Te contamos qué ha sido de Osvaldo Rodríguez, el cantante que fue el número uno de Cuba

5 min


6
Osvaldo Rodríguez. Foto tomada de Magazine AM:PM.

En la localidad de Los Arabos, Matanzas, allá por 1949, nacer con problemas de la vista no te auguraba un porvenir muy satisfactorio. Eso lo sufrió la familia de Osvaldo Rodríguez cuando se enteraron de que el pequeño tenía solo escasa visión en su ojo izquierdo, y que quizás jamás pudiera ver de forma normal.

Curiosamente, la invidencia del jovencito fue lo que hizo que todos en casa empezaran a notar algo raro cuando lo veían jugar con latas y vasos de cristal. No importó que le botaran sus “juguetes” una y otra vez, porque al día siguiente ya el niño los había recuperado y seguía en sus intentos de sacarles música a aquellos insólitos instrumentos.

Con el tiempo, vinieron para La Habana y tuvo su primera armónica, la cual terminó destrozada por el mal genio y la frustración del chico, quien eventualmente encontró la forma de sacarle música como él quería. Luego llegó la guitarra y el mundo cambió.

“Cuando yo tenía 10 años la Fundación (Cultural para Ciegos “Manuel Varona Suárez”), que fue donde cursé todos mis estudios de primaria, abrió una convocatoria para el estudio de la guitarra y logré entrar. Ya en la escuela empecé a estudiar solfeo y teoría. (…) Ya el estudio de la guitarra como tal fue con una profesora que se llamaba Débora Cabrera. Con ella aprendí estudios de Villalobos y muchos otros clásicos, pero siempre me llamaba más la atención lo popular. Entonces, cuando mi madre me compró la guitarra (…) empecé a ir los fines de semana a la barbería, donde se me perdió el bastón. El barbero principal tocaba guitarra y con él aprendí lo que no pude aprender en la escuela. Él me enseñó a tocar la guaracha, el son y el huapango. Me enseñó a rayar”, relató Osvaldo a la revista AM:PM.

Años después, ya convertido en adulto, siguió la estela de dos célebres compatriotas como Arsenio Rodríguez (1911-1970) y Frank Emilio Flynn (1921-2001), quienes, a pesar de su ceguera, hicieron carrera en la música y se convirtieron en leyendas del pentagrama nacional.

En el presente, Osvaldo lleva establecido en Miami, Estados Unidos, desde alrededor de 30 años. En esa ciudad, en donde ha sido criticado por el matiz político de algunas de sus composiciones previas, ha encontrado un hogar y ha seguido floreciendo como artista.

Actualmente, Rodríguez, vecino de Hialeah, se encuentra promocionando el álbum Piedra Triangular (AJ Music), cuyo primer sencillo Te quiero más que a mi vida, fue lanzado en abril último.

Anteriormente, también del otro lado del estrecho de la Florida, el matancero ha lanzado los discos Reglas del juego (2004), Miami (2007) y Puesta de sol (2015), y ha conseguido éxitos moderados gracias a temas como Guajiro cepilláo o 16 toneladas.

Según reflejan las publicaciones en su perfil oficial de Facebook, suele presentarse con regularidad en el club Clandestinos y cada semana (miércoles y domingos) es anfitrión de programa de streaming Mi guitarra y yo, el cual cumplió siete años el 5 de julio pasado, curiosamente el mismo día en que Osvaldo celebró nada menos que 59 de carrera artística.

También en este 2025 será estrenado el documental La vida siempre es mucho más, realizado por Paulina Aly y enfocado en contarnos más sobre la vida y obra de este artista, que puede no ser tan famoso como Ray Charles, José Feliciano, Stevie Wonder o Andrea Bocelli, pero sí igual de dedicado a esa gran pasión que es la música.

***

Osvaldo Rodríguez no tenía 20 años en 1966 cuando se atrevió a fundar en la Escuela para ciegos “Abel Santamaría”, el cuarteto Voces del Trópico, integrado por jóvenes miembros de la Fundación.

Dos años después de aquella primera aventura, formó la banda 5U4, con la cual se dio a conocer a escala nacional gracias a su novedosa sonoridad rockera, la cual durante un tiempo hizo creer a muchos oyentes que se trataba de una banda foránea.

Los 5U4 asistieron al Festival de Varadero 1970 a pesar de todo, pues ni siquiera contaban los medios más básicos para poder ejecutar sus números.

“En ese festival yo tuve que tocar con la guitarra Guild de Pablo Menéndez, director del grupo Mezcla; Bertica tocó con una de Los Galantes, que acompañaban a Lourdes Gil. El bajo que usó Leonardo fue el de Formell y Jorge Aguilera tuvo que tocar con el drum de Enrique Plá. El sonido lo hizo el técnico de Los Mustang, que también ayudó a otras agrupaciones. Era algo penoso pero al final era la época que vivía Cuba en ese momento. Unos tenían más posibilidades que otros porque les daban los instrumentos o los conseguían en el extranjero. Era una mezcla de todo lo que puede pasar cuando hay escasez”, contó Osvaldo en la conversación citada anteriormente.

Con aquella agrupación, Rodríguez grabó álbumes como Motivaciones y Sin Jamás, y “pegó” temas como En casa del pobre, Por qué no me vas a querer, El amor se acaba, Enhorabuena y Se me perdió el bastón, sin dudas la más famosa de todas.

En paralelo a su obra como líder de 5U4, Osvaldo empezó a abrirse paso como solista, al punto de que ya en 1978 era todo un fenómeno en la Isla, tanto, que fue merecedor del llamado Disco de Plata que lo acreditó como el cantante más popular del país en aquel año.

Sus éxitos como intérprete continuaron en 1979, cuando obtuvo el Gran Premio en el Festival de Sochi, entonces parte de la Unión Soviética, con su tema Canción del XX aniversario.

Tras su aparición en el reconocido Festival de Varadero ‘80, ese mismo año fue a Sopot, en donde no se llevó el primer lugar, pero sí fue reconocido con el premio especial de la radio y la televisión polaca.

“Me dieron los aplausos más grandes que yo he recibido en mi vida. Yo diría que fueron aplausos de ballet, y eso que no me llevé un premio tan importante en ese festival, como no fuera el premio del Comité de la Radio y la Televisión polaca, que es lo que se dice un premio de consuelo”, reveló el cantautor en 2021.

Poco después, en ‘81, la vida le dio revancha y le permitió alzarse con otro galardón importante cuando, con su tema Digamos qué más da, se llevó el Gran Premio en el 12vo. Festival Yamaha de la Música, realizado en Tokio, Japón. En esa ocasión se convirtió en el primer cantante que se se llevaba el lauro con un número en español.

Osvaldo Rodríguez se desvinculó definitivamente de 5U4 a principios de los 80, luego de sufrir un hematoma en la cuerda vocal izquierda que lo llevó a estar un tiempo sin poder subirse al escenario.

“Pero cuando aquello coincidía que había unas nuevas formas de pago en las que recibías más si trabajabas más. Entonces, en parte, yo liberé a Los 5U4 de esa restricción.  No quería ser un estorbo para ellos. De hecho, no me fui peleado con nadie del grupo. Eso fue en 1982, cuando decidí apartarme del grupo. Ya había estado unos meses recuperándome pero todavía no estaba al 100%. Ellos entendieron mi situación. Tampoco sabía cuánto tiempo iba a tomar mi recuperación”, contó en una oportunidad.

Un lustro después, llegaría al mercado su primer disco con su Pequeña Banda. El fonograma, titulado Farandulero, lanzó sencillos como el homónimo, además de Noche de sábado y Cuatro décimas y un son para Los Arabos.

Otras de las actuaciones memorables de este talentoso vocalista, sucedieron en la edición de 1992 del Festival de Viña del Mar, Chile, y en Festival OTI de 1994, efectuado en Valencia, España. En estos eventos llegó a ser finalista gracias a sus interpretaciones de los temas Para cuando vuelvas y Amor y cadenas, respectivamente.

Inmediatamente luego de terminar su participación en la OTI, Osvaldo decidió no volver más a Cuba, y poco después se trasladó a la llamada Ciudad Mágica, en donde ha vivido las últimas tres décadas.

👉Si quieres recibir en tu WhatsApp los artículos que publicamos habitualmente sobre temas cubanos o la actualidad de personalidades dentro y fuera del país, únete a nuestro grupo:
👉(Pincha aquí para unirte)

Anuncios
Anuncios
Anuncios

0 Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× ¡¡¡Contáctanos!!!