Por alguna vía, ya sea las tradicionales radios, televisión, periódico, o por las redes sociales tienes que haberte enterado que sus Altezas Reales, el Príncipe Carlos de Gales y Camilla Parker Bowles, Duquesa de Cornualles, estuvieron en La Habana del 24 al 27 de marzo.
Entre otros lugares, visitaron zonas patrimoniales, asistieron a una gala en el Teatro Alicia Alonso y conocieron los avances de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. Esta es la primera vez que un miembro de la familia real realiza un viaje oficial a Cuba y en Cuba Lite nos interesa el acercamiento que tuvieron con la gastronomía cubana.
El pasado miércoles, Carlos y Camila asistieron a una degustación de comida cubana en el Bar-Restaurante Habanera. Este evento fue posible gracias a la colaboración de la guía de restaurantes en Cuba AlaMesa, y a otros establecimientos como Jíbaro, Rita & Champagne y el grupo Aires de Fiesta y Artechef.
Según se precisó en The Sun, antes del viaje a La Habana, la Duquesa de Cornualles había manifestado conocer muy poco sobre la comida cubana. Por tanto, en los jardines del restaurante Habanera, ubicado en la calle 16, entre 7ma y 5ta, en Playa, se les preparó una exposición con lo mejor y más típico de la gastronomía cubana.
El menú, a cargo de los chefs Eddy Fernández, Odlavin Castellanos, Santiago Gutiérrez, Sahily Romero y Diana Figueroa, estuvo compuesto por varios platos. Todos fieles representantes de las tradiciones cubanas y con toques de modernidad.
Entre las elaboraciones ofrecidas estaban croquetas de frijol negro, pastel de maíz con lechón al carbón y tostones con quimbombó y pescado a las brasas. De estas, las croquetas fueron de la preferencia del Príncipe. Sobre los ingredientes de la última, gritan cubanía el quimbombó, introducido en Cuba por los esclavos nativos de África y los tostones
El Príncipe de Gales, quien además molió caña de azúcar, pudo degustar casabe de ropa vieja, ajiaco a la criolla, aporreado de carnero y camarones. La tradición del casabe (torta de harina de yuca) se remonta a nuestros aborígenes, y el ajiaco, aunque el origen del guiso es latinoamericano, la versión criolla representa, como pocas, la cubanía.
El punto dulce de nuestra tierra lo pusieron unas frutas glaseadas con miel y hierbabuena, torrejas a la cubana y unos tradicionales casquitos de guayaba.
Carlos, preparó su propio mojito, o al menos, mezcló algunos de los ingredientes principales de este trago estrella de la coctelería cubana. Única bebida cubana que degustó, aunque se había planificado que, además, probara la canchánchara (bebida a base de miel de abeja y aguardiente de caña representativa del período de guerras por la independencia de Cuba) y mocktails (analcohólicos especialidad de Jíbaro) como Mula Jíbara, Beso de Yarini y Pink Ale.
Antes te habíamos mostrado cómo se realiza el Beso de Yarini:
Sus Altezas Reales quedaron satisfechos con la comida cubana. La prueba: la duquesa prometió enviar a su hijo, Tom Parker Bowles, food writer, para escribir sobre la cocina del país.
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