¿Recuerdas esa sonrisa cálida y esa voz dulce que acompañó la infancia de tantos cubanos? Lidis Lamorú hizo de El Patio de Gabriela un espacio mágico para varias generaciones de niños. Pero, ¿qué ha sido de aquella artista que cautivó a los más pequeños con su carisma e ingenio?
Lidis Lamorú Febles, nacida en Moa (Holguín) el 20 de abril de 1974, no solo fue una cara amable dentro de la televisión infantil cubana: su talento también la llevó a desarrollar una carrera paralela como cantautora, que le trajo el regocijo de la publicación de varios álbumes de estudio. Con una voz privilegiada y un carisma natural, logró conquistar espacios más allá del plató televisivo que la hizo famosa.
El pasado año, con un gran concierto en el teatro Karl Marx, celebró 30 años de una vida artística que aún la mantiene bastante activa, divulgando su arte para el disfrute de grandes y chicos.
Los inicios de Lidis en la TV tuvieron lugar a finales de los años 90, gracias al programa El Patio de Gabriela, primero transmitido por el telecentro holguinero Telecristal y que luego llegó a la parrilla nacional.
Aquel espacio nació como una propuesta fresca y diferente para el público infantil cubano. Se desarrollaba en un escenario que simulaba un patio acogedor, donde los niños se sentían como en casa. La premisa era simple, pero efectiva: crear un lugar donde el aprendizaje y el entretenimiento se fusionaran de manera natural.
La anfitriona supo combinar el ocio con la educación y lideró un segmento donde los infantes podían aprender mientras se divertían. La conducción de Lamorú fue el alma de aquellos minutos en antena: tenía una facilidad enorme para conectar con los pequeños y hacer que cada episodio pareciera único respecto de los demás. A ello se le sumaba el componente didáctico y los recursos que empleaba para transmitir conocimientos y valores: juegos y actividades interactivas, canciones y otros elementos que ponían en primer lugar la promoción de la cultura nacional.
Debido a lo anterior, El patio de Gabriela se convirtió en mucho más que un simple show, pues con el paso del tiempo empezó a formar parte de las rutinas de miles de familias cubanas, ayudó a formar y consolidar valores y creó disímiles memorias compartidas entre padres e hijos.
La música tenía un rol primordial en cada capítulo, que priorizaba los temas con mensajes educativos y adaptaba ritmos cubanos para que fueran asimilados de la mejor manera por los niños… hasta que llegado un momento, durante la primera década de los 2000, el programa dejó de emitirse.
Tiempo después de ese final, Lidis no dejó de reinventar su carrera artística sin perder esa dulzura que la caracterizaba. Ha participado en importantes eventos culturales, llevando su música y su mensaje a diferentes rincones de la Isla. Sus presentaciones siguen siendo un punto de encuentro entre generaciones: aquellos ‘peques’ que la vieron en El Patio de Gabriela ahora llevan a sus propios hijos a verla cantar.
A partir de 2004, la holguinera, tras el fin del gustado espacio, inició una trayectoria dentro de la música, más orientada hacia lo profesional, y grabó discos como Voy a quererte más, La magia de los sueños, Luz y corazón, además del DVD Por una sonrisa. De los temas compuestos por ella se convirtió en un himno Don Lagartijo, aquel en que narra los vicios de un peculiar personaje.
«Don Lagartijo inicialmente no era una canción, sino un texto que me regaló el amigo Milton Reyes. Un buen día decidí ponerle música y agregarle otros fragmentos, que lo transformaron en lo que es hoy, una canción con buen ritmo y un mensaje que trasciende a la familia cubana», declaró en una ocasión, según refiere la enciclopedia Ecured.
La artista ha sabido mantener vivo el espíritu de aquellos años televisivos en sus actuales proyectos. Su música, una mezcla de géneros tradicionales cubanos con toques contemporáneos, sigue transmitiendo valores positivos y alegría, tal como lo hacía en sus días de presentadora.
Gracias a su perfil oficial en Facebook hemos podido mantenernos al tanto sobre lo último relacionado con su carrera. Recientemente la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos (ECME) Faustino Oramas le entregó un reconocimiento por el legado musical de sus tres décadas en el arte, y hace pocos días anunció que entre el 1 y el 15 de abril se presentará en Villa Clara, en lo que calificó como un «encuentro lleno de casa, cariño y ternura, familia pura. Un momento especial para compartir, cantar y celebrar juntos la magia de la infancia».
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