#checkpoint: «The Beginner’s Guide»: ¿un videojuego ‘mockumental’?

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En The Beginner’s Guide, el jugador se mueve por los escenarios con muy pocas opciones de interactuar, y el narrador conversa con él mientras lo hace. Foto tomada de Steam.

The Beginner’s Guide (2015, Everything Unlimited LTD.) comienza con su desarrollador presentándose. Es Davey Wreden, creador de The Stanley Parable (2013, Galactic Café). Esta vez quiere contarnos la historia de un desarrollador que conoció hace años, Coda, con quien mantuvo una especie de amistad. Coda le pasaba sus juegos experimentales y él le enviaba feedbacks que podían terminar en interesantes debates. Wreden ha recopilado estos juegos para que nosotros los juguemos mientras comparte sus impresiones y, a la vez, con la esperanza de que su amigo vuelva a crear estas pequeñas maravillas, ya que dejó de hacerlo en el 2011.

El estilo del juego es muy parecido al usado en The Stanley Parable: el jugador se mueve por los escenarios con muy pocas opciones de interactuar, y el narrador (esta vez Wreden) conversa con él mientras lo hace, solo que acá no hay una gota de sarcasmo, no hay indicaciones, no hay burlas. Es un relato bastante directo, que en algunos momentos coquetea con el ensayo, y en otros se acerca más a la literatura, con acciones y escenarios que son claras metáforas. Por su forma de contar lo siento muy cercano al cine, una película interactiva, una forma de arte vinculada al gameplay, donde solo caminamos por los escenarios, pero aun así no se siente del todo como un walking simulator (hay pequeñas acciones que debemos realizar). La voz en off me recuerda a esas versiones comentadas de una película, donde el director o actor principal explica cómo se hizo esto o lo otro, pero aquí se trata de un crítico dando sus impresiones. Un tour interactivo, si se quiere, por la obra de un autor. Sea cual sea el referente más cercano, es un híbrido absoluto.

Cuando intento buscar una obra parecida a esta, lo más cercano que encuentro en mi memoria es Lake Mungo (2008, Joel Anderson), un mockumentary (falso documental) sobre el duelo de una familia tras la muerte de la hija, y los extraños sucesos que comienzan a experimentar; una narración que pretende pasar por real para lograr un mayor efecto en el espectador (y lo logra). Todo está contado en formato documental, y a diferencia de otros mockumentary como Forgotten Silver (1995, Costa Botes, Peter Jackson) o What We Do in The Shadows (2014, Taika Waititi, Jemaine Clement), Lake Mungo tiene una intención más allá del divertimento o de asustar al espectador: ahondar en la pérdida y en cómo continuar con tu vida cuando comienzas a descubrir verdades desconocidas sobre ese familiar que ya no está. Davey Wreden hace lo mismo: nos habla de la obra de un desarrollador para referirse a otro tema diferente por completo.

Esa idea de contar una historia supuestamente “real” es un asunto muy nuevo para mí en videojuegos. Esa narrativa en forma de anécdota, o recuerdo, modifica el cómo consumimos el producto, le da un tono de seriedad y apela a la empatía. Donde The Stanley Parable juega a romper la cuarta pared, The Beginner’s Guide hace un esfuerzo para que lo tomemos en serio, lo cual no es tan difícil. ¿El motivo? El relato se vuelve muy introspectivo y el análisis desemboca en terrenos bastante sensibles.

Visualmente, este videojuego emplea la misma estética de The Stanley Parable, aunque el acabado de los escenarios mejora con el paso del tiempo. Foto tomada de Steam.

Mientras más avanzamos, entendemos que Wreden no se comporta como un antologador. Sus manos modifican la obra de Coda para que podamos apreciarla “realmente”, y todo está permeado por su subjetividad. En cada escena comparte sus opiniones, nos dice qué significa cada elemento, cada idea, según él. Podemos coincidir o no, buscar una interpretación propia, pero su relato persigue descifrar a Coda a través de su obra, como si fuese posible juzgar a una persona a partir de su creación artística. Así lo cree Wreden, e intenta guiarnos y convencernos de su percepción. Ya en determinado punto, su obsesión se vuelve evidente y sentimos que su idea de cómo deberían ser los juegos de Coda comienza a superponerse a lo que realmente son, como un crítico que impone su visión a la del artista.

En cuanto al trabajo de Coda, algunas ideas son interesantes. Hay un puzzle bastante obvio y repetitivo: para abrir una puerta, debemos cerrar la anterior: cerrar una etapa de tu vida para abrir otra. Es una acción muy sencilla que logra impactar por lo básico de su premisa. En otra ocasión estamos en una pequeña casa, y el gameplay se limita a mantenerla ordenada: fregar los platos, recoger los libros, limpiar la bañera, todo con una música muy acogedora. Es de los pocos momentos felices del juego, donde sentimos una calidez y cierta paz mental; no hay ahí un reto o una necesidad de estudiar los comentarios de Wreden. El resto del tiempo estamos analizando, mirando cada detalle, intentando captarlo todo, como en las supuestas notas dejadas por los jugadores en otro de los niveles.

Visualmente emplea la misma estética de The Stanley Parable, aunque el acabado de los escenarios mejora con el paso del tiempo. Una evolución del artista, según Wreden. Algunos de estos espacios son impresionantes, no por su acabado, sino por la capacidad de síntesis y de inmersión; aun así, siempre mantienen algún detalle, por lo general un descuido, para recordarnos que se trata de un juego incompleto, una obra a medio terminar.

The Beginner’s Guide me sorprendió muchísimo, no solo por cómo decide abordar un tema tan complejo como la aceptación y la búsqueda de validación, sino también por el cierre tan fuerte e incómodo. Valoro mucho cuando una obra me hace sentir mal sin apelar a ningún tipo de violencia, y este videojuego busca exactamente eso en sus últimos compases: poner sobre la mesa temas poco agradables vinculados con la inseguridad, algo que casi todas las personas hemos sufrido (obviamente me incluyo). Pero todo esto es solo la superficie, hay mucho más en en esas palabras de Coda, en ese epílogo, en ese lamento de Wreden. Un final que abre una puerta interior y nos deja pensando en nuestra forma de ser y actuar.

Trailer:

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