Desde que tuvo uso de razón, Brander Guevara quiso ser pelotero. Tenía sólo seis años cuando llegó a un combinado deportivo de su Artemisa natal con la idea fija de jugar y destacarse algún día sobre el diamante. Ahí estuvo varios años jugando primera base, hasta que a los 11, su prometedor brazo y la fluidez de sus lances hicieron que los profesores tomaran una decisión que cambió su vida.
“El tránsito de la inicial al montículo fue difícil, primero porque ese movimiento significó que tuviera que aprender todas las nuevas mecánicas de la posición y también que dominara los diferentes lanzamientos imprescindibles para la labor de cualquier pitcher. Me tomó alrededor de un año incorporar todas esas cosas nuevas, y al final el resultado fue favorable para mí”.
Brander comenzó a destacar en las diferentes categorías, no sólo dentro de su provincia, sino a nivel nacional. A pesar de su juventud, muchos comenzaron a mirarle como un atleta con capacidad para convertirse a largo plazo en una de las figuras notables de la pelota nacional.
Su momento más importante llegó en 2018, cuando formó parte del equipo nacional categoría sub-15 que participó en el Campeonato Mundial que tuvo a Panamá como sede. En ese evento llamó la atención por su capacidad para lanzar rectas de hasta 90 millas, velocidad poco usual en jugadores de su edad.
“En ese torneo tuve mi única oportunidad de vestir la camiseta del Cuba, y la verdad es que eso fue una cosa muy grande para mí. Además, allá pude tener buenos resultados, y ayudé al equipo a avanzar invicto a la segunda ronda. Luego, a pesar de que lo dimos todo, no se pudo llegar a la definición de las medallas, pero igualmente la experiencia me hizo crecer como atleta y significó un motivo de orgullo para mí y para mi familia”.
Brander Guevara, el adolescente que no viajará al Panamericano juvenil
Después de entender que aquí en la Isla no sería posible crecer todo lo que querría, Guevara decidió marcharse del país junto a sus padres. Primero, viajaron hacia Guyana, y desde esa nación se trasladaron a Costa Rica, en donde viven actualmente.
Ahora mismo, Brander entrena a las órdenes de los ex lanzadores y compatriotas suyos, Julio César Villalón y Alberto Castillo, quienes se dedican a preparar a jóvenes prospectos con condiciones suficientes como para hacerles soñar con ser firmados por alguna de las 30 organizaciones pertenecientes a las Grandes Ligas.
“Aquí en Costa Rica junto a mis nuevos profesores he podido mejorar muchísimo, sobre todo en el tema de la mecánica y los movimientos sobre el box. Otra cosa que he pulido bastante es mi cambio de velocidad y mi recta, a la cual le he podido sumar varias millas más, hasta llegar a 93 recientemente”.
Según su propia opinión, además de tener una fastball increíble para sus 17 años, sus mejores armas son la slider y el cambio. Para él, quien además se considera un pitcher ponchador, lo mejor que hay cuando está sobre el montículo es sentir esa emoción que da el estar delante de muchas personas y enfocarse al máximo para que las cosas salgan bien en un momento tan importante como ese.
En este momento, Guevara sigue dándolo todo en el terreno con el objetivo de concretar sus grandes aspiraciones de jugar algún día en la mejor pelota del mundo. Entrena dos veces al día de lunes a sábado, con sesiones matutinas en el campo, mientras las tardes se las dedica al gimnasio. Dice que para él no es algo tan duro, porque siempre tiene presente su meta y eso le ayuda a seguir adelante.
“Existen buenas posibilidades de lograr un contrato dentro de un tiempo. Hay hasta cuatro equipos interesados en mí, pero actualmente todo está frenado a causa de la COVID-19, y por eso nos encontramos esperando a que la situación se normalice. Lo que me toca ahora es seguir trabajando fuerte, para estar listo cuando exista una posibilidad de probarme nuevamente”.
Gustavo Domínguez, representante de Guevara en TopTen Sports, ha declarado sentirse impresionado por la madurez, la ética de trabajo y la seriedad de este muchacho. Para él, que ha visto mucho talento, el porvenir de Brander es algo que habrá que mirar muy de cerca.
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