La última vez que Clenia Noblet representó a Cuba en un evento internacional fue a finales de julio de 2018. Más de una década permaneció en el conjunto nacional de baloncesto. La guantanamera en aquel momento, en vez de con cuatro compañeras sobre la cancha, diseñaba jugadas ofensivas con el favor de solo dos. Jugó de punta a cabo el Torneo de Básquet 3×3 de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia. Allí Cuba debutó en un certamen de esta modalidad.
Las cubanas perdieron en la final ante Venezuela. El resultado pudo ser diferente, por lo menos eso hicieron creer las debutantes con su recorrido hasta la discusión del título. 21-16 fue la sentencia definitiva de las venezolanas sobre nuestro país. Dicen que en Barranquilla Cuba era Clenia Noblet y Clenia Noblet era Cuba. Dicen que más del 60 por ciento del mérito fue de la guantanamera, un coloso negro bajo el acrílico y efectiva en los tiros desde la corta distancia. También un alud rumbo al aro.
En el afán de armar un equipo competitivo y con posibilidades de podio, Clenia descolló como la figura preferente. Con total seguridad, sería una garante para el blindaje del único tablero. A diferencia de sus tres compañeras de faena, ella ya no pertenecía a la preselección nacional de baloncesto. Haría, tal vez, menos de dos años que la eterna gladiadora estaba fuera. Sin embargo, respondió al llamado. Querer probarse en algo nuevo en defensa de su país la cautivó.
Después de su baja del quinteto cubano, la guantanamera se mantuvo jugando la Liga Superior de baloncesto (LSB) con su provincia. A pesar de un físico visiblemente pasado de peso, sus toneladas de experiencia en las duelas la convirtieron en el alma del primer y único título logrado por Guantánamo -conseguido en 2017- en la historia de la LSB.
Después del tercer puesto del equipo antillano en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, fue una de las contratadas en el baloncesto profesional brasileño, con el club Maranhao. Ese acuerdo se tramitó mediante la Federación Cubana del deporte. También se beneficiaron Oyanaisis Gelis y Leidys Oquendo.
El último torneo con el conjunto nacional lo disputó en junio de 2016. En la ciudad francesa de Nantes no se pudo conseguir la clasificación olímpica y el colectivo técnico, encabezado por Alberto Zabala, decidió que algunas jugadoras ya no estarían más con la selección. Entre ellas, Noblet.
En agosto de ese año, una publicación italiana se refería a la guantanamera como la gran apuesta del club PB63 Battipaglia, de la fuerte Serie A1. Ella declaró que vivió muchos años con el sueño de poder jugar en Italia o en otro país de Europa, y eso se le estaba cumpliendo, aunque por su cuenta, sin mediación de ningún ente gubernamental. Allí, según refleja la página de la liga, apenas participó en cuatro encuentros, durante octubre. Fue la única cubana en jugar esa temporada en la mejor liga italiana.
El lunes próximo estará celebrando sus cumpleaños 32 y lo hará fuera de Cuba. La corpulenta pívot de 1.90 metros se desempeña en su tercera experiencia profesional, ahora con el conjunto Quetzales, quinto en la tabla clasificatoria de la Liga Mexicana de Baloncesto Profesional Femenil, con cuatro victorias y seis reveses. En México también juega otra antillana, la zurda habanera Yayma Boulet.
Clenia ha salido a la cancha en los diez partidos de su plantel y archiva 221 puntos —más de seis choques con más de 20 cartones—, 87 rebotes y 29 pérdidas. Es líder en su escuadra en canastas y rebotes y su desempeño le permitió asistir al Juego de las Estrellas en representación de la Conferencia Centro-Sur, derrotada 82-85 por la Conferencia Bajío-Occidente.
Clenia todavía tiene el combustible que se necesita para jugar y rendir en algunas ligas del área. Eso es incuestionable. Cuba no la olvida. ¿Se puede olvidar a alguien con servicios durante doce años consecutivos? De 2005 a 2016. Si fuera militar, sería despedida con honores. ¿Tendrán los dirigentes deportivos el honor de hacerle una despedida como ella merece?
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