En el año 2003, cuando Carlos Manuel Pruneda se quedó en México para cruzar la frontera hacia Estados Unidos, estuvo a punto de irse a pique el proyecto musical que él había liderado con gran éxito desde 1997. Sin embargo, un joven pianista tomó el relevo del popular cantante, y en un acto de enorme osadía asumió el reto de continuar el legado de la agrupación.
“Yo nunca quise hacer una orquesta, sino dedicarme a la producción como arreglista. Sin embargo, en aquel momento decidí asumir la dirección del Clan y regresar a Cuba con la mayoría de sus integrantes. Siempre hubo comparaciones en la forma de hacer, e incluso hubo gente que dijo que éramos familia (con Carlos Manuel). Entonces me tocó hacer mi propia música, para que no me compararan, a pesar de tener el mismo nombre de antes”, contó hace varios años en una entrevista, durante la cual anunció que se quedaba a vivir en territorio estadounidense.
Pedrito nació en Ciego de Ávila y su primera inspiración musical fueron las canciones mexicanas que tocaba su padre con la guitarra. En su provincia empezó a estudiar piano a los siete años y, al borde entre la adolescencia y la adultez, dio una de las primeras muestra de su capacidad para el atrevimiento.
“Mi mayor desafío fue superar la niñez y pasar a la madurez casi por obligación. Viajé a La Habana con 15 años, mintiendo a todos sobre haber aprobado la escuela, y logré destacarme con mi talento a esa temprana edad. Mi determinación y amor por la carrera musical me ayudaron a superar ese desafío. Emigrar también fue un gran reto, pero gracias a mi actitud positiva, la vida me ha enseñado bien”, contó en febrero de este mismo 2024.
Durante su etapa como director de El Clan, Camacho fue sumando talentos jóvenes de la música, entre quienes estuvo Mayco D’Alma como uno de sus vocalistas. En esa época, firmaron los álbumes Ese soy yo (2004) y No tengo la culpa (2008), de los cuales se desprendieron varios hits como los que daban título a los discos, además de otros como Esto está bueno, Yo no sé por qué, Ella me quiere matar, El rey de tu cama, Dónde está la gente mía, Atado, Tú eres mala y Dónde estás mi Lola.
En 2004 la banda recibió en Francia el premio de Artista Revelación de Radio Latina, emisora que se dedica a difundir música de nuestro continente, además de géneros de otras partes del mundo. Otro gran reconocimiento llegó en 2006 gracias al videoclip de No tengo la culpa, con el cual se llevó el Premio Lucas al Video Más Popular y, de paso, se confirmó como uno de los grupos más pegados de la Isla.
Tras quedarse definitivamente en el país norteamericano, durante estos años Pedrito ha continuado creando y haciendo conciertos, además de desarrollar su carrera como productor y cantante.
En su currículum se cuentan fonogramas como Cero millas (2014), Sí o sí (2017) y La vida cambió (2021), así como los sencillos Sin compromiso, Pieza mala, 14 de febrero, Aparentemente, Yo me acuerdo, A que no le dices y Acabé, todos lanzados en la última década. En una reciente entrevista refirió que actualmente se encuentra preparando el que sería su octavo disco de estudio.
“El lanzamiento de este disco es una de las metas más importantes, junto con nuevas colaboraciones con otros cantantes. También tengo planes de giras, eventos y conciertos. Creo que este 2024 será el mejor año de mi vida”, declaró.
“Lo que estamos cocinando hará historia. Es una audaz fusión de elementos musicales tradicionales y modernos (…) con el que vamos a sumergir a la audiencia en un mundo sonoro único que incluirá canciones bailables y baladas”, dijo a finales del año pasado.
Luego de vencer muchos obstáculos, Pedrito regresó a Cuba con su orquesta en 2017 para hacer un concierto en la Tropical. “Legalmente hay que hacer un papeleo que ni te imaginas… Los trámites se demoraron mucho. Comencé en septiembre de 2015 y la aprobación llegó el primero de diciembre de 2016 ¡Más de un año en el proceso! Solamente repatriarse se las trae y a eso súmale las gestiones con el Instituto Cubano de la Música para obtener el permiso de volver a tocar en mi país. No es tan fácil como la gente piensa, pero lo hice”, contó en aquel momento.
“Al final, si al público le gusta lo que haces, siempre te va a apoyar, por eso no me dio miedo volver”, agregó en ese entonces, cuando también se presentó en el Festival Piña Colada que se celebra anualmente en su natal tierra avileña.
Más adelante, en 2021 estuvo nominado a los Premios Lucas y en abril del año siguiente realizó un concierto en el Salón Rojo del Capri, como otra nueva forma de volver a conectar con el público de la Mayor de las Antillas.
“Siento que los cubanos llevamos la migración en la sangre. Dondequiera que vayas en el mundo, hay una comunidad de cubanos. Mi popularidad comenzó en Cuba, y las personas que asisten a mis conciertos esperan encontrar el mismo sentimiento. Los cubanos mueven a toda la audiencia y siempre se disfruta”, declaró hace unos meses.
Durante su carrera, Camacho ha llevado su música a Brasil, México, España, Italia, Bélgica, Países Bajos y Portugal, e igualmente ha sido animador asiduo en espacios de Miami como Super Machi, Desafinado’s, Tango Bar, Añejo Miami, Lucky Bar y Latin Palace.
Hace un par de años, celebró el galardón al Mejor Disco de la Difusión de la Cultura Latina de la 7ma. edición de los Premios Latino que se entregan en España. Este reconocimiento llegó gracias a su trabajo en la producción del álbum Lucrecia de Mil Maneras, grabado por esa cantante cubana que ha hecho carrera en dicha nación ibérica.
Pedrito tiene dos hijos: uno de 16 y uno más pequeño de cinco años, el cual logró llevarse a vivir con él Estados Unidos en diciembre pasado, tal y como contó en el programa La Casa de Maka.
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