Si hay una meta que persigue intensamente el balonmanista Yoan Balázquez es la de defender los colores del combinado nacional de España. Su aspiración es seguir el camino que ya recorrieron otros compatriotas suyos como Julio Fis y Rolando Uríos, quienes tuvieron la posibilidad de vestir la equipación del plantel ibérico.
“La última vez que jugué con Cuba fue en el 2018, cuando ganamos el Norca y el Centroamericano (se refiere al torneo de los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Barranquilla). Uno de mis sueños es jugar algún día con la selección española, algo que deseo desde los 16 años, cuando me regalaron una camiseta de los Hispanos. Creo que podría aportar algo a la que considero la mejor selección del mundo, como lanzamiento exterior, la faceta donde mayor confianza tengo. Para ello, soy consciente de que tendré que trabajar el doble, pero con sacrificio todo se puede lograr en la vida”, declaró en una reciente entrevista ofrecida al diario Marca.
Aunque en varias oportunidades ha mostrado su disposición de ponerse a las órdenes de dicha escuadra europea, el antillano tiene claro que ese anhelo no depende únicamente de su rendimiento sobre la cancha. “Todo pasa porque España muestre su interés. Yo esperaré lo que haga falta, porque para mí sería un honor poder vestir esa camiseta”, ha expresado.
Lo que necesita, además de ser tenido en cuenta por el entrenador, es obtener la nacionalidad. El otro requisito –que hayan pasado tres años desde el último juego con su anterior elenco nacional– lo cumple.
Mientras espera la llamada del técnico Jordi Ribera, este atleta nacido en 1995 disfruta de sus éxitos del otro lado del mundo. Hace muy poco, el ahora miembro del Toyoda Gosei nipón se alzó con la liga y la copa por segunda ocasión al hilo con ese club y además fue elegido como el Mejor Jugador del torneo, lo cual significó el reconocimiento más relevante de toda su carrera.
“La experiencia está siendo maravillosa, ya que me siento muy bien desde mi llegada. Además, lo hemos ganado todo. Mi contrato acaba en 2024 y tengo pensado quedarme aquí, porque la liga ha subido mucho el nivel y se nota la diferencia a cuando llegué. Tengo muchas ganas de seguir creciendo junto al balonmano japonés”, comentó al prestigioso rotativo.
La historia de Balázquez por la tierra del sol naciente se dio de forma inesperada. A finales de 2019, cuando aún formaba parte de la plantilla del Porto Andebol de Portugal, firmó por el Ademar León de la Liga Asobal de España por dos campañas, las cuales empezaría a disputar en 2021, luego de que finalizara su último año de contrato con la institución blanquiazul.
Más adelante, la entidad leonesa intentó que los lusos adelantaran el traspaso de Yoan, pero las consecuencias económicas generadas por la pandemia impidieron que esto sucediera y, en cambio, el cubano acabó cedido en el Toyoda Gosei, quien luego pagó los 60 mil euros de su cláusula de rescisión y le ofreció un acuerdo por cuatro años.
Los inicios de este lateral izquierdo en el deporte profesional tuvieron lugar en 2015, cuando fichó por el Porto junto a sus compatriotas Angel Hernández, Reinier Justa, Pedro Veitía y Alejandro Romero.
Desde su llegada a dicho conjunto no contó con demasiadas oportunidades y ese mismo año el plantel optó por prestarlo al Artistica Avanca. Al curso siguiente repitió el método, pero esa vez lo envió al ADA Maia ISMAI.
Tras este período en entidades portuguesas, el caribeño llegó también a préstamo a la Sociedad Deportiva Teucro de la Liga Asobal, equipo con el cual tuvo un recorrido memorable en la temporada 2017-2018.
Durante ese ciclo anotó 165 veces en 28 encuentros, cifra que le permitió finalizar como cuarto máximo goleador de la lid y ser merecedor del premio al Jugador Revelación de la contienda en España.
De 2018 hasta 2020 se mantuvo vistiendo la franela del Porto, pero a pesar de conseguir debutar en la fuerte Liga de Campeones, en ningún momento llegó a contar para ganarse la titularidad y por ello decidió firmar con el Ademar. Más adelante, como contamos anteriormente, debido a las complicaciones surgidas terminó en el Gosei japonés y allí se siente a gusto.
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