Hay quienes dicen que la felicidad no es eterna; otros, que dura poco. De una forma u otra, a juzgar por el criterio de la mayoría, está destinada a dejar de existir. Si ahora se le preguntara a Lionard Kindelán al respecto, puede que el santiaguero responda que llegó a la liga más importante del béisbol italiano con muchas expectativas y el anhelo de repetir el título con su equipo, pero la felicidad y sus propósitos allí le duraron menos de lo que él esperaba. Mala suerte.
Su club en la Serie A1, el Unipolsai Bologna, emitió este martes un comunicado informando que el inicialista y receptor causaba baja debido a no estar incluido en los planes técnicos de la sociedad, junto al también cátcher, el holandés de 29 años Jarreau Martina. Solo es necesario acudir a la poca actuación del indómito y observar sus estadísticas para encontrarle una respuesta un tanto sensata a su prematura liberación del equipo que encabeza la tabla clasificatoria con doce éxitos y dos derrotas.
El jugador de 22 años participó en cuatro partidos y disparó tres imparables en nueve veces al bate, equivalente a un promedio ofensivo de .333, además de cinco anotadas y siete boletos. Hasta ahí todo muy bien. Sin embargo, si analizamos con detenimiento, veremos que de las seis ocasiones que falló el santiaguero, cinco fueron por la vía de los strikes, mucho para tan poco rodaje. De seguir con ese ritmo, él, un pelotero con reputación de poncharse con frecuencia, terminaría la temporada con una cantidad bien alarmante. Incluso, podría discutir el liderato de ese apartado, a pesar de incorporarse tarde al elenco.
Continúo. En el Campeonato Europeo de Clubes, efectuado recientemente en Bolonia y donde el Unipolsai aprovechó su condición de anfitrión para aferrarse al cetro, Lionard reportó una actuación muy pobre. Intervino en dos choques, uno como regular, y reunió cinco veces al bate, no conectó imparables y se ponchó cuatro ocasiones ante lanzadores con menos nivel que a los que se midió en Italia. En su segundo partido, el rival fue Bélgica.
La principal lectura que saco es que la directiva del club decidió prescindir de los servicios del cubano por ser un bateador con gran tendencia al ponche. No encuentro otra explicación. Además, como me dijo un amigo cubano vinculado a la pelota de ese país europeo, en Italia se les exige a los jugadores extranjeros que rápidamente lleguen a buenos números, porque, de lo contrario, se busca un nuevo jugador.
En este caso, el encargado de sustituir a Kindelán y a Martina es el receptor habanero Andy Paz, quien también defiende la inicial, precisamente lo que ahora necesita el elenco de Bolonia. De 26 años y sin experiencia en la Serie Nacional, Andy es un atleta que desde adolescente se vinculó al béisbol de Francia, donde vive su padre. A la nación gala la ha representado en numerosos torneos internacionales de diferentes categorías.
Con experiencia hace dos años en la Liga Profesional de Nicaragua y en siete temporadas en Ligas Menores con los Atléticos de Oakland, el guanabacoense, cuando debute en la Serie A1, estará en su tercer circuito este año, luego de empezar con el conjunto Toulouse Stade de la Primera División francesa y después incorporarse a la disciplina de los Mineros de Sussex County, de la Liga CanAm, con quien bateó .208 en 13 partidos.
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