Hace pocos días se estrenó en cines de Estados Unidos Nyad, película biográfica sobre Diana Nyad, la norteamericana que se convirtió en la primera persona que cruzó a nado los más de 160 kilómetros que separan a Cuba de la Florida sin emplear jaula protectora, traje de neopreno, aletas, ni ningún aditamento similar.
El histórico acontecimiento, reseñado por varios medios con toda la dimensión que merecía, sucedió entre el sábado 31 de agosto y el lunes 2 de septiembre del 2013, cuando la mujer de 64 años por aquel entonces superó la distancia luego de 52 horas, 54 minutos y 18 segundos. Completó la hazaña en el quinto intento en más de tres décadas y media (su primera tentativa ocurrió en 1978).
Cuando arribó a Key West, declaró: «me gustaría decir tres cosas: una es que siempre hay que perseguir los sueños. La segunda es que nunca eres demasiado mayor para alcanzarlos. Y la tercera es que este deporte parece solitario, pero es necesario tener un buen equipo detrás para conseguir lo que hemos conseguido hoy».
Durante aquella travesía, según contó El País, Nyad fue acompañada por un grupo de más de 35 personas, entre ellas buzos que tenían el objetivo de vigilar a los tiburones, además de personal médico y otros. Por las noches, la nadadora empleó una máscara protectora contra las medusas.
Las picaduras de este animal impidieron que ella completara la trayectoria en su cuarto intento en 2012. Con el fin de que eso no volviera a detenerla, se vacunó con un medicamento que aliviaba los efectos de esas picadas, reveló el diario español.
Previamente se había lanzado a la mar con la misma meta en mente en dos ocasiones durante el 2011, pero factores como las propias medusas, además del mal tiempo y el asma, provocaron que no lograra su propósito.
Sobre su primera incursión, comentó en una oportunidad a la revista Time: «no creo que a mis 28 años, más atrevida, más engreída y menos evolucionada, lo hubiera tomado hasta la médula de mí misma como lo hice esta vez(….) Nunca había dicho esto antes, pero ahora, que sé lo que sé y resultó como fue, me alegro de no haberlo logrado en 1978. Nunca pensé que diría esto, pero me alegro de no haberlo logrado las otras cuatro veces».
A pesar de las pruebas existentes, no son pocos los que se cuestionaron la proeza. Algunos la acusaron de avanzar en algún tramo encima del barco que la acompañaba. Sobre ello, respondió Nyad al propio magazine: «¿por qué un grupo de nadadores de maratón, los de mi propia especie, por así decirlo, lo cuestionarían? Luego traté de ser un poco más clínica al respecto y decir que vivimos en, digamos, la generación de Lance Armstrong, donde en cualquier momento en estos días alguien hace algo aparentemente escandaloso, algo que no se ha hecho antes, algo que mucha gente lo intentó, y boom, alguien lo hace. Ya no estamos para decir ‘¿no es genial?’. Decimos ‘¿en serio?'».
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Los focos de atención comenzaron a apuntar hacia Diana en 1975, cuando nadó alrededor de Manhattan, a lo largo de 45 km, en tiempo de siete horas y 57 minutos. Cuatro años más tarde, la neoyorquina nacida en 1949 cubrió el trayecto entre Bimini, Bahamas, y Juno Beach, Florida, de más de 160 kilómetros, sin usar jaula para protegerse de los tiburones, en 27 horas y media.
Sus inicios en la natación tuvieron lugar precisamente en ese sureño territorio estadounidense, a donde se mudó luego de que su madre se casara con Aristotle Z. Nyad, de origen griego y egipcio, quien la adoptó y le dio su apellido. En Fort Lauderdale ganó tres campeonatos en secundaria en el estilo espalda y fue entrenada por Jack Nelson, nadador olímpico en Melbourne 1956 y luego entrenador de la escuadra nacional de Estados Unidos. Según confesó años después, Nelson abusó de ella y de otras adolescentes durante esa etapa.
Más adelante ingresó en la Universidad de Emory en Atlanta, pero fue expulsada por lanzarse desde un dormitorio en paracaídas. Después acabó en el Lake Forest College, de Illinois, donde volvió a practicar su gran pasión, pero se centró en las pruebas de largo aliento, impulsada sobre todo por Buck Dawson, director del Salón Internacional de la Fama de la Natación en Florida, quien la introdujo en la modalidad de aguas abiertas.
A su currículo como nadadora de largas distancias se suman cuatro libros: Otras costas, Entrenamiento básico para mujeres, Jefe de mí: la historia de Keyshawn Johnson y Encuentra un camino. Además de ello, ha mantenido una larga carrera en la radio.
El próximo 3 de noviembre llegará a Netflix el filme Nyad, dirigido por Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, que contó con el protagonismo de Annette Bening (Diana) y Jodie Foster (Bonnie Stoll, amiga y entrenadora de la experimentada atleta).
Varios críticos que han tenido la oportunidad de ver el largometraje opinan que la actuación de la actriz principal podría concederle su quinta nominación al Oscar. Es este un motivo de sobra para no perderse el filme.
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