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La actriz cubana Lili Santiesteban, quien cautivó al público con su memorable interpretación de la delegada Yaquelín en la telenovela Tan lejos y tan cerca (2022), ha emprendido un nuevo camino profesional en Estados Unidos, donde reside desde agosto de 2024. La artista, de 35 años, ahora se desempeña como social media manager, demostrando que el talento y la capacidad de adaptación pueden trascender las fronteras del arte escénico.
Su más reciente aparición pública tuvo lugar en la expo Everything under the sun, celebrada entre el 14 y 15 de marzo en el Orange County Convention Center de Orlando, Florida. El evento, especializado en emprendimientos de la industria de las piscinas, marca un contraste significativo con los escenarios que solía frecuentar.
Este giro profesional llega después de una sólida carrera artística en Cuba, donde la graduada de la ENA y el ISA dejó una huella significativa. Como publicamos aquí hace unas semanas, uno de sus últimos trabajos antes de emigrar podrá verse próximamente en la película Cinco historias de amor y un bolerón desesperado, dirigida por Arturo Santana, prevista para estrenarse este año. En dicho filme coral, que entrelaza cinco relatos de amor en las calles habaneras, Santiesteban comparte créditos con colegas como Iris Pérez, Andros Perugorría y Leticia León.
La versatilidad de esta actriz quedó demostrada durante su trayectoria en la isla, donde no solo brilló en la televisión y el cine, sino también en el teatro. Como miembro de la agrupación Verdarte, exploró el teatro musical y la danza, ampliando constantemente sus horizontes artísticos. Su filmografía incluye participaciones en el cortometraje Ornitorrinco, el largometraje Habana Selfies y la telenovela En tiempos de amar.
Curiosamente, su papel como delegada en Tan lejos y tan cerca la marcó de manera especial, tanto que en su momento comentó entre risas cómo los vecinos de su barrio la identificaban más con el personaje que con la actriz: «En mi barrio a veces olvidan que es un personaje, que soy actriz, y me plantean los problemas del edificio donde vivo», recordaba en una entrevista anterior a su partida.
Antes de emigrar, Lili había expresado su deseo de explorar nuevos territorios artísticos, particularmente en el campo musical. «Siempre he sido muy versátil, pero si algo me gustaría hacer es dedicarme al canto profesionalmente, ya sea con un grupo propio o en solitario, porque interpretar una letra denota sensibilidad y va muy ligado a cuando uno le da vida a un personaje», había manifestado entonces.
Ahora, desde Estados Unidos, esta artista multifacética es otro ejemplo más de que la capacidad de reinvención del cubano no conoce límites. Su transición del mundo del espectáculo al marketing digital ejemplifica cómo nuestros compatriotas pueden adaptarse y prosperar en nuevos entornos, sin que esto signifique necesariamente abandonar su esencia artística.
Su presencia en la expo de Orlando, además de marcar un nuevo capítulo en su vida profesional, también sugiere una exitosa adaptación al competitivo mercado laboral estadounidense, donde sus habilidades comunicativas, desarrolladas durante años en las artes escénicas, encuentran una nueva forma de expresión en el mundo digital.
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