de Monte de espuma, grupo con el que grabó en 1987 el fonograma Latino, considerado como una de las piezas más influyentes del rocanrol cubano. Pero los problemas continuaron.
“Me costó mucho sacrificio lograr una plantilla para crear un grupo. Yo era la oveja negra de la música cubana. Mi rock no se parecía, por ejemplo, al de Síntesis, el cual tenía un toque más afrocubano y lo valoraban más”.
“Muchos decían que yo parecía una artista americana. Y eso era muy mal visto por algunos funcionarios del Ministerio de Cultura. Era demasiado desgaste para querer hacer cosas por tu gente.
“ (…) En nuestras canciones había poesía: eran temas de amor, no abordábamos cuestiones políticas. Pero el problema era el ritmo”, reveló a OnCuba.
Lo que dio el empujón definitivo a Tanya para que decidiera marcharse de Cuba fueron los hechos desagradables que ocurrieron en las versiones domésticas del Festival OTI de la Canción.
“En 1991 tuvo lugar el gran escándalo con el tema Acorralada (fue Premio de la Popularidad, pero no ganó el primer lugar) y agradezco a aquellos que lucharon por mí. En 1992 no me dejaron competir y en 1993 me permitieron participar con la canción del año anterior (Perdida en el tiempo). Finalmente me dieron el segundo lugar (también fue la canción más popular). Eso fue un martillazo muy fuerte ¡No pude más!
“Yo nunca quise irme de Cuba ni quedarme en ningún lugar. Este era mi país y me gustaba vivir aquí; pero no reconocían mi trabajo y decidí marcharme”, expresó hace una década la artista.
Tras realizar un tour personal que incluyó paradas en Venezuela, Colombia y Suecia, Tanya se estableció en Estados Unidos. Del otro lado del estrecho de la Florida, su voz se mantuvo fuera de los escenarios por varias razones, incluidas las normales urgencias económicas que la llevaron a buscar trabajo en sitios que nada tenían que ver con su verdadera pasión. Sin embargo, su arte nunca dejó de fluir.
“Seguí escribiendo y arreglando música porque no logré sacarme a la artista de adentro. Hice algunas apariciones en varios lugares, pero fundamentalmente me dediqué a vivir la vida de un ser humano normal. Y en el plano personal tuve una pareja con la cual duré 12 años”.
Su carrera tuvo un nuevo hito en 2007 cuando lanzó el disco En este pueblo, compuesto por diez temas. En ese álbum, que llegó a promocionar con una gira por todo Puerto Rico durante el siguiente año, reapareció Ese hombre está loco, exitoso tema compuesto por su hermano Fernando, que generó polémica luego de que no pocos asumieran que estaba dedicada a Fidel Castro.
Sobre los orígenes de aquel sencillo prohibido en Cuba, dijo Tanya hace unos años: “Ese hombre está loco es el tipo de tema que quien lo escucha le puede asignar su propia historia, y la verdadera historia es que mi hermano le escribió esta canción a mi papá cuando se divorció de mi mamá, algo que no nos esperábamos, y esto marcó de tal manera a mi hermano al punto de llamarlo ‘loco’. Ves qué simple y qué complicadas se vuelven las cosas y cómo afecta el destino de las personas”.
El segundo debut en Cuba de esta carismática artista sucedió a finales de 2013. Entonces se presentó junto a David Blanco, quien, sin mucho tiempo de antelación, la invitó a un concierto que realizó en el capitalino Pabellón Cuba.
“La gente cuando me vio en el escenario, empezó como a despertarse, y al oírme en los clásicos míos es que reconocen: ‘esta es Tanya’ (…) Había muchos jóvenes que luego se me acercaban, y que por supuesto no me conocían y me descubrieron allí, me pedían autógrafos, y me hacían comentarios muy buenos. Fue una experiencia especial porque aún no olvidan mis canciones, y los que no me conocían tuvieron una reacción muy positiva hacia mi proyección”, confesó aquel mismo año.
Después de ese memorable momento, en 2014 logró reencontrarse con su público en una íntima presentación que tuvo lugar en El Sauce. A continuación siguió actuando en Cuba como solista y también junto a colegas como el propio Blanco, Osamu e Isis Flores. Además, ha sido invitada a los programas y festivales Cuerda Viva, y con el tiempo llegó a ampliar el espectro de sus colaboraciones hasta asociarse con Rebeca Martínez para crear un hit como el mencionado La habitación.
En diciembre pasado lanzó un pequeño álbum de cuatro canciones titulado Corazón encendido. Para conocer más sobre la actualidad de su carrera, pueden visitar su página oficial en Facebook y su perfil en Spotify.
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