Puede que no muchos conozcan que el pinareño Reydel Álvarez Sánchez, aunque efímeramente, jugó en una de las ligas principales del béisbol profesional mexicano durante su estancia en ese país. Ocurrió en 2018 su única temporada con los Rojos de Caborca en la Liga del Norte —filial del circuito veraniego azteca—, equipo que, dirigido por Pablo Machiria, extendió la semifinal hasta el séptimo partido contra los Freseros de San Quintín, pero no logró clasificar a la discusión de la corona.
En aquel momento compartió equipo con los matanceros Yadil Mujica y Yunesky Sánchez, el agramontino Dayron Varona, el villaclareño Misael Siverio, el avileño Pedro Echemendía y su comprovinciano Julio Alberto Martí. El jardinero vio poca acción en la etapa clasificatoria, después de seis partidos, con average de .143 (tres imparables en 21 oportunidades), un doble, cuatro anotadas, un remolque, seis boletos y ocho ponches. Casi todas sus oportunidades llegaron en mayo.
El bateador derecho marchó de Cuba en los primeros meses de 2018 y después de su breve incursión en la Liga del Norte, se mantuvo en México sin que nunca llegara un chance superior o igual al vivido con los Rojos, a pesar de estar en un país con un abanico de ligas para mantenerse activo en el béisbol, aunque en varios casos los salarios son bastante irrisorios.
Ante esa realidad, el jugador, que cumplirá 35 años el venidero 22 de febrero, decidió regresar a su territorio natal hace poco y aunque no conocemos si está jugando la Serie Provincial vueltabajera con su municipio Pinar del Río, una fuente nos dijo que está en plena disposición de retornar con los Vegueros en la Serie Nacional 60.
Igualmente, su retorno cuenta con la venia del recién nombrado manager de Pinar del Río, Alexander Urquiola, quien declaró a Cubadebate que se ha conversado con él y que la “dirección del plantel está en la mejor disposición de que forme parte nuevamente de la novena”. Como suele ocurrir en estos casos, el expediente del atleta repatriado debe pasar por las manos de los directivos de la Federación Cubana de Béisbol y la Comisión Nacional, encargados de dar la aprobación final.
Antes de emigrar, Álvarez —defendió los tres jardines— estuvo en 12 temporadas en el torneo doméstico cubano y su debut sucedió en 2004. Bateó .274, con 323 indiscutibles, 41 dobles, ocho triples, 17 jonrones y 101 impulsadas, además de 230 ponches y 130 transferencias. Su trayectoria se vio interrumpida dos veces, luego de no conformar los conjuntos vueltabajeros para las Series 47 y 52, mientras que jugó tres postemporadas y en dos alzó la corona bajo las órdenes de Alfonso Urquiola. Tuvo como mentores a Jorge Fuente, Juan Díaz, Luis Giraldo Casanova, Juan Castro, Jorge Gallardo y en su última contienda, la 57, Pedro Luis Lazo.
En la mayoría de los partidos fue un jugador de reemplazo, aunque con Lazo ocupó la titularidad buena parte del campeonato, en la que devino una de sus mejores temporadas: .313, 55 incogibles, ocho tubeyes, tres bambinazos y 32 impulsadas. Casualmente, en otras tres contiendas largó un trío de jonrones.
Si en el momento de su salida del béisbol cubano su baja creó una fisura en los Vegueros —sin ser él un jugador extraclase, repito—, de lograrse su retorno, Alexander Urquiola podría tener un pelotero de bastante experiencia en los jardines o entre los primeros en empuñar en la banca en caso de necesitar un bateador emergente. Considero que su puesto como regular dependerá de la forma deportiva que presente, algo que, a día de hoy, es una incertidumbre.
Con esos números en esa liguita mejicana y con 35 años lo mejor es que se incorpore a la zafra tabacalera en Buelta Abajo que está en plemo apogeo