En estos momentos existen varios peloteros cubanos, hijos de otrora jugadores con prolíficas o aceptables trayectorias en la Serie Nacional, que se desenvuelven en diferentes circuitos del béisbol de Estados Unidos. Están los casos de Lourdes Y. Gurriel y Yuliesky Gurriel, Yandy Díaz, Víctor Víctor Mesa, Miguel Antonio Vargas, Ernesto Martínez Jr., Patrick Meriño, Jesús Balaguer y Juan Carlos Millán Jr., por no mencionar a todos. Sin embargo, en la liga independiente American Association juega hace cuatro temporadas un pelotero antillano poco conocido, cuyo padre intervino en ocho contiendas del máximo nivel de la pelota en la Isla.
Uno de los principales efectivos de los Gary SouthShore RailCats es el habanero Randy Santiesteban, nacido el 19 de noviembre de 1991 en el Reparto Versalles, La Lisa. Según dijo a Cubalite su madre, Yamilé Mojena, Randy y ella salieron de Cuba en junio de 1998 gracias a la ayuda de Francisco Santiesteban, quien fuera receptor de Industriales hasta que abandonó un equipo cubano en julio de 1997 en Colombia.
Randy llegó a suelo estadounidense de manera clandestina con siete años y entre 2012 y 2015 permaneció en el Peru State College. Durante la última ronda del draft de 2014 los Bravos de Atlanta lo seleccionaron, mas nunca pudo iniciar el camino hasta el Turner Field. En 2015 como senior del Peru State College logró average de .431, promedio de embasado de .486, con 84 imparables, 20 tubeyes, once jonrones y 48 impulsadas, números que le permitieron terminar como MVP del torneo.
El estreno como profesional del capitalino ocurrió al año siguiente con los Sonoma Stompers, de la Pacific Association, plantel con el que estuvo en 25 partidos, bateó .301, impulsó 24 carreras y largó tres bambinazos. El 1 de junio de 2016, el club Gary SouthShore RailCats se apoderó de sus servicios y aunque estuvo en 30 juegos esa temporada con su nuevo equipo, solo registró 58 veces al bate.
Al parecer, el conjunto de la ciudad de Gary, en el estado de Indiana, no quiso apurar mucho a Randy en su primer año, pues en el siguiente, a pesar de batear para .257, contó con muchas más oportunidades. Indiscutiblemente, su mejor contienda resultó la anterior, cuando obtuvo línea ofensiva de .255, 69 imparables, 20 dobles, nueve cuadrangulares, 40 remolques y 50 anotadas. En la postemporada promedió para .333, con cuatro hits.
El jugador de cuadro y bateador derecho, en la presente campaña, batea .216 (38 incogibles en 176 veces al bate), ocho dobles, un jonrón y 20 impulsadas, además de incursionar como pitcher en dos entradas sin carreras limpias. Mientras, en sus cuatro años como pelotero profesional acumula average de .249, 201 hits, 50 dobles y 16 bambinazos.
Sobre su padre Francisco Santiesteban hay varios datos interesantes que decir. Nacido a inicios de la década del 70, asistió a los Campeonatos Mundiales juveniles de Sidney 1988 y Canadá 1989, en los que Cuba terminó como subtitular. Alguno de sus compañeros en esos certámenes fueron Miguel Caldés, Adiel Palma, Iván Álvarez, Jorge Luis Toca, Rey Ordoñez, Nataniel Reinoso y Michel Perdomo.
En su tránsito por la Serie Nacional con equipos habaneros consiguió average de .280 (222 imparables en 792 oportunidades), 30 dobles, ocho jonrones, 88 remolcadas y 58 bases robadas en 90 intentos. A la defensa fue dueño de un excelente promedio de .991, con 181 asistencias, 14 errores en 1574 lances y 96 cogidos robando en 212 salidas.
Sus dos primeras campañas las jugó con Metropolitanos y el resto con Industriales, compartiendo equipo junto a otros receptores como Bárbaro Cañizares, Ricardo “El Miro” Miranda, Michel Hernández y Armando Ferreiro. Dos veces probó las mieles del título con los Azules, bajo la égida de Jorge Trigoura (1992) y Pedro Medina (1996).
Después de ser el único jugador cubano en abandonar el equipo en 1997 en Colombia, Santiesteban acordó con los Marineros de Seattle en 1998, año de su debut con los JetHawks de Lancaster (Clase A avanzada), donde bateó .240, 21 impulsadas y cuatro vuelacercas. Tras ser liberado por los Marineros, en 2000 se insertó en el circuito independiente Northern League East con el conjunto Adirondack Lumberjacks y en 31 veces al bate promedió .194.
Posteriormente, jugó en la pelota profesional de Nicaragua y allí entrenó a los Gigantes de Rivas y dirigió el año pasado a Brumas de Jinotega en el Campeonato Superior Germán Pomares Ordóñez. Con anterioridad fue el mentor durante seis temporadas (2012 hasta 2017) del equipo DSL Braves, sucursal de los Bravos de Atlanta, perteneciente a la Dominican Summer League. De sus seis campeonatos como manager, en dos logró más victorias que derrotas.
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