I
Esta semana traté de diseñar una lista de reproducción de documentales para ver con mis abuelos. Lo escribí en un Excel. Era más o menos así:
2:00 pm a 4:00 pm: Documentales sobre asesinos.
Tengo varios de Ted Bundy que mi abuela no ha visto. Creo. De todos modos, si los vio, ya no se acuerda. Tengo de asesinos casuales; asesinos de políticos; asesinos de autoestopistas; maridos celosos; asesinos que dicen que no son asesinos; asesinos que se creen Nietzsche; asesinos que se creen Freud; asesinos molestos con los tamaños de sus penes…
Está el de Jeffrey Dahmer que he visto varias veces y luego lo he vuelto a descargar pensando que era uno nuevo. Me entero de que es el mismo cuando llega la parte en que Dahmer camina por las carreteras buscando perros muertos para estudiar qué tienen dentro.
4:00 pm a 6:00 pm: Documentales históricos
Estos eran para mi abuelo, especialmente. Tolera cualquiera, excepto los que narran la caída de la URSS y la serie de tres capítulos Amor, odio y propaganda. La guerra fría. Con los doce sobre la Unión Soviética (saltando, por supuesto, Stalin, el tirano rojo, para evitar males mayores) podía haber ocupado fácilmente esas dos horas de lunes a viernes.
Siempre puedo acudir a la caza de Al Capone, la historia de la civilización china, la biografía de Napoleón, la de Alejandro Magno, la tumba misteriosa de Egipto…
II
A mi abuelo se le ha roto el Polski. Esto no es noticia.
Mi abuela, después de que acaba el noticiero del mediodía, se acuesta a dormir.
Cuando cada uno termina con sus funciones, empieza la Mesa Redonda y a continuación el noticiero estelar. Después se duermen y al otro día me cuentan una novela que no vieron.
De todos modos, tengo varias series que quiero ver para luego borrar, y algunos consejos:
1.- Jamás en la vida veas una serie española en la que aparezca un barco.
2.- Si no quieres saber nada del coronavirus, no le des oportunidad a Pandemia, la serie documental que estrenó Netflix hace unas semanas. Lo mejor: los nombres que unos científicos les ponen a las cerdas con las que experimentan: Jennifer Hamiston, Kim Kardashioink, Spamela Anderson, Katie Porky…
3.- No le temas al “shift + delete”.
4.- No veas series españolas que la crítica reconozca como thrillers: casi siempre desaparece una mujer o una niña. O varias. O las matan a todas juntas en un lugar abandonado. Antes de que se me olvide: quien escribe las sinopsis parece ser la misma persona. En una buena parte de estos resúmenes, apunta algo más o menos como lo siguiente: “lo que aparenta ser un caso simple se volverá algo más oscuro y peligroso”. La mismísima síntesis del documental de la Perestroika que mi abuelo no quiere ver.
PD: Si quieres leer las entradas anteriores, puedes hacerlo aquí.
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