Tan temprano como en los primeros seis partidos de la segunda fase, Industriales ha caído en un hueco que ya comienza a sonar las alarmas de sus seguidores. Solo el primer encuentro del actual segmento derivó en victoria y en los cinco siguientes recibieron dos lechadas —con un súper nocaut incluido— y solamente lograron fabricar cuatro anotaciones, además de permanecer 23 entradas seguidas sin poder pisar el home, para rematar. Para colmo de males, tras concluir su subserie frente a Matanzas, enfrentarán los Leones a partir de hoy a Camagüey como los sotaneros del torneo.
La ofensiva parece estar bajo los efectos de somníferos bien efectivos y si a eso se le agrega que los refuerzos solicitados por Rey Vicente Anglada para cubrir las serias fisuras de su pitcheo no han tributado lo que necesita el equipo, el panorama se complejiza de cara al futuro, con todo y que se le incorporarán más tarde algunas piezas claves que integran hoy la selección nacional en el Premier 12.
Ya que hablamos de refuerzos y lanzadores en Industriales, poco se ha hablado de un hombre, que si bien no clasifica como refuerzo, Anglada reclamó su presencia para que solidificara en la primera parte de la actual etapa el área de los lanzadores, con toda su sapiencia, como sustituto provisional de José Elosegui, quien cumple como entrenador de pitcheo del team Cuba en el certamen asiático, clasificatorio rumbo a Tokio 2020.
En la banca de los Azules se ve a Juan Javier Gálvez Córdova, Javier Gálvez para la gran mayoría, nombre que dominan numerosos aficionados al béisbol en Cuba y que engrosa la privilegiada lista de los mejores coach de pitcheo en la Isla en las últimas dos décadas. Hombre estrictamente de béisbol, crítico de la situación actual del deporte de las bolas y los strikes en nuestro país con fundamentos sólidos, estudioso constante de su área y enemigo de preceptos obsolescentes que bien sabe que desentonan con la pelota dinámica que se juega hoy a nivel global.
Puede que muchos crean que Gálvez nació en la desaparecida provincia de La Habana, por sus gloriosos años como entrenador de pitcheo con los Vaqueros, conjunto con el que posicionó bien su nombre en el panorama beisbolero de entonces, fundamentalmente en la era de Esteban Lombillo como manager y José Manuel Pedroso como segundo al frente de los lanzadores.
Sin embargo, Javier es natural del municipio capitalino de Boyeros y cinco de sus 10 Series Nacionales fueron con elencos de Metropolitanos (dos), con el que debutó a ese nivel en 1980, e Industriales (tres). El resto de sus contiendas las jugó con La Habana, de 1989 a 1993, tras cinco años sin intervenir en el principal torneo del país.
Sinceramente, Gálvez no fue un pelotero que destacó. Durante su travesía de 10 campañas trabajó en 137 partidos, ganó 24, perdió 16 y salvó 12, su efectividad quedó en 4.28 y le conectaron 40 jonrones en 328.1 entradas. Solamente integró un equipo Cuba B en una época en la que el habanero Euclides Rojas sentaba cátedra como cerrador.
Acumula casi 25 años en menesteres de entrenador de pitcheo y una de sus fuentes principales en el inicio fue Oscar Martínez, uno de los más conocedores de la materia en Cuba y que hoy está en un lamentable olvido, allá en su municipio Güira de Melena. Su discípulo estuvo en numerosas Series Nacionales, mayormente con los planteles de los Vaqueros, con el que logró el título nacional en la edición XLVIII, realizando un excelente trabajo con estelares del box como Jonder Martínez, los desaparecidos Yadier Pedroso y Miguel Alfredo González, el zurdo Yuliesky González, entre otros.
Luego del surgimiento de la provincia Mayabeque, comenzó a dirigir el pitcheo de ese territorio en la Serie Nacional, pues desde hace bastante tiempo reside en Bejucal, a pocos minutos de la capital. Su última contienda fue la 55, la misma que dirigió Romelio Martínez.
Sus probados conocimientos y convincentes resultados lo llevaron a pertenecer varios años a la selección nacional, participando en importantes certámenes internacionales. Destacan, entre ellos, la Semana Beisbolera de Haarlem, en 2008; el Torneo de Rotterdam en 2009; la Copa Mundial en varias ciudades de Europa (2009) y dos años después acudió al certamen del orbe en Panamá y a los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
Igualmente, sus capacidades fueron solicitadas en la selección nacional de El Salvador, donde trabajó en 2017 con los habaneros Germán Mesa y Ricardo Eizmendiz.
Antes de concluir, debo decirles que la confianza de Anglada hacia Gálvez no es de ahora. En 2019 solicitó sus servicios en una parte de la pretemporada de Industriales, luego lo tuvo en el colectivo técnico que entrenó a la preselección nacional para los principales eventos del año y posteriormente devino uno de sus entrenadores de pitcheo en la ruta por la Liga Can-Am y después en el tope contra un elenco universitario de Estados Unidos en ese país.
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