Si hacemos una búsqueda mínima en redes sociales, encontramos varios cubanos con perfiles enfocados hacia la moda, los deportes, la cocina, la tecnología, el mundillo del entretenimiento y otra serie de temas que los convierten, de una forma u otra, en influencers. Sin embargo, existen varios fragmentos de la realidad que todavía no reciben demasiada atención por parte de estos llamados líderes de opinión 2.0.
Entre todos los espacios aún no cubiertos por los youtubers de la Isla estaba, hasta hace un tiempo, el asunto de los automóviles. Eso sucedió hasta que Héctor Fernández decidió que hablar de autos y motocicletas era una forma excelente de comenzar una nueva aventura en su vida.
A este joven habanero, oriundo del Cerro, se le ocurrió hace casi dos años crear un video blog (vlog) para darle forma a su pasión por los vehículos con motor de combustión interna. YouTube (YT) fue el espacio perfecto para darle forma al primer canal cubano dedicado a este tema.
¿Cómo llegaste a la idea del vlog?
Yo trabajo como mensajero, así que todo el proyecto fue algo en que pensé mientras hacía mi trabajo diario, encima de la motocicleta. Siempre me gustó el tema de la edición de videos, por ello pensé en realizar recorridos, filmarlos y posteriormente procesar ese material y subirlo a YT, una plataforma que me permitiera llegarle a una cantidad notable de personas.
El propósito original era grabarme solamente mientras hacía el viaje, sin hablar. Luego empecé a investigar en YT y encontré que había varios motovloggers en distintas partes del mundo haciendo algo similar a lo que yo tenía pensado, aunque en sus casos ellos sí usaban el micrófono para ir narrando sus videos. Al ver eso, y al notar que en Cuba nadie estaba haciendo un trabajo ni siquiera parecido, preparé mis condiciones e inicié las filmaciones con un concepto más elaborado que al principio.
El primer canal que hice se llamaba Cuba en Dos Ruedas, pero cuando llevaba alrededor de cinco videos publicados, fui organizando mejor mis ideas y decidí crear uno nuevo, abierto a experiencias que fueran más allá del motociclismo exclusivamente.
En 2018, exactamente el 3 de octubre, surgió Cuba Sobre Ruedas, y durante todo este tiempo ha pasado de ser un hobby más, hasta convertirse en algo serio que se ha mezclado bastante con mi vida y ocupa buena parte de mi tiempo.
¿Cómo haces la producción del programa?
He ido publicando aproximadamente un episodio semanal. Casi siempre me toma una semana grabar y luego voy editando y sacando los videos para aprovechar el tiempo. Luego de que comenzó la cuarentena he tenido que disminuir ese ritmo, forzado por la situación, pero he ido sacando algunos.
La edición siempre me gustó, incluso desde antes de empezar el canal. Luego, poco a poco he ido aprendiendo muchos trucos y herramientas con tutoriales que he encontrado en diferentes webs y sobre la marcha he logrado pulir mis habilidades como creador de contenidos.
Tu historia con las motos…
Mi primera moto fue una Karpaty, luego tuve una moto eléctrica y después un Minsk, también ruso. Actualmente soy dueño de una Suzuki, con la cual realmente fue que se me despertó la pasión por los viajes, sobre todo porque esta me permite desplazarme más lejos que los vehículos anteriores.
¿Cómo preparas los nuevos videos?
Ese es un tema que me resulta bastante «agradecido», principalmente porque es muy sencillo todo el proceso. Casi nunca tengo que sentarme a escribir un guion o a pensar excesivamente lo que voy a hacer en el desarrollo del material. La mayoría de mis publicaciones tratan de recorridos que hago a otras provincias, evaluaciones o pruebas de algún motor y, en general, sobre experiencias que vivo durante la realización de cada audiovisual. Eso sí, necesito investigar bastante, porque no tiene sentido hacer una «rodada» sin dar detalles sobre el lugar que estoy visitando.
¿Qué impacto ha tenido el vlog, más allá de las suscripciones y reacciones de la gente?
Tengo varios perfiles en otras plataformas además de YT, como son los casos de Facebook e Instagram, desde donde interactúo con los miles de seguidores que ya se han ido sumando a esta historia. Además, creé un grupo de WhatsApp en donde también converso con algunos de los más cercanos y ahí nos ponemos de acuerdo para realizar actividades.
De manera general, toda esta experiencia ha sido muy enriquecedora, pues con el tiempo han llegado más personas apasionadas por el motociclismo y ahora se han convertido en mis compañeros en los recorridos. Hemos ido, entre otros lugares, hasta Cienfuegos y Trinidad, y eso ha servido para que los videos sean más entretenidos y la gente pueda disfrutarlos más que si los hiciera yo solo.
Después de hacer unos cuantos viajes en colectivo, varios de nosotros hemos decidido juntarnos para fundar el club Familia Biker Cuba, como una vía para organizarnos formalmente y entonces comenzar a hacer los tours de una forma más oficial.
Aunque el principal vínculo que tengo es con la gente de La Habana, quienes serían el grueso del futuro club, también he podido conectar con personas del resto del país, quienes también me han brindado ayuda para la realización de algunos de los videos. Al principio no era así, pero desde hace algún tiempo, cuando anuncio que iré a algún sitio, casi siempre hay alguien que se ofrece para acompañarnos o guiarnos durante el trayecto.
¿Cómo has aprovechado esta pausa involuntaria ocasionada por el nuevo coronavirus?
Igual que a muchos otros, este período de aislamiento e inactividad me ha servido para repensar, reflexionar y organizar un millón de cosas, entre las que se incluye el vlog. He tenido chance de ir planificando nuevos viajes e ideas para publicar próximamente, cuando todo regrese a la normalidad, de forma que esta etapa de la vida no resulte una total pérdida de tiempo.
He estado coordinando con varios seguidores que tienen motos diferentes a la mía, para hacerles videos en donde les hagamos pruebas y hablemos de cada uno de esos modelos. Ahora mismo estoy en contacto con personas que tienen MZ alemanas para seguir con esa temática en específico, que resulta de muchísimo interés para espectadores de diferentes partes del mundo.
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