Finales de julio de 2006. Un equipo universitario cubano termina una serie amistosa de cinco encuentros en Ecuador. El 24 de julio regresa a la Isla tras vencer en cuatro juegos y caer en uno contra un elenco de Guayas. La derrota fue de 2-1. En el vuelo de retorno, un asiento permanecía vacío y lo estaría hasta tocar tierra en La Habana. El pitcher Kenny Rodríguez lanzó durante el tope bilateral, pero decidió no regresar a su país. Abandonó a sus compañeros, no se sabe si mediante una determinación premeditada o por una decisión que surgió a falta de pocos días del retorno.
Lo cierto es que el derecho artemiseño no estaría entre los 24 peloteros antillanos, de diez provincias, elegidos para competir en el III Campeonato Mundial Universitario que se celebraría en varios estadios de Cuba dos semanas después. El viernes 21 de julio, día señalado para que los jugadores visitantes ofrecieran un intercambio con peloteros infantiles, fue el elegido por Kenny para dar, tal vez, uno de los pasos más arriesgados de su joven vida.
El pelotero de 19 años y 1.84 metros de estatura no completó el programa de competencias. No estuvo en los partidos del sábado y el domingo. En la primera vez que un equipo cubano de mayores viajó a ese país sudamericano, Rodríguez fue el único que no abordó el avión de vuelta aquel lunes 24 de julio.
A pesar de las medidas de seguridad, evitó a dos agentes que viajaron con el equipo insular y a tres personas que rendían a la Asociación de Béisbol del Guayas. Lourdes Gurriel, director del elenco universitario, dijo “ya está, se fue. Fue una decisión personal de él”. Kenny, según se dijo en aquel momento, fue ayudado por una mujer con la que conversó en Guayaquil. Sin embargo, eso podría haber sido un argumento infundado.
Hoy, 22 de marzo de 2019, Kenny Rodríguez tiene 34 años. Hace cinco días los cumplió. En julio hará trece años de la decisión tomada en Ecuador. Para este viernes la vida le escribió un guion que en 2006 él, seguramente, no pensó que ocurriría. Llegará a Cuba como manager de la selección nacional de Perú, la cual se prepara para los Juegos Panamericanos de este año en Lima.
“Nos venimos preparando muy fuerte desde el año pasado con rivales de primer nivel, como equipos de Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana y a partir del 22 de marzo nos enfrentaremos con la selección de Cuba. Estamos tratando de topar con el nivel más alto para llegar a gran altura a los Juegos Panamericanos”, dijo en un video que aparece en la página en Facebook de la Federación Peruana de béisbol.
El artemiseño dirige una preselección de 25 atletas, de ellos siete nacidos en Venezuela —pero de padres peruanos— que ya se nacionalizaron para defender al elenco rojiblanco en julio durante los juegos continentales. En Cuba sostendrán varios partidos de preparación y según expresó una fuente a Cuba Lite, podrían jugar fuera de la capital.
Nacido en el poblado de Las Cañas, a Kenny lo une una rica historia con Perú, país con el que ha competido como jugador en eventos internacionales. Uno de sus episodios más recordados fue cuando se apuntó 16 ponches en su triunfo de 3-1 ante Guatemala en los Juegos Bolivarianos en Trujillo 2013. Allí registró desempeño de un éxito sin derrotas, con efectividad de 0.73, 21 ponches, cuatro hits permitidos y tres boletos en 12.1 entradas, mientras que como antesalista disparó tres imparables, entre ellos dos tubeyes.
También con la selección absoluta peruana se colgó dos medallas de bronce en los Campeonatos Sudamericanos de 2015 y 2016. En el primero, en Brasil, devino figura de notable importancia en la obtención de ese resultado y al año siguiente, en su país de residencia, fue elegido como mejor bateador del torneo.
Antes de lanzarse a la aventura de representar a Perú en certámenes continentales y luego de ser el mentor del equipo absoluto, firmó en julio de 2007 con los Azulejos de Toronto, entre 2008 y 2010 trabajó en Ligas Menores (Clase A+ y AA) y sus números fueron generalmente positivos, luego de ganar en 22 ocasiones y perder en 20 en los 60 partidos en que tuvo labor —55 como abridor—. Durante 289.2 innings fue capaz de ponchar a 247 bateadores y le promediaron los contrarios .260. Su efectividad quedó en 4.32. El 28 de julio de 2010 fue liberado por su conjunto de Clase A+ Dunedin Blue Jays, tras un año de notable retroceso.
Según un sitio especializado, el cubano acordó por un monto de seis cifras, aunque no especifica la cantidad exacta.
Durante su tránsito por el béisbol cubano mantuvo un muy buen buen rendimiento, principalmente en las categorías inferiores, donde fue considerado entre los tres mejores lanzadores de su promoción. Se proclamó campeón nacional juvenil con su equipo La Habana en 2003 y ese mismo año asistió al Campeonato Panamericano de la categoría en Curazao, donde el artemiseño resultó uno de los principales contribuyentes en la retención del cetro. Allí logró los triunfos en los choques de muerte súbita y de semifinal, auxiliado en su recta superior a 90 millas y en lanzamientos rompientes.
Con 17 años debutó en la Serie Nacional y reunió cuatro temporadas, además de dos Súper Ligas. En el principal espectáculo deportivo del país trabajó en 117 juegos, ganó 18, perdió 25 y salvó siete, aunque su promedio de carreras limpias fue elevado: 5.16.
. Foto: Tomada de su perfil en Facebook.
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