Con la reciente retransmisión de la serie De amores y esperanzas, estrenada en la década pasada, vemos nuevamente en las pantallas a Gerardo Riverón con el personaje de “El profe”, quien es una especie de mentor para Elsa (Edith Massola).
Este actor, graduado del Instituto Superior de Arte, se destacó en Cuba durante los años 70 y 80. En 1990 llegó a Miami, lugar donde reside desde entonces. Allí comenzó a trabajar en puestos alejados de su profesión, pero en los 2000 regresó a los dramatizados.
Su historia no es la del actor que sobresalió durante un período y luego dejó a un lado la actuación, sino la de alguien que ha sabido encontrar el camino sin perder su esencia. Ha pasado por todos los medios, tanto en La Habana como en la Florida.
Cuando acumulaba una importante trayectoria de más de 20 años en su país natal, donde resaltaban obras como el filme Cecilia (1981) y teleteatros donde compartió con grandes de la actuación en la Isla (Rosita Fornés, Raquel Revuelta, entre otros), se fue a Miami y empezó a fregar carros. Luego hizo programas en Radio Martí, algunos doblajes, y estuvo en el teatro con una versión de Fresa y chocolate.
Con la llegada del nuevo siglo participó en varias telenovelas, en su mayoría producidas por Telemundo. Ha estado en Prisionera (2004), ¡Anita, no te rajes! (2004), Tierra de pasiones (2006), Más sabe el diablo (2009), El fantasma de Elena (2010), El talismán (2012) y Santa Diabla (2013), por solo mencionar algunas.
En 2019 reconoció que las oportunidades tenía que creárselas uno mismo. De igual forma, a pesar de su relevante carrera, confesó que ha asistido a castings para novelas y no lo han escogido por no ser mexicano.
Sobre las exigencias de las productoras a los actores, ha dicho: “esto del acento neutro es una gran mentira (…) Cada país tiene su forma de hablar, su cadencia, y eso es lo interesante, si no la vida sería muy aburrida. Al querer hablar con otro acento perdemos fuerza, intenciones y nos queda falso. He logrado suavizar mi acento cubano porque ya llevo muchos años acá. Lo más importante de una novela es su trama, su historia, su producción, la calidad en las actuaciones; lo demás es secundario”.
En varias entrevistas, Riverón se ha referido a los personajes que ha hecho y hasta a los que pudo hacer, como el Bandurria de Los pequeños fugitivos. A él le propusieron el papel que interpretó Alexis Valdés. El propio Gerardo luego ha dicho que no lo hubiera hecho tan bien como el comediante.
En el programa En profundidad, el antillano contó que en la televisión cubana tuvo una temporada donde solían encasillarlo en personajes con tramas similares: hijos que sufrían en demasía, en la mayoría de los casos.
No obstante, ha podido interpretar una amplia variedad de roles en dramas complejos y comedias: el Leonardo, de Cecilia; el Diego, de Fresa y Chocolate; el Antonio Sandoval, de Doña Bárbara; el Juan, de Yerma… Al más reciente, Jaime, lo ha defendido en este 2022 en el teatro Trail, de Miami, con la obra Burundanga. Según El Nuevo Herald, esa “montaña rusa de emociones” lleva más de una década con éxitos internacionales.
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