¿Por qué ocurrió el divorcio entre Caterine Ibargüen y el cubano Ubaldo Duany?

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Ubaldo Duany y Caterine Ibargüen. Foto tomada de El País Cali.

Una medalla de oro (Río de Janeiro 2016) y otra de plata (Londres 2012) a nivel olímpico son, por sí solas, razones de peso para considerar como exitosa la carrera de cualquier deportista. Ahora, si a ese trozo de palmarés se le suman par de coronas mundiales en Moscú 2013 y Beijing 2015 (más un subcampeonato y dos bronces, obtenidos en Londres 2017, Daegu 2011 y Doha 2019), queda claro que estamos hablando de alguien con enorme talento y constancia superlativa.

Si Caterine Ibargüen dejó su marca como una de las mejores atletas de su generación, al conseguir múltiples preseas en certámenes regionales y globales (concursó en salto de altura, de longitud, triple y llegó a correr en relevos cortos), no se debió solamente a su capacidad natural.

La colombiana, quien inicialmente se formó gracias a la ayuda de los entrenadores cubanos Regla Sandrino y Jorge Luis Alfaro, ofreció muestras de su nivel con algunos podios en las citas centrocaribeñas de San Salvador 2002 y Cartagena 2006, pero no fue hasta unos años después que dio, nunca mejor dicho, el salto de calidad. La persona clave para su entrada en la élite del orbe fue otro profesor oriundo de la mayor de las Antillas: Ubaldo Duany.

“Yo ya había percibido las cualidades de Caterine, pero en Colombia se trabaja por selecciones departamentales y no hay una centralización de los atletas, no hay equipo nacional. Yo quería brindar mi colaboración, pero no estaba permitido; entonces, cuando me fui a San Juan con una oportunidad de trabajo, tuvimos la alternativa de llevarla a estudiar allá a Puerto Rico, y es cuando le muestro un plan que ya había diseñado para ella y le digo que podemos estar en una final mundial y olímpica, pero en el triple salto. Recuerdo que ella se quedó un poco escéptica, pero viajó y abrió las puertas para que trabajáramos y así empezaron a salir los resultados”, relató el estratega y exsaltador en 2019, momento en el que se encontraba preparando a su famosa adiestrada en nuestro archipiélago.

Tras conseguir casi todos los premios posibles, en febrero de 2020 se conoció la noticia de la ruptura entre Duany e Ibargüen tras más de diez años juntos, algo que fue recibido con bastante asombro. Según confesó el coach a la cadena Caracol Radio, “Caterine decidió unilateralmente abrirse y buscar nuevos caminos”.

Por su parte, el diario El Espectador aseguró que la decisión de la cafetera estuvo asociada al hecho de que durante la pretemporada de 2020, Duany se encontraba trabajando también con otros atletas, entre ellos, la también saltadora Yosirys Urrutia y los vallistas Yohan Chaverra y Eliecith Palacios.

Ese medio refirió en su momento que por ahí comenzó a desgastarse la asociación profesional y, por ello, la campeona terminó cambiando el rumbo hacia Portugal para ponerse a las órdenes de otro cubano, Jorge Pichardo, padre de Pedro Pablo, quien ganó el título olímpico del triple salto en Tokio bajo la bandera lusa.

Sin embargo, el propio Ubaldo desmintió las aseveraciones sobre el fin de su relación de trabajo con la célebre deportista. “Nada más lejos de la verdad, yo siempre he trabajado con muchos atletas, inclusive cuando Caterine llegó a Puerto Rico yo ya trabajaba con Johana Urrutia”, declaró.

De hecho, el entrenador fue muy respetuoso al referirse al cambio de parecer de su exdiscípula, cuando comentó: “somos padres, los hijos van creciendo, le van saliendo las plumas y las alas, y deciden hacer un cambio. Nosotros como padres decidimos apoyarlos”, tras lo cual, agregó: “Caterine es una atleta muy seria en su trabajo. Ella ya no es una atleta que tiene 15 años, ya está en su curva de rendimiento para retirarse en seis o siete meses en los Juegos Olímpicos, pero ha decidido hacer estos cambios y nosotros los respetamos”.

Por su parte, luego de su “separación”, la otrora reina del salto triple se refirió a su compañero con muchísimo cariño: “te has convertido en mi compañero de aventuras, has construido esperanza donde la visión era corta, hoy te agradezco por enseñarme a soñar y de tu mano hacer cada meta realidad. Dios te bendiga Ubaldo Duany. Mi entrenador, amigo y padre”.

Diferentes rutas y presentes

Foto: AFP.

El aplazamiento de los Juegos concedió a la Ibargüen más tiempo para llegar en forma óptima a la cita estival, pero, pese a ello, finalizó en el décimo puesto con un estirón de 14.25 metros en la prueba dominada por la venezolana Yulimar Rojas, quien llegó a implantar un nuevo récord mundial (15.67 m).

Luego de la olimpiada, en agosto de este mismo año, anunció que aún no se retiraría, aunque tampoco dejó claro cuál sería el siguiente paso de su carrera en el alto rendimiento. Su representante publicó una nota que explicaba: “la saltadora colombiana Caterine Ibargüen anunció que la cita olímpica de Tokio-2020 serían sus últimos Juegos, pero aún no ha terminado (su carrera) y sus planes inmediatos son volver a Portugal y seguir entrenando en su base de entrenamiento”.

Sin embargo, eventualmente, la carismática antioqueña colgó las zapatillas para dedicarse a la política. En octubre pasado presentó su candidatura al Senado de su país como representante del Partido de la Unidad.

En declaraciones exclusivas para el espacio radial Carrusel Deportivo, de Caracol Radio, afirmó: “los deportistas colombianos siempre hemos trabajado por el pueblo colombiano. Ahora que yo me salí de las pistas toca devolverle a Colombia lo que hicieron por mí, a esa gente de la región, a esa gente de donde yo vengo, a las personas que trabajamos con tantas dificultades”, luego de lo cual, añadió: “quiero seguir dándole buenos resultados a Colombia, estoy segura de que ya no van a ser medallas entregadas en un estadio, pero nos vamos a ganar muchas medallas porque esta es una apuesta y son saltos con muchos colombianos que están esperando soñar. Una parte importante es donde se hacen las leyes para poder transformar el país”.

A diferencia de su antigua alumna, el “profe” Duany sí mantiene el vínculo con las pistas que inició unas cuantas décadas atrás. Integrante durante 12 años del equipo nacional de atletismo cubano, como saltador de longitud, y posteriormente convertido en entrenador, trabajó en la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético antes de irse a Colombia en 1992 para cumplir un contrato de colaboración.

Tras finalizar su vínculo laboral en la nación sudamericana, Ubaldo se mudó a tierra boricua, en donde sentó cátedra. Tras la sólida y duradera dinastía que construyó junto a Caterine, este santiaguero, nacido el 26 de mayo de 1960 en Palma Soriano, en septiembre de 2020 fue designado como entrenador en jefe del equipo colombiano de atletismo sub 20 que participaría en los Mundiales de Nairobi 2021 y Cali 2022.

Tras completar un año en ese rol, el pasado 13 de noviembre se conoció que abandonaba definitivamente el cargo por razones que no están del todo claras. Luego ocupó su lugar el también cubano Nelson Gutiérrez, quien ahora será el encargado de guiar al grupo de jóvenes que verá acciones en la edición debut de los Juegos Panamericanos Junior, que tienen lugar en Cali hasta el 5 de diciembre.

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