El utility total: Conversamos con cubano que juega 7 posiciones y escala hacia MLB con los Astros

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Alejandro Núñez. Foto tomada de Four Seam.

Los Astros de Houston tienen en Ligas Menores a un joven pelotero, oriundo de San Antonio de los Baños que, luego de tres años a su servicio, continúa demostrando un progreso constante que le ha permitido ir ascendiendo desde clase Rookie hasta establecerse en A+ durante las últimas dos temporadas.

Alejandro Núñez lanza a la derecha y batea a la zurda, y se desempeña con soltura en varias posiciones del cuadro y los jardines. Fichado por los texanos en 2022 por un bono de 32 mil 500 dólares, a estas alturas los especialistas consideran que no ha dejado de superar todas las expectativas con cada campaña que queda detrás en su hoja de ruta.

Debutó con 17 años en la Liga Dominicana de Verano de 2022 y en 56 apariciones bateó para .293, con 53 hits, cuatro dobles, igual número de triples, dos jonrones, 23 carreras impulsadas, OBP de .392 y slugging de .392, más 20 bases robadas, similar cifra de bases por bolas y 26 ponches.

En el curso siguiente se mudó a la Florida para jugar la Complex League (Rookie) y allí intervino en 40 encuentros, en los que tuvo línea ofensiva (AVE/OBP/SLG) de .259/.390/.356, 10 dobletes, un bambinazo, 17 fletadas, 21 anotadas, 16 bases robadas en 19 salidas y una cifra de 25:24 en boletos y ponches, respectivamente

El 2024 lo inició en el siguiente nivel (Clase A) con los Woodpeckers de Fayetteville y tras cuatro meses fue promocionado hacia A+, donde ha conseguido asentarse hasta la fecha.

En la presente justa ha participado en 23 choques y ostenta un promedio ofensivo de .303, producto de 30 indiscutibles en 99 turnos. Como extrabases suma igual cantidad (4) de dobles y cuadrangulares, y también tiene siete almohadillas estafadas (10 intentos), ha pisado el plato 14 veces y en otras 12 oportunidades ha traído algún compañero hacia la registradora. Igualmente, parece haber mejorado su relación de ponches (18) y boletos (11).

De acuerdo al reporte de scouteo de MLB.com, Alejandro es el prospecto número 30 dentro de la franquicia con sede en Houston. En esa web destacan, sobre todo, su capacidad para pegarle a la pelota con el punto óptimo del bate, lo cual se ha hecho más evidente este año. Además, los expertos consideran que el artemiseño también ha reducido su tendencia a perseguir lanzamientos fuera de la zona, aunque refieren que podría ser aún más selectivo en el plato.

“Utiliza bien todo el campo, pero no tiene un bate particularmente rápido, ni lanza muchas bolas al aire, por lo que es más un bateador orientado al contacto con potencia de 10 a 15 jonrones”, describen en el sitio de las Mayores, y agregan que “tiene una velocidad promedio, pero es un corredor de bases agresivo e instintivo. Con un alcance y una fuerza de brazo similares, es ideal para jugar en segunda base. También ha jugado en las otras tres posiciones del cuadro y en las tres de los jardines, lo que presagia un posible futuro como utility”.

A propósito de su prometedor futuro dentro del sistema de los Astros, Cubalite consiguió entrevistar al veloz pelotero nacido el 8 de septiembre de 2004.

Cuéntanos por cuál vía llegaste a la pelota

Yo me inicié en el béisbol con cuatro años, cuando mi papá empezó a llevarme al terreno. Él jugó pelota de joven y quería que yo siguiera sus pasos.

Curiosamente, empecé con un guante zurdo y bateando a la derecha, todo lo contrario a lo que hago ahora. Con el tiempo, aunque estaba en la llamada liga de desarrollo que incluye a niños de hasta seis años, me fui para el área de los muchachos de la categoría 7-8, en donde el profesor era Roberto Chávez Mazola.

¿Cómo fue tu paso por las categorías inferiores en la Isla?

Fui subiendo con éxito desde la liga de desarrollo hasta la categoría 11-12, que es la primera en donde se realiza un campeonato nacional. Ya en ese nivel fui uno de los mejores bateadores de mi primer provincial y gracias a eso me llamaron a la preselección. La verdad es que había tantos muchachos con talento, e incluso muchos que estaban en su segundo año en la prelista, que no pensé que me eligieran a mí. Para colmo, yo era bastante chiquito y delgado, así que ni el físico me ayudaba.

Afortunadamente me fue bien en esa convocatoria y a partir de ahí fui convocado una vez más en 11-12, par de ocasiones para el 13-14 y otra vez para el sub-15, que fue lo último que jugué en Cuba antes de irme.

¿Cómo fue tu recorrido luego de salir del país?

Yo salí de Cuba con 14 años junto a mis padres, quienes me avisaron de su decisión solo dos días antes de irnos rumbo a República Dominicana, justo el 9 de mayo de 2019.

No es un secreto para nadie que, a la vez que tú sales de Cuba a jugar béisbol profesional, tienes más posibilidades de un mejor futuro. En Dominicana estuve en varias academias, hasta que en 2020 llegué a El Niche Baseball Academy y ahí pude desarrollarme durante dos temporadas, hasta que los Astros me firmaron el 1 de junio de 2022. Fue un camino bastante difícil pero ahora se siente mejor saber todo lo que superé y crecí.

¿Qué fue lo más difícil a la hora de adaptarte a la pelota profesional?

Lo más fácil de adaptarte a la pelota profesional es la organización. Cuando tú entras y te das cuenta de la organización que hay, el desarrollo, la comodidad… son cosas que te facilitan el trabajo una vez llegas al juego y eso es incomparable.

En Cuba uno se adapta a que si juegas a las 6:30 de la tarde, llegas diez minutos tarde, te cambias rápido y entras a jugar. Aquí es diferente porque si te dicen que el partido es a las seis, tienes que estar en el estadio desde las 12 del día para entrenar.

Además está la mayor carga de entrenamientos que te cansa muchísimo al principio y también la cantidad de juegos que te pesa, sobre todo en esa primera temporada.

¿De los equipos en que has jugado hasta ahora en Estados Unidos, dónde te sentiste mejor y por qué?

El año pasado, en Fayetteville, disfruté mucho porque era una afición súper entusiasta y el estadio también era maravilloso. Sin embargo, ahora en Asheville, que está un escalón más arriba, uno se siente incluso mejor, porque igual se llena el estadio, hay más competitividad y siento que estoy un poco más cerca del gran sueño, que son las Grandes Ligas.

¿Cómo valoras el rol de tu familia en lo que ha sido hasta ahora tu carrera deportiva?

Mi relación con mi familia es maravillosa. Todos los días, en el menor tiempo que tengo, hablo con ellos: mi mamá, mi papá, mis hermanos y mi novia. Ellos son mi apoyo principal durante una larga temporada de pelota en la que estás solo.

Desgraciadamente, la mayoría de ellos viven aún en Cuba y, aunque hace poco pude ir allá a verlos, no es algo que haga tanto como quisiera. Sin el apoyo de todos ellos no habría podido seguir hacia adelante.

¿Qué elementos crees que deberías mejorar aún en tu bateo y tu defensa?

A mis 20 años aún tengo mucho en lo que trabajar. En la ofensiva me estoy centrando principalmente en el desarrollo de las conexiones de largo metraje, algo que se ha visto reflejado esta temporada con cuatro jonrones en 99 veces al bate, cifra con la que ya igualé mi récord personal para una contienda, conseguido el año pasado en 335 turnos.

Por otra parte, a la defensa lo que más trabajo es mi brazo, pues con el guante me siento muy cómodo. Mi intención es fortalecer y mejorar la extremidad de lanzar y convertirme en un atleta cada vez más completo.

¿Qué sitio prefieres a la defensa y por qué?

Me siento mucho más cómodo en la segunda base, que es mi posición preferida desde pequeño y la que más he jugado en Ligas Menores (97 partidos). También he tenido chances de estar bastante como torpedero (70 choques), y en los jardines, fundamentalmente el left (32 encuentros) y el center (13). Pese a esa posibilidad que tengo de desempeñarme en varios puestos, tengo la sensación de ser más fluido y rápido en la segunda que en el resto.

¿A qué peloteros admiras y sigues como una guía para crecer como atleta?

En verdad yo los admiro a todos porque al final sé lo que pasa cada cual en esta vida de pelotero, da igual si está en Grandes Ligas o en Menores. Uno de los atletas que he seguido y tenido como ejemplo, desde que tengo siete u ocho años, es el dominicano Robinson Canó, ex big leaguer que ahora juega en México.

¿Te gustaría jugar con el equipo nacional de Cuba un Clásico Mundial?

Ahora mismo no. Estoy enfocado solamente en el béisbol profesional y no creo que jugaría por allá. Lo veo también como un sueño, pero no con estas condiciones que hay ahora.

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